Soy el señor Alfonso, el hombre más listo, guapo y elegante del mundo, me desplazó en una linda bici a la que bauticé con el nombre de " burrica " en la que llevo mis maletas atadas con una cuerda .

No tengo un lugar fijo donde vivir, voy de pueblo en pueblo en busca de nuevas amantes, emociones fuertes, es mi ruta del placer.

Pero la experiencia más fuerte que viví fue en aquél pueblo de Tarragona hace ya un par de veranos, fue un acto de puro placer con una bestia , una mujer, que es una mezcla de humano y animal, un despojo de la naturaleza, una fiera sexual más fea que el culo de una vieja, Natalia.

Cuando llegue al ese pueblo fui víctima de las constantes burlas de un grupo de jóvenes, pero yo iba a lo que iba , en busca de una experiencia sexual que me cambiase la vida.

La primera vez que vi a Natalia me dije : Joer que fea!!!! Parecía una bestia, toda peluda y desgarbada, pero fueron pasando los días y me fue despertando un instinto animal.

No tardé mucho en pasar a la acción, soy un hombre impulsivo, y además con lo fea que era hasta me agradecería que me la tirase.

Fue bastante fácil la verdad, la seguí una noche oscura, en la que nadie circulaba por la calle , la cogí del brazo y le dije:

- Hola me llamo señor Alfonso, esta es mi burrica (señale mi bici) vamos detrás de esos matorrales y te la meto.

-Señor Alfonso , yo le aviso, soy virgen, pero no pongo ninguna objeción,.

Nos dirigimos hacia los matorrales, le dije que se dejara llevar, yo era el seductor, el experto, ella era solo unanimal.

Me obedeció se tumbó y empezó a rascar su coño contra unas hierbas gritando con una voz más animal que humana.

La ate por el cuello como a una perra, aparte la mata de pelo que cubría su coño y empecé a penetrarla,mis pelotas rebotaban contra su culo peludo, dios mío era como follar con una animal, esta tía no pertenecía al mundo de los humanos, era una bestia, su coño rociaba y rociaba jugo asqueroso y maloliente de bestia, sus tetas estaban cubiertas de pelo y apenas se le distinguían los pezones, no paraba de decirme que quería ser mi perra que la atase a su burrica que iría conmigo a todos lados, yo le dije que solo me la follaría una vez, que no valía la pena ver su cara tan fea durante todo el día para 5 minutos de placer animal.

La verdad es que tuve que irme después de habérmela follado porque con los gritos que pegaba la gente vino y nos vio medio desnudos, fue un escándalo y nunca más he vuelto por ese pueblo.

Fue mi única relación con animales por decirlo de alguna manera, por ahora voy con putas que al menos no huelen mal.