De donde sigo comentando algunos aspectos de mis viajes.
De mis viajes reales o inventados no narre algunas cosas (apostilla a los viajes de Gulliver)
Aquello hizo que me fuera olvidando de mi desagradable situación y postura y también me fuera poniendo a tono.
Le veo con los labios pringando con mocos que unen sus dientes y el capullo de mi polla.
Típica cuñada, que desea follarse al marido de su hermana.
Pues no se si ponerlo en microrelatos, en otros textos, en otros textos no sexuales pero virtuales... o en confesiones.
Viajo por tu cuerpo, viajo por tu ser.
Pues no hay resumen, te lo lees si quieres y ya está.
Subiendo a habitaciones costrosas, donde de forma apresurada te encularía o lo que pudiese en función de tus tarifas.
Cuando desperté el dinosaurio aún estaba allí.
La suavidad con que has situado los dedos sobre mis ojos, el olor de los mismos me ha indicado que aquello no era algo violento.
Cualquier pequeño contacto era correspondido por un sofocado gemido que yo al menos interpretaba como de gozo. Toda ella era una zona erógena.
Pero se dejo hacer, mis dedos iban entreabriendo la vulva aún perezosa.
Empezaste a chillar, estabas acojonado, medio en pelotas, tripa arriba y con un dolor de cabeza conseguido por meritos propios y ajenos.
Nos queríamos conocer en persona, ver a que olíamos, de que color éramos, como sonaba nuestras voces y como era el tacto y la textura del otro.
El príncipe pensó en poseerla allí mismo, estaba acostumbrado, cuantos cuerpos habría visitado y algunos de ellos pese a oponer feroz resistencia. Este cuerpo lo merecía...
Tímidamente y casi como por obligación He avanzado mi mano sobre su cuerpo. Su reacción ha sido extraña, me ha empujado, ha erguido su cuerpo y me ha dado una bofetada.
El muy cabrón al final solo se le ha ocurrido decir que lleva mi estimado coche y a mi persona a donde yo quiero si me folla.
Me imagino los cuerpos que van en esos zapatos, no es que me gusten los zapatos, me gustan lo que hay dentro de ellos, y sobre todo encima de ellos.
Espero ansioso ese momento en que se vayan desgranando los relatos y broten como a borbotones, y en una de esas aparezca tu nombre.
Donde nuestro sexagenario inspector pone punto final a este relato de crímenes, sexo y decepciones.
En donde las cosas se van poniendo a punto, y mi cuerpo no aguanta más.
En el que el protagonista no avanza aparentemente en sus pesquisas, pero tiene un día bastante curioso.
Relato que puede correlacionarse con otros dos anteriores, pero si no quieres lo puedes leer aislado. Va de crímenes y peculiares investigaciones policiales.
Otra entrega de pánico, bichos feos y escaso sexo (solo para exiguos y poco refinados lectores)