Desde que nos conocimos, la atracción fue fulminante, al principio los dos, si bien nos sugerimos con indirectas, mantubimos una distancia, al poco tiempo nuestras miradas y nuestras expresiones fueron delatando el profundo deseo que sentiamos el uno por el otro.
Convertiamos en relidad todas nuestras fantacias y nos encantaba el imaginar alguna situación y luego convertirla en relidad.
Fuimos amantes durante muchos años y hemos hecho el amor miles de veces, pero siempre fue una experiencia alucinante, este relato intenta ser un homenaje a esa mujer que hoy ya no tengo, pero que nunca podre olvidar.
Yo me quede esperado y me fui desvistiendo, cuando la puerta del baño se abrio y la vi aparecer, o dios que imagen, llavaba puesto un body blanco que resaltaba su figura y el contraste del color con su piel, la hacia ver como una diosa. Hermosa.
Si señor, que cola, como dijo el poeta, Me han traido hasta aquí, tus caderas y no tu corazon.