Una mirada entre las pestañas de sus ojos bajos le advirtió que el sexo de su amo había despertado. Duro y erecto, se erguía como un peligroso carnívoro a punto de saltar sobre su presa.
Me dejaste así, hambrienta, suspendida ante el abismo al que se precipitaban mis sentidos. Temblando al borde de la explosión. Con la sangre ardiendo en mis venas, en mi cuerpo. Mi sexo a punto de estallar.
Un momento entre un hombre y una mujer que se aman.
Me uno a la causa... por una página de relatos no eróticos en Todorelatos.com
Sintió el roce leve, rugoso, de un pezón sobre sus labios. Instintivamente saco su lengua para lamerlo. Un leve gemido resonó en sus oídos. La oscuridad, ahora impenetrable, agudizó el resto de sus sentidos. Podía oler el perfume de la mujer, mezclado con el aroma de su sexo.
Tranquila, jamas te tocaré si tu no quieres -tu voz profunda y bella, despertó anhelos en mi- Te contaré historias, y te invitaré a juegos. Sólo hay una condición, no me miraras hasta que estés dispuesta a entregarte a mí.
La desnudez de los brazos y hombros de la muchacha transformaron el ambiente de la recamara, la semipenumbra pareció envolverla y la luz de las llamas saco destellos de oro en su piel morena.