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Orgía fetiche con pies infantiles

en Fetichismo

Andrea, Melisa, Reina, Betty, Marlon y yo, teníamos muchas cosas en común pero la mas evidente era que todos habíamos nacido en el mismo año (1972) y por consiguiente nuestras edades se situaban entre 9 y 10 años.

Nos conocimos un día domingo por la mañana ya que nuestros padres se inscribieron a un mismo grupo religioso, en donde era necesario reunirse todo el día para hacer una especie de retiros espirituales y recibir charlas acerca de como tener una mejor relación matrimonial.

El centro religioso ofrecía un servicio de guardería para los hijos de sus miembros y fue de esta manera como los cinco niños, nos encontramos por primera vez.

Nos reunieron en un pequeño sótano en donde se podía dibujar, ver la televisión o simplemente jugar con diversos muñecos, rompecabezas, autitos, etc..

Debido a que el cuarto estaba alfombrado, se le pedía a todos de quitarse los zapatos al entrar y de dejarlos en una esquina del cuarto.

Con el tiempo algunos de nosotros, que no teníamos costumbre de andar descalzos o en calcetas empezamos a llevar nuestras sandalias o pantuflas

para sentirnos mas cómodos en lo que se había convertido en nuestra casa de días domingo.

El espacio era reducido y no habían ventanas lo que provocaba que el olor de nuestras calzados o de nuestros tiernos pies se instalara y circulara por toda la habitación, esto a decir verdad, me parecía muy agradable.

Durante los primeros domingos, como es normal en todo niño, nos sentíamos un poco cohibidos y tímidos, pero al cavo de un par de domingos mas nos fuimos convirtiendo en buenos amigos.

La persona que nos cuidaba era una señora muy aburrida de unos 60 años y siempre nos pedía que no hiciéramos mucho ruido y que tratáramos de quedarnos dormirnos, por lo que decidimos pedir a nuestros padres de interseder para que la reemplazaran por una mujer mas joven y mas alegre.

Ellos accedieron, pero debido a que el presupuesto del grupo religioso era limitado, dispusieron contratar a una nueva guardiana de aproximadamente unos 19 años,que cobraba muy poco dinero.

El día que nuestros padres nos la presentaron, nos pareció una muchacha muy centrada y educada ya que nos trataba con mucho cariño y nos hablaba con una voz muy dulce.

Después que nuestro padres nos dejaron solos con ella, nos dijo que bajáramos al sótano ya que en la planta de arriba se reunirían los niños mas pequeños.

Cuando íbamos bajando las escaleras la joven guardiana pregunto:

- Y no se aburren aquí? con un tono de voz mas áspero

- No, respondí yo que era el mas despierto de todos

- Van a tener que obedecer a todos mis deseos!

- No te preocupes, somos muy bien portados!

- Eso espero!

La chica sonrío ligeramente por una fracción de segundo y luego cambio instantáneamente su expresión al darse cuenta que a la entrada del sótano había un letrero y exclamo:

- Nadie me dijo que estaba alfombrado el sótano Ahora voy a tener que quitarme los zapatos!!! de haberlo sabido me habría bañado!!!,

Las chica espero que todos nos pusiéramos cómodos:

Andrea coloco sus sandalias blancas con dibujos de arcoiris, Melisa permanecía con sus calcetas de jirafa rosadas, Marlon como de costumbre se puso sus chanclas azules que a decir verdad eran bastante femeninas al igual que sus uñas que parecían estar pintadas de color rosa, Betty y yo nos quedamos en calcetas blancas.

Cuando llego el turno de la joven, ella se fue sacando con mucho cuidado sus zapatilla tenis de marca reebok, dejando sus pies completamente desnudos ya que no portaba calcetas. Hasta este momento el olor no se hacia presente todavía o tal vez se confundía con el tufo de nuestros pies de niño que se encontraba ya bien integrado al ambiente de la pieza.

Cuando puso su primer pie sobre la alfombre, todos nuestros inocentes ojos voltearon hacia abajo ya que la ráfaga de su olor penetrante y ofensivo nos motivó inconscientemente a buscar de donde provenía aquel despiadado perfume.

Fue asi como pudimos apreciar aquel blanco, largo y extremadamente delgado pie que parecía una fina aleta profesional de buceo.

Sus venas eran muy marcadas y esto le daba una apariencia de poder y superioridad, sus dedos largos y huesudos, la piel casi pálida y sus uñas con reductos desteñidos de esmalte rosa.

El olor era realmente desesperante y a pesar que el impacto fue muy grande al principio, creo todos nos fuimos acostumbrando a el hasta el punto de disfrutarlo.

- Y que hacen aquí para divertirse, pregunto la ingrata para despistar

- Jugar?, respondió Melisa

Y aunque los demás de mis compañeros le continuaron platicando de nuestras actividades, yo era incapaz de hablar y de despegar mis ojos de sus largos dedos.

- Y tu que tanto le ves a mis lindos pies? me pregunto la cínica

- Veo que son muy bonitos, respondí

- Quieres que te los ponga en la cara y te obligue a olerlos?

- No me molestaría para nada!

- Sabes cuantos días tengo de no lavarlos?, tengo mas de una semana sin lavarlos, y he sudado mucho de mis plantas y mis dedos.

- Que rico! quieres que me acueste en el suelo para que me lo coloques en la cara?

 

Todavía no me explico porque le dije esto, ni de donde saque el valor para pedirle tal cosa, pero el caso es que la chica, no lo dudo ni un minuto y coloco sus largos pies calientes y húmedos sobre mi rostro.

Me inundo rápidamente de su aroma, sacudiendo sus dedos entre si para que todo aquel tufo resagado saliera violentamente de entre ellos, La piel tersa de sus plantas acariciaba mis mejillas, mientras sus dedos apretaban cada rasgo de mi figura.

Aquel mecido sensual de sus pies provocaron la primera erección oficial de mi vida.

Los demás niños se mostraban sorprendidos pero muy ansiosos de experimentar las sensaciones que yo estaba teniendo.

" Betty, quítate esos calcetines feos y ven a pisar esta carita infantil " ordeno la chica guardiana con voz muy dominante y aterradora.

Temerosamente Betty acepto poniendo sus diminutos pies blancos sobre mi rostro.

Al pareces esto le gusto mucho, ya que dijo que mi respiración le causaba mucha cosquillas.

Aquellos pies flacos de la guardiana eran al menos tres veces mas largos que los de la pequeña Betty.

Yo podía distinguir perfectamente el olor peculiar de cada una, la intensidad de la esencia de la joven era imponente, poderosa e impresionante, pero la dulzura de Betty me relajaba y me excitaba de manera mas inocente e inmadura.

Poco a poco fui sacando mi legua para ir lamiendo los pies que en esos momentos me dominaban por completo.

Era como si los largos y huesudos pies de la guardiana libraban una batalla contra los indefensos tamalitos de Batty, el campo de batalla era mi cara, mi nariz una trinchera, mis pómulos un punto de apoyo, mis fosas nasales un escondite, mis ojos la mira y mi boca el manantial en donde se zambullían para refrescarse y retomar sus fuerzas.

La paz llegaba por momentos y se "estrechaban los pies"; los enormes dedos de la guardiana se cruzaban con los diminutos frejolitos de Betty, y todo esto se pasaba sobre mi.

Se hacian la guerra y la paz en mis narices!

Pero el poderío de la guardiana era indudable y después de un rato de divertirse con los lindos piecitos de Betty, ordeno a Andrea de quitarse sus sandalitas blancas y de colocar sus pies morenos y cálidos sobre mis piernas que ya habian sido descubiertas sin que yo hubiera podido darme cuenta.

Andrea obedecía y de una forma intuitiva comenzó a frotar desde mis encajes hasta mis rodillas con sus suaves plantas.

Melisa recibió la orden de tomar las sandalias blancas de Andrea y de besar cada esquina de ellas, pero la rebelde niña no acepto:

"No quiero hacerlo, están sucias y guelen muy mal" dijo caprichosa la pequeña.

- Tendrás que hacer lo que yo diga o tendrás que recibir un castigo, dijo la guardiana abanicando sus dedos largos y huesudos, cual una fiera salvaje que enseña sus colmillos devoradores y sus garras asesinas a todo aquel que hoza en desafiar sus mandamientos.

- Pero es que no quiero! dijo Melisa y sus ojos ya húmedos como anunciando un temporal de llanto provocaron mi compasión y dije:

 

"Yo lo haré en su lugar!" y tome las apestosas sandalias y las comencé a lamer y a chupar sin ningún problema. Asombrada por mi gesto

y mi euforia, la guardiana se distrajo y por un momento olvidando la hozadilla de aquella ingenua criatura. Y me dijo: "eres un cabrón verdad, te gusta la chancla sucia picaro!!" disfrútala "chupa, papito!! mas fuerte!!! sacale todo el juguito que se encuentra adentro, tomate cada gota de sudor del pie de Andreita y puso sus manos sobre la suela de la chancla que en ese momento me encontraba besando y la contramino fuertemente contra mi cara, como ahogándome con ellas y continuo diciendo "mamela papito" "chupesela toda"

El olor a cuero sintético y a los tiernos pies de Melisa me encantaba, la presión que la Guardiana hacia con ellas sobre mi rostro me hacia sentirme su prisionero, y el contacto de los pies de Andrea que se paseaban por mis piernas tocando por momentos la puntita de mi pene me incendiaban la piel.

Mi excitación llamo también la atención de Melisa quien había interrumpido su llanto para observar el desate de pasión desenfrenada de la que era objeto mi pene que se movía de arriba abajo tratando de alcanzar los pies de Andrea que se mecían de un lado a otro.

Aprovechándose del descuido de Melisa, la guardiana se acerco a ella desnudandola por completo a la fuerza y luego hundió su inmenso pie desfachatado en su ingenua boca virginal.

No teniendo suficiente con esto le arranco sus calcetas rosadas con figuras de jirafa, les pego una olida, me las restregó en mi pene y luego las metió entre la raja de las nalguitas de Melisa y las soco firmemente.

El dolor de Melisa al sentir sus propias calcetas hendientes escaldando su raya era logico pero así también se apreciaba su regocijo y su placer al experimentar dicha aventura.

Ya con los reductos del liquido de mi pene y de lo que había recogido al rascar la línea de las nalguitas inmaduras de Melisa, las calcetas estaban listas para ser restregadas en la cara del pequeño y suertudo Marlon que hasta este momento no había participado de la tertulia boxistica de aquellos pies de niños.

 

Mientras era asfixiado con las temibles calcetas, Andrea fue acariciando con sus manos los femeninos pies de Marlon provocando muchas cosquillas.

Creo que de todos los pies presentes en el cuarto, los de Marlon eran los mas limpios e inodoros. Además de esto su apariencia era realmente impresionantemente femenina, tanto que la Guardiana decidió verificar las reacciones de su pene que dormía como una diminuta oruga.

No reacción a la pata de la guardiana en su garganta

No reacción a los piecitos olorosos de Betty en su pene

No reacción a el tufo incontenible de las sandalias blancas de Andrea,

No reacción al intolerable olor de los "tenis" de la guardiana

No reacción a ninguna de las vulvas infantiles desperdigadas por la habitación

No reacción a la nalga roja y castigada de Melisa

Pero que quería este lactante?

Era impotente a caso?

A la guardiana se le ocurrió algo!!

Nos ordeno de lamer su pie izquierdo y de tratar de bañarlo, lo mas posible, de nuestra saliva parvularia.

Ya con aquel pie chorreando, baboso y suficientemente lubricado lo introdujo en el pequeño ano de Marlon,

obteniendo una inmediata respuesta reflejada en la erección de aquel insurrecto dormilon.

Una vez superada esta prueba muchas de las chicas se sintieron deseosas de experimentar un poco de tan recurrente pie.

Yo tuve mi eyaculación con sobre los pies de la guardiana que habian recorrido todos los tiernos culitos de mis compañeros en mi boca, los míos en el anito de Betty y los estupendos piecitos de Andrea en mi boca.

Empapado de toda clase de líquidos en procedencia de los distintos organismos infantiles, me fui quedando dormido poco a poco como le hubiera gustado tanto verme a nuestra antigua guardiana.

Que buena decisión habíamos tomado!

Jugar con nuestro pies era mejor que cualquier otro juguete

Incluso mejor que la Televisión...

Que cosas mas ricas nos faltaba por descubrir al lado de los interminables pies de nuestra nueva Guardiana?

 

Gracias por leer mis relatos

Bacop