Días después tuve la oportunidad de encontrarme a Matías cuando me dirigía hacia mi casa, después de visitar a Pame la cual ya era de mis mejores amigas, el me miro nuevamente y me dijo: -¡Hola!, ¿tu eres la niña en calzones del otro día?-
Había vivido una de las aventuras más ricas de mi vida, no sabía con quien había sido y creo que nunca lo sabré.
No daba crédito a lo que mis ojos veían, no abrí la puerta del todo, sólo lo suficiente para ver que ocurría dentro.
Cerca de veinticinco minutos estuve masturbándome recordando esa maravillosa cogida cuando mi orgasmo ocasionado por ese consolador me hizo estallar, en el depa no se escuchaba ningún tipo de ruido, limpie mi cuerpo, pero a los 15 minutos nuevamente aquellos sonidos calientes invadían aquel sitio
No se cuanto tiempo había pesado desde que me quede dormida, pero sentí un extraño toqueteo en mi vagina y mi trasero, no hice ningún movimiento, la sensación era muy rica y me dedique a disfrutarlo pensando que era un sueño