Durante el cumpleaños de mi amiga, la tensión sexual que se fue cocinando entr su novio y yo explota en una terraza apenas privada.
Vuelvo al trabajo, aún no recuperada de la jornada de abuso a la que sometió mi jefe. Lejos de mí imaginar que él estaría esperando con ideas (y juguetes) nuevos.
Decido tomar una siesta en un momento de mi larga jornada de trabajo, sólo para despertar semidesnuda con los dedos de mi jefe metidos en mi entrepierna.