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La primera vez de Maria (05)

en Transexuales

LA PRIMERA VEZ DE MARIA ( y V )

Ya era domingo del largo fin de semana que Maria estaba pasando con Ricardo en su casa de la playa.

Después de la cena con Ricardo y sus amigos José Luis y Dolores que supuso mi presentación de sociedad, nos despertamos un poco tarde, sobre las 10 h, el sol brillaba, entraba en la habitación, desde la cama se podía ver el mar. Yo iba con el camisón de seda negra bastante corto y casi trasparente, Ricardo estaba desnudo a mis espaldas, note como una mano acariciaba mis nalgas, respondí con un ligero movimiento de caderas, en silencio. La mano cada vez me acariciaba con mas intensidad, hasta que un dedo empezó a intentar abrirse pasa en mi cerrado agujerito, lo consiguió fácilmente.

Ricardo me susurró cariñosamente al oído " Ponte de cuatro patas, a lo perrita, con las rodillas cerca del borde de la cama ". Se preparaba un dulce despertar. Obedecí rápida, sumisa. Se arrodilló en el suelo detrás de mi, me bajó las braguitas tipo tanga que llevaba puestas, me levanto el camisón, dejando todo mi trasero al descubierto., con las manos me superaba las nalgas, dejando mi agujero anal a la vista, entonces sentí un calor húmedo en la entrada de mi sexo, era la lengua de mi amante, de forma decidida empezó a ensalivar mi orificio, después siguió introduciendo la lengua en mi interior, que delicia, que forma mas placentera de despertarme, su lengua vigorosa entraba y salía de mi ano como si de un húmedo pequeño pene se tratara, yo estaba gozando profundamente.

De pronto dejó de penetrarme con la lengua y percibí su grande rozando la entrada de mi ano, de una vigorosa embestida, me penetró hasta mas de la mitad de su imponentes 25 cm. Yo chille, un poco de dolor y un mucho de placer, después fue introduciendo lo que faltaba de su largo miembro hasta el fondo, puede percibir como sus testículos golpeaban mis nalgas, estábamos los dos cerca del orgasmo. Cuatro o cinco embestidas mas bastaron para que no corriéramos al unísono, se estaba convirtiendo en adicta al sexo, noté su leche en mi interior, es una experiencia de la que no me candaba de disfrutar. Ricardo salió de dentro de mi, cayendo los dos en la cama en su apasionado y profundo beso, con esa lengua que tantas maravillas había hecho en mi ano.

Ricardo se levantó y me dijo "Ahora vuelvo cariño" y salió de la habitación, a cabo de unos volvió con una gran bandeja con todo lo necesario para un buen desayuno que tomamos en la cama.

Después me dijo que me vistiera, que teníamos que ir a Tossa de Mar a ver a un anticuario amigo suyo y a comer. Empezaba a disfrutar de esta forma que tiene Ricardo de organizar mi vida, me sentía sumisa con mi hombre. Yo disfrutaba en mi papel de dulce y obediente mujer. El me esperaría en el jardín.

Visto el buen resultado de la noche anterior, me volví a aplicar un enema, para estar bien limpia por dentro, después volví a usar mis querida bolas chinas introduciéndolas suavemente una a una en mi interior. Dan una sensación especial, es como si tuvieras un pequeño pene introducido en el ano. Pero con la ventaja de que estas vestida haciendo vida normal, andando, comiendo en un restaurante, es una gran experiencia. De momento no se lo dije a Ricardo.

Me puse un conjunto de braguita, sostén y ligueros de encaje blanco, medias de color marfil y unas mules de unos 7 cm de tacón. Mis pies aún me dolían un poco de los zapatos de 12 cm de tacón de la noche anterior. Siempre uso medias con ligueros, nunca pantymedias. Las medias son mucho mas femeninas y a los hombres siempre les gustan mucho mas y además te permiten hacer el amor con un hombre con el ligueros, las medias y los zapatos de tacón puestos y esto gusta mucho a los hombre, es mas sexy.

Encima me puse una falda blanca bastante estrecha tipo tubo hasta las rodillas y un top también de color blanco. Las prótesis de silicona insertadas dentro del sostén hacían que el perfil y el movimiento de mi busto fuera muy real. Me maquille de forma suave, un poco de colorete, mascara en las pestañas y un pintalabios de color rosa oscuro con un tono brillante. Mi melena libre, unos aros en las orejas ( hace años que las tengo perforadas) y un collar de perlas, quedaba muy juvenil y veraniega

Para subir al coche, Ricardo me abrió galantemente la puerta, yo entre de las forma mas femenina posible, primero sentándome y luego recogiendo las piernas con las rodillas juntas y entrándolas dentro, como hacen las mujeres

Fuimos a la tienda del anticuario amigo desde hace años de Ricardo, casi me desmayo cuando me presento como su novia, estuvimos curioseando cogidos de la mano o con el brazo de Ricardo en mi cintura, al final decidió comprar un jarrón antiguo para su casa de Barcelona y un pulsera antigua de plata para mi.

En el paseo marítimo, cerca de la playa cominos en un restaurante, del cual Ricardo también era conocido del dueño, me volvió a presentar como su novia, cuando de fue, entusiasmada le agradecí esta forma de presentarme a sus amigos y le dije en su susurro y con un sonrisa picara " Cuando volvamos a casa y antes de volver a Barcelona, te voy a agradecer este cumplido de una forma muy especial ".

Después tomamos un café en la terraza de un bar instalado sobre la misma playa, entonces le dije flojito al oído " Cariño, hoy también me he puesto las bolas chinas ¿Quieres sacármelas antes de volver a Barcelona? ", con una sonrisa me contestó "Con muchísimo gusto". Volvimos al coche y nos dirigimos hacia "nuestra casa", llegamos sobre las 4h de la tarde. Ahora iba a ser el momento que yo esperaba para agradecer de una forma especial a Ricardo todo lo que estaba haciendo conmigo. Eso de su novia, sonaba divino.

Estábamos en el gran salón comedor, empecé a desnudar a Ricardo, nos besábamos casi de forma furiosa, el también empezó a desnudarme, de momento solo le permití que me sacara el top y la falda, quería estar muy sexy, con mi sostén relleno, mis medias y mis mules de tacón. Me condujo hasta la gran mesa de comedor, me ayudo a tumbarme de espaldas encima de ella y a colocar mi culo cerca del borde, delicadamente me levantó las piernas, sin dejar de acariciar mis pechos y de besarme, luego fue tirando del cordel d las bolas chinas, me las saco despacio, una a una, las había llevado mas de cinco horas.

Una vez fuera ni esfínter anal no se cerró, estaba totalmente abierto y dilatado. Quedo con un apertura de un diámetro parecido al de las bolas que hasta hace un momento había en su interior, Hasta Ricardo se sorprendió un poco " Maria, tu ano es igual que una vagina esperando ser penetrada". Se arrimó a la mesa y puso mis piernas por encima de sus hombros, noté como su glande rozaba la entrada de mi sexo, unos escalofríos eléctricos recorrieron todo mi cuerpo, me iba penetrando muy despacio, centímetro a centímetro, me estaba dando placer y yo se lo daba a el, de corrió de una forma casi furiosa, incontrolada, dentro de mi, en esta posición su leche quedo toda en mi interior. Nos besamos, nos hacíamos caricias, nos tocábamos, me ayudo a incorporarme y me condujo hasta la habitación, la ración de sexo aún no había terminado.

Ya en la habitación, Ricardo me hizo tumbar de espaldas sobre la cama, me levantó las piernas y yo las encogí hasta que mis muslos tocaron en mi pechos, el me puso un pequeño cojín en la zona lumbar, mi aún abierto ano quedaba hacia arriba, mirando al techo. Ricardo podía gozar aún de la visión de mi sexy indumentaria, conservaba el liguero, el sostén, las medias y las mules de tacón puestas.

Primero me introdujo un par de dedos, casi jugando, en mi orificio anal, después se tumbó encima de mi, con sus brazo apoyados en la cama, de una sola vez deslizó la totalidad de sus 25 cm hacia mi interior. De todas las posiciones que habíamos usado desde el pasado Viernes por la noche, esta era la que permitía una penetración mas y mas profunda, yo con mis brazos recogía todo lo posible mis piernas hacia mis pechos, para ofrecerle mejor mi agujerito, el sin dejar caer todo su peso sobre mi, flexionaba los brazo y las caderas para que en un casi frenético mete y saca introducir todo su miembro dentro de mi, lo notaba muy dentro, estaba gozando como una loca y el también. Para aumentar mas aún nuestro clímax, empecé a practicar unas contracciones de mi esfínter anal, así apretaba su miembro viril, era como si intentara ordeñar a mi amante, pronto llegaría el momento del máximo placer.

Al final los dos al unísono disfrutamos de un gran orgasmo. El mío anal y también con una eyaculación de mi pequeño pene semierecto, el suyo fue una desbordante eyaculación en diversas contracciones que inundaban mi dilatado y ya dolorido ano, noté como chorros de liquido caliente entraban hasta el fundo de mi intestino, Sin duda fue el mejor de los diversos orgasmos que habíamos disfrutado durante el fin de semana.

Permanecimos sin movernos un buen rato, después Ricardo se tumbo mi lado, estaba exhausto, dirigí mi boca a su miembro que aún no había perdido toda su erección y con mi boca y con mi lengua lo limpie a fondo, mientras, notaba como un flujo de liquido caliente salía de forma espasmódica de mi ano y corría por mis piernas.

Al cabo de media hora, me levanté, fui al lavabo a limpiarme, me lavé en el bidet y como aún tenia el orificio anal bastante dilatado y abierto puse un tampón en mi interior. En mi vida habitual siempre uso tampones durante una semana de cada mes, es mi forma de tener la menstruación, me hace sentir mas mujer. Volví a vestir la falda y el top blancos, me retoque el maquillaje, nueva pintura de labios, recogimos nuestras cosas y volvimos en coche a Barcelona.

Creo que me había enamorado de Ricardo, había encontrado al hombre de mi vida. Me ayudó a entrar las maletas a mi casa, nos despedimos en un larguísimo, intenso y apasionado beso. Me dijo que me llamaría al día siguiente.

Después del largo fin de semana de sexo intenso, no sabía si podría esperar su llamada, estaba ansiosa de estar junto a Ricardo todas las horas del día y de la noche. De todas maneras mi castigado orificio se merecía una tregua, después de estos dos días lo tenía bastante dolorido, pero pronto estaría recuperado.

El Lunes a media mañana llamaron a lo puerta de casa, era un repartidor de una floristería que llevaba un inmenso ramo de rosas rojas para la Sra. Maria, al cabo de poco mas de una hora Ricardo me llamó, pero esto os lo contaré en un nuevo capitulo de mi historia.

Recordad que estoy a vuestra disposición en mi e-mail.