miprimita.com

Que dulce trece añera

en Hetero: Primera vez

Corría el año de 1990, yo contaba con 16 años y era un joven flaco y alto, sin muchos atractivos físicos, en esos días estaba muy dolido ya que mi primera novia me acababa de mandar al diablo.

Llegue a mi casa con un nudo en la garganta después de enterarme que a solo tres días de cortarme ya tenia un galán, me encerré en mi cuarto y me acosté aun a sabiendas de que no podría dormir esa noche.

Al otro día como a las 5 de la mañana mi hermana y otra voz desconocida me despertaron, sus risitas discretas pero inoportunas tuvieron el efecto de espantar a Morfeo, muy enojado me desperté maldiciendo a mi hermana sin importar que una desconocida estuviera ahí.

Al pararme frente a ellas me quede totalmente mudo, mi hermana me presento, su nombre Zarina, era una chica delgada y muy alta, tenia un discreto y naciente cuerpo de mujer que era acompañado de una hermosa carita infantil, mi sorpresa fue tal que mi hermana tuve que decirme dos veces su nombre para poder escucharla, no digo que me enamore, sino mas bien que me gusto, despertó en mi un nuevo sentimiento con mas fuerza que nunca, la deseaba, deseaba que ella fuera la primera en mi vida. El instinto animal escondido en mi surgió como una bestia ansiosa de poseer mi mente y mi cuerpo y tener esa mujer entre mis brazos y desflorarla.

El dolor de mi resiente ex noviazgo ya no era importante, ahora tenia en mi mente algo nuevo y lucharía por seducirla, campo en el cual era bastante inexperto y tonto, ya que, para comenzar yo era virgen, y aparte ingenuo. Así que llevaba todas las de perder.

Poco a poco trate de hacerla mi amiga en realidad me resultaba difícil, no era una niña de muchas palabras, los meses seguían su marcha y yo estaba como al principio.

Me desespere y decidí tomar una medida bruta.

Eran mas o menos las 9 de la noche cuando mi hermana se retiro a dormir y ella se quedo conmigo en la sala viendo televisión, acto seguido me levante del sillón y apagando la TV. le dije que ya era muy tarde para estar ahí, así que ella también se pudo de pie y justo en el momento que paso a mi lado la tome del brazo y la puse contra la pared, la intente besar en la boca y se resistió, con mi otra mano libre toque su choca que se sentía muy tierna y suave, no sin antes luchar un buen rato logre meter mi mano por debajo de short y acariciar su lacio pelambre, en un segundo se me escabullo de las manos bajo la amenaza de que gritaría si no la soltaba.

Quede como sonámbulo y acto seguido me metí al baño y me masturbe.

Durante los siguientes meses el acoso continuo y cada vez llegaba más lejos, hasta que una noche que recuerdo que si hubiera sido ayer:

El noticiero eco acababa de llegar a su fin, señal inequívoca de que era hora de dormir, pero esa noche era diferente, mama salio fuera de la cuidad junto con mi hermana y mi otra hermana tenia el sueño muy pesado, así que después de dejar transcurrir unos minutos y escuchar los ronquidos de mi hermana, entre en la habitación y me acosté su lado, con mucha ternura le tome de la mano y ella me correspondió para mi sorpresa en esta ocasión no existió rechazo alguno por lo cual procedí a darle un beso en la boca y así paulatinamente me fui bajado hasta que llegue a sus pechos, como lombriz ella empezó a moverse, bese su boca con firmeza, pero al mismo tiempo con suavidad, su respiración se torno agitada y su cuerpo empezó a temblar como gelatina, al igual que el mío, el aire me faltaba la excitación que inundaba mis sentidos llegaba a lugares desconocidos.

Con mucha suavidad le fui bajando las suaves braguitas que usaba y con la misma suavidad pero total inexperiencia le quite el brasier (no sin antes luchar con el, 10 minutos).

Los ronquidos de mi hermana solo servían para que yo continuara con mi labor, con todo la desesperación del mundo me quite mi ropa y totalmente desnudo le talle mi pene en sus nalgas blancas y tiernitas de trece añera, nunca en mi vida había sentido una piel tan suave, de hecho era la primera que sentía en mi vida, así que sin previo aviso tuve un orgasmo en donde arroje cantidades increíbles de semen, pero joven al fin, mi miembro no disminuyo de tamaño ni un milímetro, cosa que aproveche para ponerla en la posición del misionero y tratar de penetrarla.

Trate de meter mi cabeza con brusquedad y torpeza, pero el camino estaba totalmente cerrado, a pesar de que mi pene estaba como roca, el himen de esa niña era muy resistente, me hice para atrás lo mas que pude y de un solo empujón lo metí hasta el fondo, ella pego un grito enorme que fue apagado por mi mano, por algunos minutos me quede inmóvil sintiendo una gran presión por todos los lados de mi pene, lentamente fui retirando mi mano de su boca y así pude escuchar su voz:

-despacito mi amor ya esta adentro...

Estas palabras hicieron que mi pene empezara la latir como su fuese mi propio corazón y sentía como liquido preseminal salía de el, lentamente y con suavidad empecé a meter y sacar.

El dolor que mi pene sentía al romper esa telita resulto corto pero incomodo, ahora lo recuerdo como el inicio más excitante en la vida sexual que pueda tener un hombre.

La presión de su estrechísima raja era grandiosa y sin poder contenerme obtuve un fuerte orgasmo después del cual me quede totalmente quieto mientras ella debajo seguía moviéndose, gracias a mi juventud mi pene seguía erecto pero ya totalmente entumido, por algunos segundos ella siguió moviéndose hasta que lanzo un gemido y se quedo totalmente quieta, acto seguido me puso la mano en el pecho y me empujo.

Mi respiración y la de ella empezaron poco a poco a normalizarse, ahora estábamos ambos dispuestos a enfrentar una nueva época, la cual venia plagada de conocimientos de nuestros propios cuerpos y emociones que aun hasta hoy teníamos ocultas.

Después de eso no hubo lugar en nuestra casa que no fuera testigo de esos encuentros furtivos, llegamos a conocernos como si fuéramos uno mismo, aunque ambos sabíamos que algún día tendríamos que separarnos solo nos dedicamos a gozar y disfrutar de esos preciosos encuentras que se prolongaron por mas de 8 años y que cuando llegaron a su fin fue mal necesario.

Donde quiera que estés, quiero decirte que todavía te recuerdo y eres una de las personas más importantes de mi vida, dejaste una huella en mí que nunca nadie podrá borrar