Ocurrió en una fiesta en una casa ajena. Sólo buscaba satisfacer una fantasía, un deseo que, con el tiempo, se había convertido en obsesión, en necesidad.
De corteza blanquecina y hojas estrelladas se cubrió mi princesa al tumbarnos bajo el abedul.
En tu cumpleaños te encuentras una nota en tu cocina en la que te piden que vayas a tomar el café. Es tu regalo...