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Confidencial

en Sexo con maduras

Confidencial Página 1 08/08/2004

Iba caminando muy despacio por los pasillos de la escuela, como queriendo atesorar esos últimos pasos antes de las vacaciones de navidad; odiaba las vacaciones, se sentía sola y desgraciada por estarlo, así que la escuela era su alivio, su escape de la soledad de las cuatro paredes de su habitación horriblemente pequeña y angosta; sus alumnos la ayudaban a soportar el día a día, pero ninguno se imaginaba su tragedia.

Entró en el aula con una sonrisa, hoy en realidad no había clases, ya que era el último día se hacía un festival, un almuerzo y por fin los chicos tendrían sus tan preciadas vacaciones. Sus alumnos eran los mayores de la escuela, de 2º de bachillerato, tendrían casi todos entorno a los 17, 18 años, ella no tenía muchos más, 26, y unos 10 años de mala suerte en asuntos de amor, había llegado a la conclusión de que todos los tíos eran unos cabrones.

Dijo a sus chicos que pasasen unos días muy agradables y salieron deseándole feliz navidad, aunque para ella iban a ser como siempre arduas y aburridas. Se dirigió a la ventana sin percatarse que uno de sus alumnos se había quedado y había cerrado la puerta tras él:

- Profesora, ¿puedo hablar con usted un momento?

Era un chico nuevo, llegado de E.E.U.U., pero con familia española, así que manejaba el idioma casi a la perfección, un chico extraño, iba siempre vestido con camisetas de tirantes negras, muy ajustadas y pantalones de piel, también negros, pero, ¿por qué se fijaba tanto en él?, por raro que parezca sentía un especial morbo por aquel chico, con su cabello negro recogido en una coleta y ese pendiente en la ceja...provocador...

- Emm, claro Mike, ¿qué quieres?

- Es que me preguntaba si usted podría darme clases particulares de español a la vuelta de vacaciones, aun tengo fallos, le pagaríamos bien.

Realmente el dinero le daba igual, era la oportunidad de no estar encerrada en casa todas las tardes y no le desagradaba la idea de ver a ese joven fuera del colegio.

- Me encantaría, y el dinero no importa, lo que me importa es ayudarte, así que el mismo lunes que empecemos que damos, ¿vale?.

- A las 6 en mi casa... estaremos solos

Tras esta última frase dejada en el aire se dio la vuelta y se fue, más tarde supo que no se había quedado al festival. Decidió informarse sobre él.

Habló ese mismo día con el director del centro, muy cordial como siempre, lo único que pensaba era en cogerla arrancarle las bragas de un mordisco y violarla encima de la mesa; se le veía en sus ojos de adulto amargado sexualmente, al menos ella no iba echando feromonas por cada poro de su cuerpo, daba pena. En fin, que el chico tenía 19 años recién cumplidos, y le habían expulsado de varios institutos en América por mal comportamiento, sin embargo con ella fue tan amable...

Así, habiendo satisfecho su curiosidad mórbida se fue a casa. Y pasaron las vacaciones, dos semanas más en su vida sin ninguna novedad.

El primer día de clase era una bendición para ella, los chicos estaban contentos, no hacían más que sonreir y le recordaban otros años más felices, pero Mike no estaba, le resulto raro; ya por la tarde no supo si acudir a sus clases particulares o no, quizás estaba enfermo, quizás, pero aun así se decidió a ir, busco en el armario algo de ropa, al principio se puso una camisa negra y unos pantalones vaqueros, pero, sin saber por que, se desvistió deprisa y se enfundó en un vestido rojo, bajo el cual recubría sus pechos un sujetador negro transparente, y un tanga de la misma tela; ¿qué estaba haciendo?, ¿por qué se vestía así?, meneó la cabeza como intentando olvidarse que se había puesto ese vestido y esa ropa interior por que un alumno la excitaba como nunca nadie lo había hecho. Cerró la puerta y se dirigió a su destino.

A l llegar a la casa comenzó a ponerse nerviosa, llamó al timbre, Mike abrió con una sonrisa:

- Hola, pasa...

Que curioso, ya no la trataba de usted

- Gracias, emm, por cierto, ¿por qué no has venido a clase?

- Estaba ocupado

Entonces, él se quedo callado unos segundos como intentando inventarse una excusa, no resultó, así que sencillamente la miró a los ojos y le ofreció algo de beber.

- bien, ¿qué tal si empezamos ya? si no, no nos cundirá la tarde, y solo vengo para una hora.

- De acuerdo profesora...

La manera en que dijo profesora le produjo un lascivo deseo de acercarse a él, comenzaba a sudar.

Se sentaron en el sofá, él sacó unos libros de castellano, abrió uno de ellos:

- Este verbo no lo entiendo bien

Ella comenzó a explicarle que significaba, pero segundos después de empezar a hablar se dio cuenta que él no le prestaba atención, la estaba mirando de arriba abajo, sin ningún pudor le cogió el libro y lo dejó en el suelo, la cogió de la cintura y la recostó sobre sus piernas:

- Verás, es que en realidad llevo deseándote desde el primer día que te vi en clase y ahora que te tengo aquí solo quiero saborearte...que bien hueles nena...

Cada vez se estaba poniendo más nerviosa, no lo entendía, ella era mayor que él y parecía una cría que no hubiese follado nunca, agitó de nuevo la cabeza

- ¿Te pasa algo señorita?

- No, solo que yo también te deseo a ti

Las palabras surgieron de su boca como sin quererlo.

- Sí, lo sé

El chico puso su mano en el muslo de ella, sintiendo ya su palpitar comenzó a subirla poco apoco, notó su pequeño y minúsculo tanguita, delicadamente se lo quitó sin ninguna resistencia. Volvió a colocar su mano en el muslo, y subió hasta tocar su húmedo coño, lo tocó de arriba abajo sintiendo como ella se iba excitando y como su líquido inundaba sus dedos juguetones, se acerco a su agujerito e introdujo un dedo en él, sintió el calor y se excitó, metió dos dedos, ella jadeaba, decidió ver a su profesora totalmente desnuda, le quitó el vestido y pudo ver a través del sujetador transparente esos enormes pezones erizados, deseando ser lamidos, no espero más le arrancó el sujetador y lamió sus tetas enormes y sabrosas, mientras sus dedos seguían jugando en su coño tan húmedo, sus besos fueron bajando, a la tripita,y llegaron al manjar, chupó su sexo sin parar, sus jugos se deslizaban por su garganta, era tan bueno...ella gemía y gemía, él seguía chupando y dando pequeños besitos y mordiscos, entonces notó su orgasmo venir, lamió con más deseo hasta que el líquido se escurrió de su coño, nunca había oido jadear tanto a una mujer, mientras sentía su corrida en la boca sus manos pellizcaban sus pezones y los estiraba, eso le provocaba un placer enorme.

Ella se levantó, le temblaban las piernas, cogió al chico y le quitó toda la ropa con furia, le tiró al suelo y se puso encima, notó como su verga entraba en ella, él sintió su poya dentro del manjar:

- Profesora, tengo que decirte que tu coño está delicioso, mmm, necesito volver a chuparlo y lamerlo, porfavor

- Ahora te dejo que me chupes las tetas

Así lo hizo, mientras ella galopaba encima de él, follando sin parar, su poya entraba y salía deprisa, él veía su chocho y su pene, se excitaba aún más.

- Seño, quiero que te corras conmigo, quiero sentir tu fuego, vamos...

- ¡¡¡Aaaahhhh!!!...

- Eso es, así me gusta profesora, siento tu líquido en mi pene.

Ambos se separaron y se sentaron en el sofá, permanecieron inmóviles y en silencio como queriendo aun sentir ese orgasmo que los había envuelto segundos antes.

- Bueno señorita, creo que la clase de hoy ya ha durado bastante, nos vemos en clase

- ¿ Y ya está?. ¿Te vas?.

- Hasta mañana.

Oyo la puerta cerrarse y se quedó sola, notaba el palpitar de su vagina y sonrió, decidió sin más irse a la cama, a descansar.

Se levanto como si estuviese en una nube, por un segundo no recordó lo que había pasado la tarde anterior, el recordarlo su miembro empezó a palpitar de nuevo. Se vistió, tomo un café y se fue a la escuela con cierto nerviosismo.

Durante la hora que duro que su clase no miró ni un instante a su joven amante secreto, al finalizar, la clase quedó vacía, pero solo durante unos minutos, la puerta se abrió y él entró despacio, bajó las persianas y se dirigió a ella sediento y quitándose la camiseta...

...CONTINUARÁ...