Uno de mis paquetes virtuales quiere aprender a dar una buena mamada, así que decidí regalarle un manual desde mi experiencia.
Mi paquete y yo emprendimos un viaje en moto lleno de aventura, sexo y placer, para él, para mí y para todos los que nos miraron gozar.
Uno de los paquetes abre una nueva ruta en los caminos del placer: la ruta anal.
Ahora la protagonista se encuentra con un paquete en una tienda de tatuajes, donde transitará nuevas rutas de placer.
Las aventuras de la madura con sus vírgenes vecinos mirones continua.
La historia de como una mujer madura barré con la virginidad de su vencinito