La aureola de sus pechos pedia a gritos mi boca, mientras su culo estaba sediento de mi leche.
cada noche llego a tu cama, lo hago montado en una nube y cuando aparto tus sabanas...
La tuve tan cerca..., pero la indecision acabó con todo. Aun hoy cuando recuerdo aquella calurosa tarde de mayo el dulce olor de su sexo regresa a mi con fuerza.
Por supuesto la casa se quedó sin pintar.
El asunto se caldea hasta extremos inimaginables.
Un "chapuza" particular.