Durante varios meses tuve entre ceja y ceja una obsesión: Ser dominada al mismo tiempo por cuatro chicos y averiguar dónde estaba el límite de mi sexualidad. Finalmente lo conseguí y así comienza la historia
Tras someterme al chantaje sexual de mi hermano, él y un amigo suyo, un delincuente de poca monta apodado Peluco, me las hacen pasar canutas con un chantaje mucho más sádico, pero no imaginan el final que les espera.
Mi hermano Toño siempre sintió devoción por mí y yo por él. Yo lo tenía en un pedestal y me costó asumir que me convirtiera en una esclava sexual a su servicio mediante chantaje, sometiéndome a sus depravados caprichos.
Lo que parecía un intercambio de parejas normal y corriente se convirtió en un dilema inquietante. Todo trascurrió con cierta normalidad, sin aparentes complicaciones, pero la duda queda en el aire: ¿Me sedujeron, engañaron o violaron?
Un viaje en coche puede ser peligroso, sobre todo si no tiene capota y mi chico se empeña en que me masturbe desnuda en el asiento trasero. Si añadimos un autobús cargado hinchas de futbol dispuestos a violarme en masa ¡Uf, el asunto se pone feo!
Mi hermano, con una polla de infarto. Su novia, una profesional de las webcam eróticas. Mi novio, un cabrón de cuidado. Y yo, una golfa de aúpa. Si hacemos una ensalada con todo ¿Qué puede salir? En este relato lo puedes averiguar.