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El viaje de negocios (1)

en Transexuales

UN VIAJE DE NEGOCIOS ( I )

Hola amigos/as, como ya os conté en las 5 entregas de "La primera vez de Maria", soy un chico de 35 años, que desde hace ya muchos años me convierto en Maria, una mujer elegante y muy femenina. Desde aquel largo fin de semana mantengo una relación de hombre y mujer con Ricardo, con el que salí a la calle diversas veces y tuvimos largas e intensas sesiones de apasionado e intenso sexo.

En mi vida privada soy Maria muchas horas del día y de la noche, pues como recordareis, parte importante de mi trabajo lo realizo en casa. Solo me visto de hombre para mis entrevistas con mis clientes profesionales ( soy arquitecto) y para hacer las gestiones de mi trabajo.

Al cabo de unos días de nuestro apasionado fin de semana en Tossa de Mar, Ricardo me llamó por teléfono, el motivo era invitarme a pasar unos días ( de jueves a domingo) como acompañante suya en un viaje de negocios que tenia que ir en Madrid. Acepté encantada, saldríamos el jueves ( al cabo de dos días), me vendría a buscar a las 17 horas.

El Jueves por la mañana preparé mi extenso equipaje, un buen surtido de lencería, medias de diferentes colores, vestidos, alguna falda, alguna blusa y 5 o 6 pares de zapatos, una de mis debilidades. Quería estar guapa y radiante pues según me dijo Ricardo tendríamos que asistir a alguna cena de negocios con algún cliente suyo acompañado de su esposa.

Después del mediodía me preparé para la cita, me vestí de una forma cómoda pero elegante. Un body negro con ligueros, medias finas del mismo color, falda con un poco de vuelo hasta la rodilla, un jersey blanco ceñido realzaba mis pechos, que gracias a las prótesis de silicona insertadas dentro del sostén del body me daban un perfil del busto muy femenino, una chaqueta negra y unas mules del mismo color de unos 6 cm completaban mi atuendo. Discretamente maquillada, con un bolso de mano, tenia un look muy femenino y elegante a la vez. Perfecta para viajar.

Cogimos el avión para el breve vuelo a Madrid ( 50 minutos), teníamos billetes de primera clase, al llegar a nuestro destino, cogimos un taxi hasta el hotel. Un establecimiento pequeño de 5 estrellas situado en un antiguo palacio del barrio de Salamanca. Ricardo era conocido en el hotel, pues por trabajo viaja bastante a menudo a Madrid y siempre se hospeda en este lujoso hotel. El director nos dio la bienvenida y Ricardo me presento como su novia ( cada vez que oigo esto de "mi novia" me suena a música celestial).

Entramos en nuestra habitación y quedé con los ojos abiertos como naranjas, era una espaciosa y lujosa suite de al menos 60 metros cuadrados.

Como ya eran mas de las 21 horas, Ricardo me dijo que comeríamos en el mismo hotel, pues tenia un pequeño restaurante con 2 estrellas de la Guía Michelín, le dije que me diera unos minutos para arreglarme y quedamos que me esperaba en el bar del hall.

Rápidamente me cambié completamente. Me puse un conjunto de braguita, sostén y ligueros de color marfil, medias también de color marfil, un vestido sedoso de color rojo bastante ajustado, con el cuello tipo mao y media manga, me llega un poco por encima de las rodillas y unos zapatos de color rojo con puntera blanca de unos 10 cm de tacón completaban mi puesta en escena. Completé un poco el maquillaje y peina mi propio pelo largo hasta los hombros.

Me dirigí al ascensor, había un par de hombre que también lo estaban esperando en mi planta, amablemente me cedieron el paso tanto al entrar como al salir de mismo. ¿ Seria caballerosidad o simplemente que querían mirar descaradamente mi trasero?

Me reuní con Ricardo en el bar del hall y elogió mi vestido y mi aspecto " Maria, estas preciosa, radiante, eres mucho mas mujer que muchas de las mujeres biológicas que ahora mismo hay en este restaurante". Le agradecí el cumplido. La cena fue sofisticada y exquisita, bebimos champan y sobre las 23 horas volvimos hacia nuestra suite

Ricardo abrió la puerta y casi sin darme cuenta, me tomo en brazos y así me entro dentro de la habitación, ya dentro nos fundimos en un apasionado en intenso beso, las lenguas entraban y salían de nuestras bocas, se enroscaban, lentamente le quité la chaqueta, la corbata, la camisa, le acaricié su amplio torso masculino, mientras le seguía besando le afloje el cinturón y le baje los pantalones, saqué la ropa interior, ya tenia a mi hombre totalmente desnudo solo para mi.

Ricardo me acariciaba sensualmente los pechos, presionándolos dulcemente con las manos, estas bajaban hasta mis nalgas, nos estábamos excitados. De una forma suave, sensual y lentamente me bajó la cremallera posterior de mi vestido rojo, me ayudó a quitármelo, quedando a mis pies, delicadamente con uno de mis zapatos de tacón lo aparté

Me quitó la braguita, pero quedé con el sostén relleno, el liguero, las medias y los zapatos. Creo que así es mucho mas sexy que no desnuda del todo. Mis manos bajaron hasta su miembro que empezaba a parecer un mástil, me arrodillé delante enfrente suyo y empecé a lamerle el glande, besé y ensalivé todo el tronco y los testículos, seguí por empezar en tragarme el glande, lo iba succionando glotonamente, su pene ya había llegado a la totalidad de su esplendorosos 25 cm.

Ricardo me cogió por los hombros y me instaló arrodillada en el borde de la cama, se arrodilló a mis espaldas y noté como una caliente humedad mojaba mi ano, era su lengua que estaba lubricando mi aún cerrado agujerito. Su lengua se habría paso en mi sexo, para dejar paso a los dedos que empezaron a entrar y salir de mi interior. Mi ano se había dilatado ansioso de ser penetrado por una cosa mayor que sus juguetones dedos.

Ricardo se incorporó y noté como su hinchado glande rozaba la entrada de mi ano. Ya desde el pasado fin de semana no usábamos preservativo, pues no somos personas promiscuas y en la actualidad ninguno de nosotros dos mantiene relaciones sexuales con terceras personas, además no existe el riesgo de que me quede embarazada.

Percibí como el miembro de Ricardo presionaba ligeramente la entrada de mi ano, poco a poco, despacio entró todo su glande dentro de mi, ahora me dolía, pero también estaba gozando. Se mantuvo en esta posición algunos minutos, dando tiempo a mi esfínter anal a acostumbrarse al diámetro del intruso, después con pequeños empujones, centímetro a centímetro, me metió hasta mas de la mitad de su miembro en mi interior, Dios, ahora si que me dolía de verdad, pero aguanté el dolor, sabía que pronto se convertiría en placer, Ricardo me acariciaba los pechos, la espalda, empezó unos ligueros movimientos de mete y saca, hasta notar como sus huevos chocaban en mis nalgas, ahora ya no había dolor, solo placer, mucho placer.

Yo estaba totalmente dilatada y el me daba unas embestidas suaves pero largas, tiraba hacia atrás dejando solo su glande en mi interior y de unas suave penetración me embestía hasta el fondo, yo estaba gozando como una loca y el también. Estábamos los cerca del orgasmo, su miembro se tenso aún mas en mi interior y después de un largo jadeo, unos abundantes chorros de liquido caliente penetraron en mi intestino, la corrida fue realmente abundante, hacia mas de una semana que ninguno de los dos habíamos echo el amor. Al mismo tiempo yo tuve un orgasmo anal y de mi flácido y pequeño pene salieron unos escasos hilitos de liquido.

Me deje caer suavemente encima de la cama, Ricardo quedó tumbado encima de mi espalda, aún con su miembro semierecto en mi ano. Tiene la virtud en tardar mucho en perder totalmente la erección. Estuvimos así tumbados un largo rato. Luego fui al lavabo a cambiarme. Me puse un camisón corto de color negro casi transparente y un tanga, nos dormimos abrazados.

Al despertarme el Viernes por la mañana, sobre las 10 horas, Ricardo ya no estaba, encontré una nota escrita en la mesita al lado de la cama que decía " Buenos días mi vida, me siento muy feliz de estar contigo, pero mis deberes profesionales me reclaman, hoy tengo diversas reuniones de negocios, volveré a las 20 horas, después iremos a cenar con uno de mis mejores clientes y su esposa, ya les he avisado que yo acudiría acompañado de mi novia, ponte tan guapa como siempre. Te quiero. Ricardo. Ah.....se me olvidaba te dejo un sobre con un poco de dinero para que te compres ropa o lo que tu quieras. Te amo "

Que emoción, volvería a ir a cenar con gente conocida de mi hombre. Al lado de la nota había un sobre, lo abrí, quedé paralizada al ver que había 5 billetes de 500 euros, en total 2.500 euros. Todo para mis compras, sería un día fantástico.

Como sería un largo día de compras me vestí de forma cómoda. Un conjunto de falda y chaqueta de color pistacho, una blusa de color rosa pálido, unos zapatos negros de medio tacón, maquillada y peinada.

Salí a la calle, en el barrio de Salamanca donde esta el hotel, también están la mayoría de las tiendas de marcas importantes del mundo de la moda. Después de visitar diversas tiendas ya había comprado 3 vestidos (1.500 euros), uno blanco, uno rojo y uno negro, un pañuelo de Hermés ( 250 euros), dos conjuntos de braguita sostén y liguero y un body con ligueros de La Perla (650 euros). También compre 2 pares de zapatos en Bally y otro mas en Salvatore Ferragano ( 725 euros). Solo que quedaban 375 euros cuando en una exclusiva zapatería me enamoré de unos zapatos negros puntiagudos de altísimo tacón de Manolo Blaknick, costaban 525 euros, tuve que añadir 150 euros de mi bolsillo pero bien valían la pena.

Llegué al hotel a las 18 horas, llevaba tantas bolsas que parecía un árbol de Navidad, tenia dos horas para prepararme.. Empecé con un abundante enema, quería tener los intestinos limpios para hacer el amor con Ricardo a la vuelta de la cena, luego un largo baño con sales aromáticas, en la inmensa bañera, parecía la d Pretty Woman, después toco el turno a la leche hidratante corporal, el maquillaje, la noche permite un maquillaje mas sofisticado, mascara, sombra de ojos, cejas, colorete y labios de color morado brillante.

Ahora era el turno de la ropa interior, estrene el body de ligueros de La Perla, de encaje de color negro, con mis prótesis de silicona en su interior lucia espléndida, unas medias de color negro muy finas con costuras detrás. Recordando lo bien que me habían ido el pasado fin de semana ( La primera vez de Maria I a V ), me pondría unas bolas chinas en mi recto, que a parte del placer que dan, prepararían muy bien mi ano para la sesión de sexo al volver al hotel. Primero con mi dedo índice unté con vaselina la entrada de mi agujerito, después introduje una a una las bolas en mi interior, usé unas de 2,5 cm de diámetro que son fabulosas, aunque estoy pensando en comprarme unas con un diámetro superior.

Evidentemente estrene mi nuevo vestido negro de noche, es muy ajustado al cuerpo, con amplias mangas, escote redondo y una larga falda estrecha hasta casi los tobillos, con un corte a un lado hasta mas arriba de las rodillas que permiten ver mis perfectas piernas enfundadas en las sugerentes medias. Solo faltaban los zapatos, iba a usar por primera vez en mi vida unos tacones de Manolo Blaknik, son negros de horma escotada, de unos 12 cm de tacón fino y puntiagudo, a pesar de su altura son muy cómodos.. Al moverme por la habitación al vestirme, notaba como las bolas chinas se movían en mi interior.

A las 20 h me llamó Ricardo por teléfono diciéndome que me esperaba en el hall."Ahora bajo" respondí.. Al llegar al hall Ricardo me estaba esperando, por la cara noté que había quedado maravillado con mi aspecto " Estas guapísima y muy femenina" me dijo. " Todo lo que ves es regalos tuyo, y todo lo que no ves , lo que esconde el vestido, será mi regalo para ti cuando volvamos" respondí con una sonrisa picara

Teníamos un coche esperándonos fuera, fuimos a la cena en una elegante mansión de las afueras de Madrid, volví a ser presentada como su novia. La mujer del cliente de Ricardo le dijo " Ya era hora de que sentaras la cabeza Ricardo, veo que has encontrado una mujer muy guapa", La cena discurrió perfectamente y sobre las 24 horas volvimos al hotel. Al entrar en nuestra suite encontramos una cubitera con una botella de champan helado que Ricardo había pedido con anterioridad. Nos servimos unas copas y brindamos por nuestra felicidad.

Fui al lavabo a retocar mi maquillaje y cuando volví a la habitación Ricardo ya solo llevaba puesto los calzoncillos de puso detrás de mi y me abrazó. Mientas me besaba en la nuca me acariciaba, me cogía los pechos como si de un sostén se tratara, a través de la ropa del vestido notaba como su miembro estaba poniéndose erecto. Con la boca me bajo la cremallera del vestido, yo quedé con el body con ligueros, las medias y los zapatos de altísimo tacón, de momento no quería sacarme mas ropa, así estaba muy sexy.

Fui conduciendo a Ricardo ya completamente desnudo hasta nuestra inmensa cama, quedando el tumbado de espaldas, yo de rodillas a su lado empecé a acariciar sus genitales con las manos, su arma ya estaba tendida en todo su esplendor, suavemente empecé a besar el glande, a succionar a dar lengüetazos, su miembro palpitaba, introduje su glande en mi boca, pasando la lengua en suaves rotaciones por todos los lados de su capullo, Su pene se tensaba por momentos, me tragaba mas y mas centímetros de ese tronco hinchado, con la lengua notaba el palpitar de sus venas. Sacando su miembro de mi boca un momento del dije " Ricardo, quiero que te corras en mi boca " y volví a mi agradable tarea. El arqueó todos su músculos, su pene se hincho aún mas, si esto era posible y empezó a expulsar su semen, caliente, en chorros espasmódicos en mi boca. Fui tragando todos sus jugos, era una nueva experiencia para mi, ese sabor entre salado y agrio, esa temperatura. Seguro de que todas las que han podido gozar de un momento tan especial me entienden.

 

 

Como ya os conté, Ricardo no pierde la erección fácilmente, así pude seguir lamiendo como una gatita mimosa y limpiar su miembro hasta dejarlo reluciente. Me tumbé a su lado con una mano agarrando su mástil, al poco rato ya volvía a estar palpitando.

Ricardo se incorporó, quedando yo tumbada de espaldas sobre la cama, me empezó a acariciar los pechos, apretándolos suavemente, después me desabrochó los cierres del body, me levantó el trasero y puso un cojín en mi zonas lumbar, doble las piernas enfundadas en las finas medias y con los zapatos de tacón aún puestos , hasta conseguir que los muslos tocaran con mis pechos. En esta posición mi orificio anal quedaba casi mirando hacia arriba y totalmente expuesto a la voluntad de mi hombre.

Con mucha delicadeza empezó a tirar del hilo de las bolas chinas, hasta que salió una, después otra, yo me estaba retorciendo de gusto, hasta que al final salió la quinta y ultima. Como hacia mas de 5 horas que las llevaba puestas mi esfínter anal estaba completamente dilatado, al sacar las bolas mi ano no se cerró como es habitual, que quedó abierto de lo relejado que estaba. Ricardo se arrodilló enfrente de mi y apoyó la punta de su gran pene en mi orificio anal que esperaba totalmente dilatado y lubricado a ser penetrado. De una sola, suave pero constante y profunda embestida me introdujo la totalidad de sus 25 cm, hasta que sus testículos golpeaban alrededor de mi ano, que placer, no me dolía en absoluto, las bolas chinas habían echo muy bien su trabajo preparatorio, solo sentía placer, mucho placer.

Quietos en esta posición, empecé a contraer rítmicamente mi esfínter anal, era como si abrazara, como si besara aquel miembro que tenia en mi interior, sabía que esto enloquecía a Ricardo, empezó un rápido movimientos de caderas metiendo y sacando su pene de forma frenética, a casa empujón parecía que me penetrara un poco mas profundo, finalmente nos unimos en unos gemidos de placer en un orgasmo mutuo, me llenó de leche mi recto en unos interminable chorros de liquido caliente, parecía que cada contracción de mi esfínter provocara un nuevo chorro de leche. De mi flácido y pequeño pene salieron unos tímidos chorritos de liquido. Después no quedamos tumbados con el pene de Ricardo aún en mi interior, que iba perdiendo la erección de forma lentamente.

Al cabo de un rato su pene se salió de mi interior y Ricardo de durmió, yo quede abrazada a mi hombre con la cabeza recostada sobre su pecho. Notaba como hilos de liquido caliente salían de mi ano y resbalaban por parte de mis muslos, me sentía una mujer de pies a cabeza.

Lo que sucedió el Sábado y el Domingo, os lo contaré en la segunda parte de esta historia, que como siempre es verídica al 100 x 100.