A todas estas Pilar y Carlos se quedaron en la sala, pero los gemidos de la chiquilla hicieron que Pilar llevara a Carlos agarrado de la mano al cuarto. Al ver que yo le estaba comiendo la concha a su hija, Pilar se agacho y sacó la Pija del pantalón de Carlos y comenzó a chuparsela.
La sacó de su boca y se dedicó a pajearme, a deslizar sus manos de arriba hacia abajo, yo no me pude contener ante esa situación y comencé a eyacular.
Ana se acercó y se paró desnuda delante de mi hermana, quien la agarró por las tetas y comenzó a chupárselas, Ana bajo su cara y buscó los labios de mi hermana y se fundieron en un beso, un beso tan erótico como nunca lo había visto, era un beso de pasión, me pareció hermosamente excitante.
Se levantó y le dijo te tengo una sorpresa . Abrió la puerta del closet y allí estaba yo, desnudo, sudado, con lágrimas en los ojos y mis manos llenas de semen.
Esto sucedió el sábado, el primer día del año cuando mi compadre me fue a visitar.
Esto sucedió el sábado, el primer día del año cuando mi compadre me fue a visitar.
Estaba tembloroso, aturdido, pero a la vez seguía excitado. Pero algo dentro de mi me decía que eso no era correcto, que no estaba bien.
A las personas que lean este relato, les debo confesar que aunque estuve muy perturbado, aturdido y confundido, después de lo sucedido, también les tengo que decir que lo superé muy bien, con aceptación de lo que fue, sólo un fantasía hecha realidad, ya que nuestra relación y nuestras vidas se han consolidado mucho más a partir de ese día.
A partir de ese momento cada vez que hacemos el amor ella me pregunta que acerca de mis fantasías y yo le digo que me gustaría estar con otra mujer mientras ella me ve y se masturba, aunque le aturde la idea se que se estremece de solo pensarlo.
Le pregunté si habían tenido sexo oral o que si se la había cogido y me respondió que no. A partir de esa experiencia cada vez que hacemos el amor hablamos acerca de nuestras fantasías.