El día de mi cumpleaños nos reunimos tres amigas y yo en el chalet de una de ellas y comenzamos a desparramar contándonos nuestras fantasías sexuales.
Una amiga me contó una historia que primero era imaginada y teniéndome a mí como protagonista pero que se convirtió en real. Unos chicos negros se la devoran.
El poder sexual de una mujer puede obligar a un par de chicos a hacer cosas que nunca harían. ¿O quizás ni siquiera se dan cuenta?
Ferdinand era un chico negro que apareció justo cuando iba a casarme. Es el hombre mejor dotado que he conocido y me hizo vivir uno de los mejores momentos sexuales de mi vida.
Un amigo mío me contó una historia de lo más caliente. Le sucedió en Hollywood con unos actores porno muy famosos.
En mi adolescencia comencé a masturbarme pensando en hombres pero también en mujeres. Era delicioso.
Os cuento mi tercera experiencia. Fue con un misterioso hombre maduro que nos espiaba metido en un coche.
La inocencia fue la que me empujó a hacer un incesto con mi hermano.
La primera experiencia que tuve fue con un albañil. Fue maravillosa.