miprimita.com

La virgen maldita que me hizo pecar

en Otros Textos

Mi nombre es Roberto y soy un cura muy respetado que practica a escondidas, pero, lo que quiero contarles en esas líneas es como dejé de ser un hombre devoto de Dios para convertirme en un fiel servidor de Satán.

Me imagino que la explicación más fácil que encontrarán es que enloquecí , pues figúrense que no, al menos no de la manera que están pensando, nunca perdí el juicio.

Cuando llegué a ese pueblo de Tarragona me entró un pánico terrible porqué dejé de sentir la presencia de Dios para percibir otra clase de energía .

Me asusté mucho y casi nunca salía de la iglesia. Hasta que un día comprendí porqué Dios no quería rondar aquél pueblo, había una chica ,Cristina, parecía el mismo diablo, poseía una fuerza que no era para nada celestial.

Cuando la vi por primera vez me estremecí y mi pequeña ardillita se puso tiesa y dura como un misil, sentí unas ganas pecaminosas de follármela terribles, me avergoncé de mi mismo y me fui corriendo a la parroquia a rezar siete padres nuestros mientras me azotaba con un látigo, me sentía solo, terriblemente solo, me preguntaba porqué dios no tenía cobertura en ese pueblo, pues si llegaba la de telefónica porqué no podía percibir la presencia del rey de los cielos.

Esas preguntas no desaparecían de mi mente, al igual que la imagen de Cristina. Estaba tan cansado ese día que me acosté a las nueve y media, tuve un sueño erótico, follaba con Cristina, ella me pajeaba mientras yo estaba atado a la cama de pies y manos, luego la penetraba por el ano mientras le apretaba las peras con todas mis fuerzas. Al despertar supe que Dios me había abandonado, me vestí y salí corriendo a la calle en busca de Cristina, la mujer de Satán.

Al pasar por delante de su casa escuché una voz que decía:

Padre, tengo que confesarme.

Levanté la vista hacia la ventana y vi a Cristina, se me paró el corazón

Subí corriendo las escaleras, quitándome la sotana y cuando llegué a su habitación ya estaba completamente desnudo y con una erección inigualable. Recuerdo aún sus palabras exactas.

 

Si quieres follarme tendrás que unirte a nosotros, a la iglesia de Satán.

Quiero follarte Cristina. Oh mujer satánica déjame estallar tus primeras sangres, deja que te penetre, Satán ábreme las puertas de tu reino.

Esta bien tigre, puedes llamarme peca diabólica, pues es la marca que el señor de las tinieblas puso en mi frente.

Y acto seguido empezó a desnudarse, llevaba unas braguitas rojas casi inexistentes que arranqué de un mordisco, luego empecé a penetrarla, tan fuerte que casi se desangra, después le chupé la sangre que chorreaba por su coño y dije:

Ave Satán, bebo tu sangre.

Seguidamente le mordí las tetas y dije:

Ave Satán saboreo tus carnes.

Estuvimos dos horas allí metidos, ella me acarició los huevos y la polla y me los lamió, el contacto fue tan excitante que me corrí tres o cuatro veces.

Al cabo de unos días me salió una peca en los huevos, como la de Cristina y supuse que era la marca de Satán .

Desde que tuve aquella experiencia, que practico el satanismo clandestinamente y les he de decir que cada vez hay más adeptos, así que anímense y apuntese a la religión de Satán, la religión del futuro.