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Marina (01: Mi diosa)

en Hetero: General

Capitulo I

Marina MI Diosa

Esta es la historia de mi relación con una mujer maravillosa, a quien llamaremos Marina.

Es una morocha de 1,65, ojos oscuros pero luminosos, su piel es suave y siempre con un aroma que es capaz de transportarte al mas sublime de los mundos, el solo abrazarla y sentir su perfume, produce en mi una sensación unica.

Es delgada, su vientre plano y sus caderas generosas, sus pechos bien proporcionados sin ser grandes, estan coronados con unos pezones muy sencibles, enmarcados en grandes aureolas de color café.

Fuimos amantes durante muchos años y hemos hecho el amor miles de veces, pero siempre fue una experiencia alucinante, este relato intenta ser un homenaje a esa mujer que hoy ya no tengo, pero que nunca podre olvidar.

Desde que nos conocimos, la atracción fue fulminante, al principio los dos, si bien nos sugerimos con indirectas, mantubimos una distancia, al poco tiempo nuestras miradas y nuestras expresiones fueron delatando el profundo deseo que sentiamos el uno por el otro,

Recuerdo un dia en que nos toco trabajar juntos y estabamos en mi oficina solos, yo en mi escritorio y ella frente a mi, tenia puesto un sweter de lana rojo, muy ajustado que marcaba en forma impresionante sus hermosos pechos, ademas llevaba puesta una pollera de gamusa, bien corta y ajustada, cada vez que cruzaba sus piernas, yo me ponia mas loco.

No lograba concentrarme, no podia dejar de mirar sus pecho y ni hablar cuando podia ver sus muslos, fuertes y bien formados, que invitaban a ser acariciados, me estaba volviendo loco, pero no sabia cual era su interes a esa altura, ya que hacia unos pocos dias que nos conociamos. Hice algunos cometarios sobre su figura y note que fueron bien recibidos.

Motivado por sus respuestas y con la excusa de un viaje de negocios a una localidad cercana le pedi que me acompañara, junto con otras dos personas de la empresa, acepto encantada.

La pase a buscar la mañana siguiente y fuimos a cargar combustible, antes de recoger a los demas, cuando baje a abonar, aproveche a comprar un chocolate, que le entregue al

subir al auto, en ese momento ella, se acomodo muy sensualmente en su butaca y abriendo la golocina, me convido una porcion llevandola directamente a mi boca.

Yo ya me la queria comer.

Recogimos a los demas y salimos a la ruta, un viaje tranquilo y rapido, al llegar a nuestro destino, una ciudad balnearea, deje a los otros dos pasajeros en la dirección de un cliente y rapidamente me fui con Marina a realizar otras tareas. Lo cierto es que me diriji directamente a la playa y alli estacione el auto.

Al estacionar, me pregunto con cara risuña que hacimos alli, a lo que respondi con un beso en su boca.

Respondio como espera, abrio sus labios y nos dimos nuestro primer beso, humedo, pleno, muy sensual, debo aclara que si bien Marina tiene un cuerpo explendido y me atrae cada centrimetro de el, su boca es hermosa, sus labios parecen el trabajo de un artista, bien dibujados, finos, elegantes, capas de seducir al mas pacato de los hombre, esa es la boca que yo estaba besando por primera vez y con la que aun hoy, a diez años de aquel primer beso, sigo soñando.

Estubimos un rato besandonos y empezando a conocer nuestros cuerpos ya que de inmediato empece a acariciar sus pierna y luego de luchar un rato con una larga pollera de lana que llevava puesta, pude tocar esos piernas que tanto deseaba.

Comence a subir mis manos en busca de su entrepierna y ya el calor que sentia, me adelantaba el mar de sensaciones que me esperaban.

Con un poco creible "a donde vas" intento mantener su dignidad a salvo, mi respuesta, por cierto poco original de " a donde vos me dejes" fue lo ultimo que pudimos decir antes de fundirnos en un sin fin de caricias y besos. Mis manos llegaron al tan anciado tesoro y por primera ves pude acariciar su conchita por encima de su ropa interior, se notaba muy humeda y caliente, intente sacarle la bombachita, pero ese no era el mejor lugar y ademas, debiamos volver por los demas, por lo que decidimos, dejar para luego nuestro primer encuentro sexual.