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La perversión de la hermana lo enseñó a difrutar

en No Consentido

Demetrio estaba sentado frente a la chimenea, vestía una bata de casa roja, se sentía cómodo así no traía nada abajo pero no importaba, en su mano tenia un vaso lleno de wisky con hielo, mirando la chispa del fuego, recordó como empezó todo.

¿Que edad tenia entonces? Unos 6 o 7 años era un niño feliz pero como todo tiene su lado oscuro el tenia una hermana. Sí una hermana perversa. Silvia tenia 13 años, y con su poca edad le gustado los vicio sí todos los vicios. Demetrio sonrió—que hermana esa, recordó aquella tarde que se encontraba solo con su hermanita su; madre había salido y lo había dejado a su cuidado. Ella muy cariñosa le dijo a su inocente madre.

--No te preocupe mamá el niño esta en buenas manos que mejor que yo para cuidarlo.

--Es verdad yo sé que ustedes se quieren mucho—y después de pedirles que se portaran bien y que no salieran porque ella llegaría un poco tarde se fue..

Después que la madre salieran Silvia tranco la puerta con llave y se fue al baño no antes de decirle acompáñame es hora que té bañes—Pero quiero jugar el pobre Demetrio chillaba. Comprendiendo que su hermana no lo iba a dejar jugar tranquilo. Cuando llego al baño ya ella estaba en la tina.

--Si nos bañáremos juntos somos hermano Así que lo podemos hacer quítate la ropa rápido que el agua caliente se acaba—esto lo decía mientras prendía la ducha.—El niño obediente y por temor al carácter de la hermana se fue quitando la ropa un poco cohibido. Nunca había visto a su hermana desnuda y ahí estaba delante de el sin ninguna pena enseñándole sus senos puntiagudos y esa mata negra de pelo que tenia entre sus piernas.

--Te dije que te metas conmigo. Ven—casi grito la precoz niña. El pequeño sin protestar entro.

--Ahora tienes que hacer lo que te diga, dame tu mano—Y sin decir mas puso esa manita en su raja—Mete un dedo, no mejor dos tienes los dedos muy pequeños.

--Pero ¿ para qué? Protesto el niño. Que haces? ¿No que me iba a bañar?.

--No preguntes bobería. Y sigue haciendo lo que te mande o le digo a mama que te fuiste para la calle.

--Pero eso es mentira.

--Pero mama me va a cree si yo se lo digo.

El pobre niño por miedo a las mentira de su hermana toco esa manta de pelo y trato de meter dos dedos como la hermana le había ordenado pero ¿en donde?.—La pervertida niña dándose cuenta que su hermano no sabia como llegar a su hoyo. Le dirigió la mano

--Por aquí ves que hay un hueco pues dale mete los dedos. Y ahora muévelos para dentro y para afuera ves así ¡ mmm oh si así!!.—el niño entre asombrado y asqueado no podía creer lo que su manita esta tocando y sentía como sus deditos se mojaban.

Bueno déjame ir ya hice lo que me mandaste.—La niña apretó la mano de su hermano y le dijo con voz entre cortada.

--No mi niño ahora estamos empezando—Y congiendole la cabeza lo obligo a que pusiera su infantil boca en aquella chocha ya mojado con los líquidos del placer.

--Ahora lame como si fuera un helado. Vamos que espera—apretando la cabeza de su hermano contra la mata de pelo.---El niño sin poderse mover no tuvo mas remedio que lamer esa cosa mojada.

--Ahora ves esa tetilla cojéela y chupala si chupala como si fuera un tete. Dale niño ahora hazlo—le dijo la perversa apretando mas la cabeza del niño. El niño atormentado chupo y chupo mientras la hermana entre gritos de deseo gemía—OH así mi hermanito lo haces muy bien sigue, sigue que me voy a chorrear—el pequeño sin saber lo que eso significaba seguía en su suplicio. Entonces sintió como la chocha de su hermana se mojaba fue cuando ella le soto la cabeza y el niño se pudo liberal.

--Bueno hermanito ya estas aprendiendo los placeres sexuales, y la verdad que por ser la primera vez lo haces muy bien. Ahora báñate rápido antes que llegue mama ¡Ah ¡ y espero que no le digas nada a nadie.

--Esta bien—Dijo el niño entre sollozos.

--No! esta bien no!. Si dices algo escúchame bien cojo el conejito blanco ese que tienes en el patio que te gusta tanto y se lo doy a comer al perro del vecino me oíste.

--Porque eres tan mal. Esta bien no le diré nada a nadie pero déjeme tranquilo.

--No hermanito esto ahora es cuando se pone bueno prepárate porque en cualquier momento tendrás que complacerme de nuevo y tu no sabes las cosas que vas a aprender, ya té dijes que te bañes rápido.—Y diciendo esto salió del baño. El niño quedo ahí bajo la ducha confundido y aterrorizado no sabia que hacer. No entendía porque la hermana lo había cogido para hacerle esas cosas, ella tenia amigos entonces porque él. Pero el era chiquito y le tenia pánico a su hermana no podía reclámale nada la hermana le golpearía y le diría mentiras a su mamá. Pensó su padre cuanto lo necesitaba en aquel momento, hacia tres años que se había muerto por lo que apenas lo conoció, pero así y todo lo necesitaba. Su mamá era buena pero nunca le crea a el siempre se ponía de parte de Silvia. Se sentía solo muy solo.

Y después de tanto años y de a ver vivido tanto ahora con todos los años del mundo también se sentía solo. Noto que el vaso de Wisky de había vaciado se levanto del asiento se dirigió al pequeño bar que tenia en el estudio cogió la botella volvió a sentarse llenado de nuevo el vaso. Tenia que tomar una decisión pero antes quería recordar todo lo que había pasado, era esencial para lo que iría hacer.

Ya era de noche y la madre no había llegado siempre era así. Dos o tres veces a la semana la madre salía misteriosamente y venia tarde o no venia hasta el otro día. Y nunca decía que hacia y adonde iba. A la hora de la comida se sentó muy callado casi sin mira a la hermana que lo miraba con ojos de malicia.

--Bueno Deme no me has dicho si te gusto lo que te enseñe a hacer y no me vayas a decir que no te gusto.

El niño no se atreví a hablar si le decía que no ella se enojaría pero si le decía que si cosa que no era verdad seguro que lo obligaría a hacerlo otra vez. Prefirió no contar, se apuro en comer para ir corriendo a costarse aunque era temprano no quería tener ningún problema con su hermana quizás si se acostaba se tapara la cabeza la hermana pensaría que estaba dormido y lo dejara tranquilo el pequeño tenia el presentimiento que su hermana no lo dejaría tranquilo esa noche. Temeroso se quedo dormido, esa noche soñó bien recuerda Demetrio con arañas negras que caía del techo sobre su cara y le caminaban por todo el cuerpo, se levanto dando gritos aterrorizado. Pero sintió una mano que le tocaba la cabeza consolándolo y una voz muy familiar.

--Que té pasa mi pequeño has tenido un sueño. Una pesadilla seguro —Era su madre.

--Cuando viniste—Pregunto el pequeño aliviado.

--Anoche pero tu ya estabas durmiendo. Vamos levántate y lavarte para desayunar y vaya para la escuela.

--Anoche pero ya es de día? El niño replico con cierto alivio.—¿Has hablado con Silvia? pregunto.

--Si, y me dijo que te habías portado muy bien. Eso es bueno me quedo más tranquila que ella te cuide tan bien cuando yo no este.

--Pero mama ella no......

--¡No que! ¿Le vas a decir a mama que no te cuide bien?. OH pero mira como ladra el perro del vecino parece que esta ladrándole a tu conejo hermanito—Dijo la perversa Silvia entrando en el cuarto y asomándose por la ventana.

--Que me ibas a decir hijo de tu hermana.

--Nada mama si es verdad que ella me cuida bien.

--Pues acaba de vestirte y ven a desayunar—Cuando la inocente madre salió del cuarto Silvia la perversa hermana lo cogió por el brazo.

--Que, ya le ibas con el cuento; chismoso. Ahora por eso cuando mama salga ya vas a ver lo vas hacer Y no te atrevas a abrir la boca a tus amiguitos ni a la maestra. Bueno si no quieres que le pasa nada a tu adorado conejito. Vamos apúrate que te voy a llevar a la escuela.—Cuando salió—el pequeño termino de vestirse y a salió corriendo saltando por la ventana y gritándole a su madre ya en la calle que se le hacia tarde.

Demetrio suspiro un vez mas lleno la copa de Wisky . Y pensar que desde entonces no veía las cosas igual. Su inocencia la había dejado en el baño de su casa.

Al llegar al colegio se sintió extraño era como si estuviera caminando en el aire. Oía a la maestra hablar pero no le entendía era como si hablara otro idioma. A la hora de la merienda no quiso jugar con sus amigos se sentó en una mesa apartada del patio, estaba mirando como jugaban algunas niñas pensando si esas niña eran como su hermana Silvia, si tenían tanto pelo como su hermana, pero claro a lo mejor no porque el no tenia pelo y aquellas niñas era de su misma edad y su hermana ya era grande. En ese pensamiento se encontraba cuando Panchito su mejor amigo se acerco.

--¿Que piensas?

--En los pelos—le dijo sin darse cuenta..

--¿Cómo? ¿Que dices?

--OH nada—Pero dime panchito tu tienes pelo.

--Pelo ¿en donde? claro que tengo pelo mira que largo lo tengo—Dijo el niño moviendo la cabeza de un lado a otro.

--No, en la cabeza no yo digo "ahí"—señalándose para las piernas

--Ah pues no yo todavía no pero mi papá y mi mamá sí.

--Y como tu sabe los has visto desnudos.

--Bueno a mi mamá no pero a mi papá sí. Pero como él le dice a mi mamá que no le use la rasuradora de afeitar pues pienso que mi mamá también tiene pelo. Además mi papá dice que las personas grandes son las que le salen el pelo por todas parte. Pero ¿que me pregunta tantas cosas raras.?

--OH por nada—Y por miedo que el muchacho le preguntara mas cosas lo cogió del brazo y lo invito a jugar.

Ya era la hora de irse a casa y la verdad el no estaba tan apurado por regresar. Sabia que su hermana le estaría esperando y si tenia la mala suerte que su mama había salió, seria peor para él.

Demetrio volvió a suspira. Si que era un inocente tonto niño. Temerle al sexo que ironía Sin embargo después lo disfruto a plenitud. Quizás gracias a la aberración sexual de su hermanita había tenido una vida sexual llena de emociones. Y ahora estaba haciendo memoria de lo que había sido su vida tenia sesenta años y había tenido todo y había hecho todo en esta vida, ahora era la hora de preguntarse si le quedaba algo porque vivir.


Cuando se disponía a salir de la escuela el pequeño Demetrio mas que sorprenderse se asusto cuando vio a su hermana y a una amiga esperándolo en la puerta.

--¿Qué haces tu aquí ¿por qué me viniste a busca yo podía ir solo para la casa?

--Lo siento pero mamá me mando porque ella tuvo que salir y tu sabes que a ella no le gusta que andes solo por la calle. Mira no sé si conoces a Yeya ella es amiga y compañera de colegio. Yeya este es mi hermanito Deme del que tanto te hable, tu sabe el de la leguita rica jajajaja –y empezó a reírse mirando al niño con malicia.

--Ah si espero que me enseñes como has aprendido a usar esa lengüita verdad—riéndose igual que su hermana empezaron a caminar los tres en dirección a la casa.

Deme muy callado apresuro el paso para ver si podía llegar primero y esconderse. Pero nada su hermana lo cogió del brazo.

--Donde piensas que vas, tienes que llegar con nosotras.

Caminaron un buen rato. Cuando llegaron a la casa el niño corrió para su cuarto pensando que sus hermana no lo seguiría ya que estaría entretenida con su amiga. Se sentó en la cama, y espero que la puerta se abrirá pero no nada no se abría fue un alivio para él parece que su hermana se había olvidado de la amenaza de esta mañana. Ya más tranquilo se acostó cerro los ojos. Volvió a pensar en aquel señor que jugaba con él a la pelota.

Casi dormido sintió como la puerta de su cuarto se abría. Se quedo quieto quizás se crean que estaba dormido.

--Vamos chiquillo que sé que té esta haciendo el dormido. Quiero que te quites la ropa.

--¿Para que? ¿ que quieres ahora no esta tu amiga contigo? Déjame tranquilo.

--Precisamente mi hermanito ahora tienes que demostrarle a Yeya lo que te enseñe anoche.

--Pero no me tengo que quitar la ropa—Su hermana hizo caso omiso a las protesta del niño. Y empezó a quitarle la camisa mientras que la atrevida amiga le quitaba los pantalones. Imediatemente las "niñas" se quitaron la ropa quedando desnuda delante de el. El no quería mira pero se dio cuenta lo que le esperaba La amiga y su hermana se parecían mucho estaban llena de pelo bien negro lo que el de Yeya era medio rizado claro ella era más oscura que Silvia.

--Que quieren ahora—protesto el niño sin consuelo.

--Vamos bebe, ¿tu no sabe? pobrecito el niño tan ingenuo.—Se burlo la hermana. Cogiendo a su amiga y acostándola en la cama no sin ante ponerle una almohada de bajo de las nalgas.

--Ahora tu ven hazle lo que me hiciste a mí, mientras yo te quito los calzoncitos.

--Pero para que me vas a quitar mis calzones yo no tengo pelo como tu.

--Eso no importa. No proteste mas porque de todas manera vas hacer lo que Yeya y yo queramos—Silvia empujo la cabeza del niño obligando a meter su cara en la peluda chocha de su amiga.

--Ahora lame y chupa como te enseñe. ¡Vamos que espera!!!!!

El pequeño no tuvo mas remedio que hacer lo mismo del el día anterior. Mientras la hermana lo terminaba de desnudar, el pobre labia aquella cosa roja que se veía entre la mata de pelo rizado mientras que Yeya se abría los labios pubicos con la mano diciéndole.

--OH si mi niño chupa mas y más así me gusta sácamela toda.—El pobre el no sabia lo que tenia que sacar pero de todos modos chupaba y lamía mientras que "aquello se mojaba" –-Fue entonces cuando el niño sintió una cosa fría en sus bolas, que lo hizo templar pero no podía moverse ya que su cabeza estaba aguantada por una de las manos de Yeya que se estremecía del placer. Si su hermana le estaba poniendo hielo en sus bolas pero ¿para qué? Sintió un cosquilleo en sus caderas y sin comprender porque al masajeo de su hermana su pichita se fue parando. Claro cuando se despertaba él veía que se le paraba pero iba enseguida al baño a orinar y se le bajaba pero eso que sentía ahora no eran ganas de orinar sentía mucha cosquilla en la cabecita y podía afirmar que le gustaba lo que su terrible hermana Silvia le estaba haciendo.

--Hay me corroo hay cojéela chupela trágatela!!—Decía Yeya en su locura excitación.

Silvia aprovecho ese momento y con la mano que le quedaba libre le metió un conselodar por el trasero a Yeya lo que hizo que esta apretara mas la cabeza del niño moviéndose con tan rápido que hizo que el cuerpecito menudo del niño saltara de igual modo. Pero eso no logro que Silvia para de masturbarlos a los dos.

Que recuerdos aquello, Demetrio afirmo en voz alta. Que lastima que solo era un niño.

Arreglándose la bata noto que se le había parado la berga. Claro recordando esas dos chocha ¡que tiempos aquellos! después pudo probar, aquella mulatica amiga de su hermana como le enseño cosa, y la loca de su hermana como lo hizo disfrutar.

Los recuerdos de Demetrio continuaran en otra historia...