Estoy enamorada de sus besos, de esos que no se olvidan, son de esos que no embarran, son de hecho perfectos...
-¿desea tocar mis senos?- le decía mientras me los tocada encima de la camisa, acariciando mis pezones circularmente-vamos profesor déjese de anticuadas, nadie lo sabrá. Cerraré mis ojos no sienta verguenza.
Me olvidé del tiempo y de que el mundo existía, con mis ojos cerrados ahora por el placer que me daba tocarme sobre todo los senos, me dirigí a mi entre pierna dándome cuenta lo mojadita que estaba, pasé mis dedos por mi vagina, mientras mi otra mano jugaba con uno de mis pezones, al llegar al clítoris solté un suave ahhhhhhh mientras sentía que mis piernas temblaban a punto de balancearme me di cuenta que alguien había llegado, estaban abriendo la puerta no me quedó otro remedio que correr hacia mi habitación.