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Por los dos lados

en Hetero: Primera vez

La primera vez que hice el amor fue con mi novio después de haber pasado una semana excitándonos mutuamente sin llegar al final; era tanto el deseo de hacer el amor que esa tarde sin planearlo nos subimos a mi recámara para continuar recorriendo con besos y caricias nuestros cuerpos. Mi novio con un beso demasiado prolongado en los labios me acostó en la cama y desnudó mi cuerpo lentamente con caricias; mi cuerpo estaba erizado, mis pezones paraditos y duros, mi vagina algo húmeda, mi clítoris sensible, mis piernas temblaban un poco, mi corazón latía rápido y mi respiración era entrecortada.

Carlos estaba de pie junto a la cama y yo cubrí mi cuerpo con los brazos, me quedé a la expectativa viendo como se desnudaba y se acostaba encima de mí con su pene parado y duro amenazando a mi vagina con penetrarla; para relajarme me besó el cuello, los senos, las piernas y frotaba sus genitales en mi conchita, poco a poco me entregué a la pasión que había acumulado por días y un calor invadió mi vientre teniendo un orgasmo con fluido muy caliente que disfruté tanto llevándome a otro orgasmo; separé mis piernas y tomando su pene con mi mano, coloqué la punta entre los labios mayores a la entrada de la vagina; mi novio me penetró solo un poco varias veces, por el dolor que sentía al abrirse mi vagina y al irse desprendiendo el himen; cuando el dolor disminuyó, de un movimiento me penetró hasta el tope desgarrándome el himen y abriéndome la vagina tanto, que parecía me partiría en dos, del dolor me hizo llorar, juntando las piernas con fuerza para que no moviera el pene dentro de mí y me lastimará.

Disfrutaba sentir su pene caliente y duro dentro de mi vagina aún y con el dolor, relajé las piernas y empezó a moverse dentro de mí haciéndome jadear y gemir con cada penetración profunda, llevándome al orgasmo en tres ocasiones dejando escapar mis líquidos que mantenían lubricada mi vagina haciendo sensitivo el interior de mi vagina; con cada chupada y succión en mis pezones me mantenía excitada. De pronto mi novio me dijo que se venia y un chorro grande de leche caliente un poco espesa sentí en la vagina estremeciéndome, apretando los músculos que rodeaban el pene, le siguieron otros chorros pequeños, para que terminara y se quedara acostado sobre mí; por dentro estaba inundada de leche y de mis fluidos.

Continuó penetrándome y por la gran lubricación, se hacia más placentera la sensación que recorría mi cuerpo, cuando me pidió que me colocara en posición de cuatro patas para penetrarme por detrás; nos acomodamos y me penetró por detrás en la vagina, que con tanto fluido resbalaba muy fácilmente, casi sin dolor; me la metía toda y luego al retirarse, la sacaba toda, así lo hizo varias veces, yo estaba relajada disfrutando del placer que sentía con los orgasmos; cuando sacó todo el pene y, de repente y con fuerza me penetró toda por el culo, aprovechando que tenia mis nalgas separadas con las manos; grité del dolor en cuanto me abrió el ano, abriéndose pasó con su pene inclinando mi cuerpo hacia adelante permaneciendo inmóvil.

A pesar del dolor me gustó que me penetrara por el ano, después de reponerme de la molestia le pedí que se moviera y con sus manos me acariciaba las tetas y me apretaba los pezones; de rato unos chorros de semen entraron al ano, al tener su pene flácido lo retiró; en mi primera vez goce lo suficiente como para haberme desahogado plenamente, me habían dado leche y penetrado por la vagina y por el ano viviendo una experiencia que no esperaba. Disfrute tanto ese día de mi primera vez que aún solo con relatarlo mi vagina se humedeció y me dejó excitada.