Hasta ahora no había conocido a un hombre que fuera tan extraño en sus fantasias.
Acepté los consejos de mi mejor amiga y fui puta en un cabaret, donde permití que me la metieran hasta por mi culo.
Mi mejor amigo se convirtio en mi padrote.
Después de que mi enfurecido esposo se fue celoso de la fiesta, dos amigos me consolaron.
Un día aburrido, se convirtió en una sabrosa experiencia que aún hace que me moje al recordarla.
Asistí a la reunión de ex compañeros de la Prepa, sin mi marido, y me dieron una súper cogida.
Una noche de copa y dos machos sedientos de mí.