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Mi marido me echo en brazo de otro hombre

en Hetero: Infidelidad

Mi marido me echo en brazo de otro hombre

Me llamo Emelyna, soy una mujer ya madura aunque mis hijos están en la universidad me siento todavía atractiva trato de mantenerme en forma con dietas y ejercicios. Tengo el pelo negro y los ojos castaño soy de unos 5 pies 5 purgada no muy alta. Me enamore de mi esposo muy joven nos casamos después de un año de conocernos. Él es un hombre atractivo muy varonil, alto de ojos claro. No puedo negar que hemos sido felices. Como todos matrimonios hemos tenido alta y bajas, aunque ahora estamos en baja es mas nuestra relación en general esta por el piso.

Siempre hacíamos planes para cuando nuestros hijos se independizaran, tomáramos unas vacaciones muy merecidas, ocuparnos mas de nosotros, cosa que vamos olvidarnos con las rutinas de la vida.

Yo ya había notado que mi esposo estaba cambiando, se sentía más achacoso, se acostaba cansado y se levantaba igual de cansado. Y no perdía momento para pelear lo que hacia que las relaciones sexuales fueran más escasas hasta que llagaron a no existir. Cuando no estaba trabajando se la pasaba viendo la televisión o peleando por cualquier bobería. Al principio me preocupe, su mal de humor, su falta de apetito sexual su cansancio. Tenia todos los síntomas de un hombre infiel, y por sus visitas regulares al medico sabia que no estaba enfermo, lo que me hizo vigilarlo quería tener la certeza que ese era el motivo de su cambio, lo llamaba al trabajo a horas diferente o pedía permiso en mi trabajo para aparecerme en el suyo a cualquier hora pero nada. Cuando no estaba trabajando en su negocio se la pasaba metido en la casa sin salir para nada viendo la televisión, tampoco recibía llamadas sospechosa. Eso me convenció que no me estaba siendo infiel. Mis relaciones con él seguían empeorando, por lo que decidí concéntrame mas en mi trabajo. Empecé a trabajar tiempo extra todo los jueves, no tenia apuro por llegar a mi casa y ya que no podía estar todos los días fuera pues cogí los jueves, mi trabajo era un escape a las peleas de mi marido. Era angustioso llegar a mi casa después de una jornada de trabajo dura y encontrarme a un hombre peleón mandón y achacoso.

Unos de eso jueves no tenia mucho trabajo en la oficina y me tuve que ir temprano pero llegar a la casa temprano como otros días era oír a mi marido pelear por la antena del televisor por el cansancio que tenia, por que no hizo suficiente dinero en fin por todo. Por lo que decidí ir al Centro comercia y ver un poco de vidriera cosa que no acostumbro hacer. Me pare en unas de esa vidriara a mirar unos zapatos cuando sentí una voz detrás de mi que me decía.

~ Te gusta eso zapatos?—Era una voz varonil ronca. Cuando me voltee vi una sonrisa de oreja a oreja y unos pares de ojos negro como azabache, el dueño de eso ojos era un hombre de estatura mediana fuerte piel tostada, con el pelo algo canoso. Me parecía conocido pero no podía recordar en donde lo había visto antes. El dando se cuenta que no lo recordaba me dijo.

~ Soy Tadeo te acuerda estuvimos en la escuela juntos tuvimos varias clases juntos. Emelina de verdad que no te acuerdas?

~ Si ya me acuerda te decíamos Tato y a ti no te gustaba. Claro, como has estado pero como te acordaste de mi después de tanto tiempo- Le pregunte extrañada. Habían pasado muchos años. Éramos unos muchachos entonces.

~ Bueno eso ojos son difíciles de olvidar- Al decirme eso yo sentí como mi cara se ruborizaba, así tanto tiempo que nadie me decía un piropo que no pude evitar ponerme roja él dándose cuento me enviíto a un café, acepte. Nos sentamos en una cafetería que tenia unas mesitas al aire libre. Yo le pregunte que hacia en el centro me dijo que era el dueño de la tienda de caballero.

~ Y tu que hace? Estas de compra?

~ No exactamente es que los jueves trabajo horas extra y hoy salí temprano y quise darme una vuelta por el Centro.-Claro no quería darle detalle de mi vida. Si me dijo que estaba casado con tres hijos ya casados también. Yo le conté que mis hijos ya se habían ido a la universidad que había tenido hembra y varón. Conversamos, reímos la pasamos bien. Yo mire el reloj de pulsera y le dije apenada que ya era hora de irme.

~ Tadeo me a encantado volverte a ver pero ya me tengo que ir.

~ A mi también me a alegrado mucho verte espero verte de nuevo para tomar otro café tu sabes que estoy en la tienda de caballero. Y así nos despedimos.

Llegue a mi casa muy relajada la conversación con Tadeo me había venido muy bien. Cuando abri la puerta vi a mi marido viendo la televisión medio dormido, cuando entre me miro con indiferente y me dijo- cierra la puerta que se va él frió del aire acondicionado. Yo con la misma indiferencia le pregunte- comiste?-si comí- Y ahí se acabo toda la comunicación. Me fui al cuarto pesando a mi pesar en la tarde que había tenido. Cogí me ropa de dormir y me metí en el baño dispuesta a darme una ducha antes de irme a la cama. Me metí en la bañera me empecé a enjabonar no pude evitar un cosquilleo entre mis piernas mientras me enjabonaba mis pelos pubicos. Me empecé a acariciar mi clítoris con la espuma del jabón me toque mis pezones con la punta de mis dedos los que respondieron a las carisias poniéndose duros, ya sentía mis jugos bajar cuando sentí a mi marido entrar al cuarto llamándome. Me acabe de bañar y me fui a la cama con la misma sensación que tenia en el baño. Pero no quise hacer ningún movimiento que delatara mis deseos sexuales, trate de dormir.

Paso una semana y al llegar el jueves me acorde de mi amigo Tadeo me pregunte que si fuera al Centro quizás lo viera de nuevo pero no. No quería caer en esa tentación me daba miedo sentirme atraída por otro hombre que no fuera mi marido. A mi pesar me pase el jueves pensando en Tadeo, al final del día no tenia mucho trabajo pero decid ir a mi casa, era temprano seguro que mi marido no esta en casa. Cuando llegue no lo encontré como esperaba por lo que después de cambiarme me puse a cocina. Cuando llego me pregunto porque había llegado temprano le dije. El indiferente como siempre me dijo eso es bueno así me cocinas algo. Se fue al baño diciendo no sé que cosa. Lo sentí en el baño protestar por algo que se le había caído. Yo suspire y termine la comida. Comimos en silencio era mejor no hablar para evitar una pelea.

Paso otra semana y llego el Jueves. Ese día tampoco tenia mucho trabajo pero de verdad que no tenia deseo de llegar a casa temprano por lo que me fui una hora antes de lo acostumbrado claro sin antes decirle a mis compañeras de trabajo que me iba a comer algo a la cafetería del edificio.

Llegue al Centro ilusionada con encontrarme de nuevo con Tadeo aunque estaba nerviosa no sabia que decirle. Busque la tienda de caballeros y ahí estaba diciéndole algo al empleado. Yo le hice seña, el enseguida me vio y se acerco a mi

~ Pense que no te vería más.

~ Tuve mucho trabajo- le mentí. No quería que supiera que estaba evitando verlo.

~ Tomamos algo?

~ Bueno- le respondí un poco nerviosa sin saber porque.

~ Te parece ir a algún lugar mas tranquilo- le respondí con un moviendo de cabeza afirmativamente entro de nuevo a la tienda le dio unas llaves al empleado diciéndole algo que no alcance a escuchar. Al salir me tomo del brazo y nos montamos en un carro verde oscuro. Yo me sentía muy nerviosa, salir con el no estaba en mis planes, pense en mi marido viendo la televisión medio dormido, también pense en mis hijos, pero una vocecita me decía ellos ya están haciendo sus vidas y tu marido es feliz viendo la televisión. Claro yo misma me quería convencer que esta bien lo que estaba por hacer, los dos éramos adultos ya maduros sabíamos lo que teníamos en la mente desde que nos vimos. En estos pensamientos me encontraba cuando llegamos a un edifico muy alto, el parqueo y me dijo.

~ Has estado muy callada que té pasa?- No puede callar mis dudas y le dije.

~ No esta bien lo que estamos haciendo, estamos casado, es un problema.- Él me miro muy fijo y me dijo muy serio.

~ Desde cuando no te acarician, desde cuando no te dan un beso, o te dicen unas palabras de cariño- No conteste, el continuo.

~ Eres feliz?- De nuevo no conteste. Pero como el que calla otorga..

~ Me lo supuse. La tristeza de tus ojos te delatan Vamos y no te preocupes mas Entramos por una puerta de cristal. En el vestíbulo estaba un señor ya entrado en años con un uniforme de portero que lo saludo con confianza, mientras empujaba los botones de elevador. Subimos a un décimo piso llegamos a una puerta con los números 1012 los que nunca olvidare, saco unas llaves de su bocillo y abrió. Era un apartamento pequeño de una pieza pero bien distribuida. A la izquierda esta una cocina con un juego de mesas de cuatro silla mas atrás había una puerta que me supuse era el baño, lo que luego pude comprobar después. Frente a la puerta de entrada estaba la sala con un sofá una butaca y una mesita en el medio delante de lo que era la terraza. A la derecha se encontraba una cama matrimoniar con un cubrecama dorado oscuro. En la mesita que había al lado de la cama había una hielera con una botella de algún licor enfriándose esto me aseguro que todo lo había planeado pero lejos de disgustarme en el fondo me alegro. Me enviíto a sentarme en el sofá ofreciendo una copa del licor. Yo no atinaba a decir palabra. El se sentó al lado mio y me beso en los labios apasionadamente, me besaba el cuello y yo me dejaba me buscaba mis senos y yo me dejaba. Sentía como aquellas paredes daba vuelta me dijo entre dientes

~ Vamos a la cama. Me deje conducir como niña buena. Ahí me quito la blusa el ajustador. Yo solo olía su aroma de hombre excitado. Le quite la camisa toque aquel pecho velludo musculoso, mi piel se erizaba al contacto masculino.

~ Desnúdate- me ordeno yo obediente me quite lo que quedaba de mi ropa, mientras él hacia lo mismo. Nos tiramos en la cama piel con piel aliento con aliento. Tadeo me empezó a acariciar de nuevo los senos chapándome los pezones mientras que bajaba la mano buscando mis bello púbicos esto me puso frenética me enloqueció lo que me hizo mover mis caderas deseperamente sentía como mi vagina se iba mojado, con dos dedos abrió mis labios inferiores buscado mi clítoris masajeándolo rítmicamente mientras que con su lengua circulaba mi vientre bajando lentamente yo desesperaba buscaba su miembro por lo que le dije~ ven- haciéndole una seña a que se virara para así poder tocar su duro pené. Él sin dejar de usar su lengua ya llegando a mis partes empapadas me viro hacia un lado haciendo un 69. Cogí su duro miembro y le lamí la punta redonda y liza tal si fuera un cálamelo rodie su pené con mi lengua, esto hizo que el gimiera entre mis piernas mas yo lo lamía el mas chupaba, metiendo su lengua en mi vagina lo que me hizo temblar sintiendo como se avecinaba un orgasmo, yo chupaba aquel enorme cálamelo metiendomelo todo en mi boca, el sacaba y metía su lengua en mi vagina como si fuera un pequeño pené que me enloquecía, chupadose todo lo que mi vagina le daba. Por un momento paro me dijo vírate. Me puse boca abajo metiendo mi cara en la almohada, sentía que mi corazón se me quería salir del pecho de lo fuerte que latía. Me di cuenta que metió la mano en la hielera que todavía estaba al lado de la cama sacando un hielo y poniéndoselo en la boca después lo pasándolo con su lengua por toda mi espalda llegando a mis nalgas y dejándolo caer en mi ano-el susurro ~ te gusta? Yo solo gemí. Y una vez mas yo sentía como mi vagina se mojaba. Después puso una almohada debajo de mí me estiro hasta la orilla de la cama quedando en cuatro fue entonces cuando me introdujo su enorme miembro.

~ Te gusta mami- me decía

~ oohh si claro me encanta oohh sigue mas duro- yo decía en mi delirio.

Lo que hizo que él me envistiera mas fuerte dándome salgadas las que me enloquecieron de placer. Hubo un momento que yo gritaba pideindo mas, mas oohh dame mas .

Hasta que lo oí con voz roca

~ Me derramo cojéela toda- apretando mas mis caderas. Lo que hizo que me derramara otra vez. Parecíamos dos bestias agarradas una dentro de la otra.

Después de un rato ya mas calmado nos besamos con ternura parecíamos dos novios después de hacer el amor. Le pedí que me dejara usar el baño, me señalo la puerta de la izquierda diciéndome donde había toallas limpias. Fue en la ducha cuando pense en mi marido pero no me sentí culpable claro todavía tenia la excitación de los momentos pasados. Salí me vestí mientras lo hacia Tadeo fue al baño salió ya vestido fue cuando nos montamos en su carro cuando me empecé a preocupar mirando el reloj de pulsera. Pero vi que aun era temprano llegamos al Centro sin decir palabra, me baje sin antes él preguntarme

~ Te veo el jueves.

~ No sé quizás. Le dije casi sin mirarlo

~ De todas forma te espero. Me sonreí no hicieron falta mas palabra. Tome mi carro y me fui.

Pensando en lo que había sucedió con Tadeo llegue a mi casa entonces pense que mi marido seguro estaba en su sillón viendo la televisión. No sentía ningún cargo de conciencia lo que sentía era como si me había quitado un peso de encima. Entre y ahí con el control remoto en la mano y medio dormido estaba mi marido. Pero esta vez cuando lo mire ya no me parecía tan insoportable. Bueno si era feliz de ese modo que se va hacer. Por lo menos ese día me sentí muy feliz.

Continuara...........