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Yo sola... ¿o no?

en Hetero: Primera vez

YO SOLA...O NO... PARTE I

Era un día caluroso de verano, no soportaba la ropa sobre mi cuerpo, estaba sudando y decidí darme una ducha rápida, me desnude ante el espejo del baño y me quede absorta mirando mi cuerpo, pequeñito, pero con unas sinuosas curvas, mis pechos enormes y redondos con unos pezones grandes y erectos rodeados por una aureola suave y carnosa, bajando la vista me encontré con mi estrecha cinturita y mi firme tripita, morena. Mi chochito casi del todo depilado, solo rodeado por cuatro pelitos muy cortos, dejaban ver mi sexo al desnudo, sabía que eso ponía mucho a los chicos, al igual que mis piernas cortas pero muy jugosas. Comencé a pasar mis manos por mis senos, los apreté suave al principio y más tarde fuerte, haciendo que mi vagina comenzase a chorrear poco a poco, me metí en la ducha y acabé de correrme, muy despacio, saboreando esa sensación tan intensa y placentera que es el orgasmo, cuando las piernas te tiemblan y casi pierdes el sentido...

Salí de la ducha relajada, pero aún cachonda, me dispuse a vestirme, cogí del armario unos vaqueros piratas muy bajos de cadera que dejaban entrever mi culito y la línea de la tanguita, abrí el cajón y saqué una camiseta blanca, ceñida, sin tirantes, pensé en ponerme sujetador, ya que al ser mis pechos tan grandes me daba vergüenza ir sin él, pero es que hacía tanta calor... no me lo puse. M e fui a mirar al espejo, un repaso rápido me deja descubrir lo que se notan mis pezones a través de la tela traslúcida, me da igual, esta noche voy a por todas, fuera inhibiciones.

Mis padres se han ido de viaje a la playa, de veraneo y aprovecho para hacer una fiesta en mi casa, invito a unas amigas que ya tienen novio y éstos traen a sus amigos, ahí es donde supuestamente entro yo, me gusta un chico que se llama Jorge desde hace ya unos meses, pero él no me hace caso, creo que está pensando en otra, hoy eso cambiará.

Solo falta el último toque, no me gusta maquillarme, así que me limito a echarme colonia en mi largo cuello y en las muñecas, aplico el desodorante y me coloco los pendientes más grandes que tengo, tomo mi pelo y me lo recojo en una coleta, tengo el pelo muy largo y abundante, es castaño, un castaño con reflejos rojizos, con el verano lo suelo llevar amarrado.

Habíamos quedado en cenar cada uno por nuestro lado y a las once acudirían todos a mi casa, me preparo una ensalada, la verdad que estoy nerviosa y no tengo apenas hambre, a duras penas me la acabo.

Eran ya la 11 y cuarto, llaman a la puerta; que nervios; me dirijo a ella, abro despacio para ver a quien veo primero, es mi amiga Marta, entra seguida de su novio, un chico muy majo, pero pienso que no le conviene, ella le sigue como un perrito faldero, eso no es bueno. Detrás de ellos entra mi amor platónico, ya nos hemos visto varias veces, pero él no me recuerda:

- Hola, ¿Jorge, no?...

- Sí, y tu te llamabas Carol, ¿no?, no podía venir aquí sin saber el nombre de la anfitriona...

Me río tímidamente y le dejo pasar, entran el resto; parecen todos muy animados, estamos unos 14, es todo un éxito. Pongo la música y les ofrezco algo de beber, parece que ellos ya han traído su juerga en una bolsa de supermercado, vodka, martíni y etc, etc.

Comienza la fiesta con jueguecitos algo picantes, cogemos la baraja de cartas, el que saca más de 7 y ½ tiene que beber y hacer una prueba...

He perdido, y mi amiga Luisa sabiendo mis intenciones con Jorge, me pone la prueba:

- Tienes que pasarte un hielo con Jorge, boca a boca.

-Ala Luisa, no seas mala...

Ella me guiña el ojo; estoy pasando más vergüenza que en toda mi vida, pero si me niego a hacerlo sospecharan de mi, así que me armo de valor y me acerco a él, cojo un hielo y me lo pongo en la boca:

- Este juego me esta gustando- Dice Jorge mientras sonrie y se acerca a mi boca...

Nos pasamos el hielo lentamente, pero a lo que va a llegar a su boca se nos cae y aterriza el muy canalla en mi canalillo, mi amiga Luisa se rie y dice con una sonrisa picara:

- Tienes que pasárselo, así que arregladlo, mmm, Jorge, cógele el hielo con la boca y la prueba estará hecha.

- Mira que eres mala- Dice Jorge entre suspiros.

Veo como su boca se acerca a mi pecho y empiezo a excitarme mucho, aunque aquello solo durase unos segundos el tiempo se congeló para mi en el momento que sentí sus labios en mi piel, ¡qué pasada!, todos los pelos de mi cuerpo se erizaron al unísono. Seguimos jugando un rato más, mientras el calor lejos de irse nos sobrevino con más intensidad; empiezo a sudar cada vez más, entre el intenso bochorno y mis nervios, me estoy mareando...decido ir a darme una ducha fría, eso me relajará; no aviso a nadie, la mayoría estan medio borrachos, solo noto que antes de salir del salón Jorge me mira y me sonrie; que risa más dulce tiene; un escalofrío me recorre el cuerpo; le devuelvo la sonrisa.

Cierro la puerta pero no con el pestillo, no iba a entrar nadie; me desnudo, y mirándome de nuevo en el espejo comienzo a pensar en Jorge, que cuerpo tenía, esos musculosos brazos, esos ojos y ese culazo, que incitaba al pecado...

Abro el grifo de la ducha, no dejo que se caliente nada, me meto ansiosa, estando dentro, sigo pensando en él, el objeto de mis sueños húmedos...

Paso el agua gélida sobre mis pechos, haciendo que mis pezones se empitonen, estan duros y rosados, voy bajando la ducha con una mano, mientras con la otra me acaricio las tetas lenta, pero intensamente; al fin el agua fría roza mis pelitos vaginales, siento el chorro inundando mi vagina, como me estremezco pensando que es Jorge quien dirige el agua hacía ella, entonces, paso el grifo por mi culo dejando que la correa roce mi clítoris, y empiezo a moverla arriba y abajo, mmm, gimo de placer, es una correa de metal, esta fría y sus pliegues me hacen subir al cielo...Las piernas se me doblan, casi no puedo sostenerme, he corrido la cortina, pero se puede ver la escena desde fuera perfectamente; sigo moviendo la correa para darme placer; no puedo parar, siento un cosquilleo en el clítoris que me va subiendo poco a poco hasta hacerme gemir levemente para no ser oída; y efectivamente, nadie me oye, pero noto la presencia de alguien, abro los ojos y me quedo quieta, como intentando hacerme invisible, delante de mí, Jorge, esta también quieto, con los ojos muy abiertos, tienen un brillo algo extraño; entonces mueve su brazo izquierdo y retira por completo la cortina de la bañera dejando mi pecaminoso escándalo al descubierto; se acerca muy despacio a mí, y me observa de arriba abajo, su mano se posa en mi rostro mojado:

¿Qué haces aquí?

Tss...eres preciosa...preciosa

Su mano va bajando por mis sinuosas curvas, primero mi cuello, luego...mi pecho, me acaricia cada una de sus formas, cada uno de sus pliegues; veo como se relame, mi chochito esta más mojado que nunca, me duele, por que necesita sus dedos en él. Comienza a apretar su deseo en mis tetas, me las junta y hace que me boten, de repente y sin que casi me de tiempo a reaccionar se mete en la ducha, mojándose toda la ropa; esta tan fuerte, solo deseo desnudarle; entonces pienso que tengo al chico de mis sueños junto a mi, y no para charlar precisamente, así que sin pensármelo le quito la camiseta; esta muy moreno, tiene abundante vello en la parte del pecho, luego un hilito de éstos llega hasta sus bajos, al menos hasta lo que yo veo en este momento; Le beso el cuello, despacio, y luego salvajemente, dejándoselo rojo, pero él gime, desea más, bajo poco a poco hasta llegar a su cremallera, le bajo los pantalones mientras el agua cae sobre su ropa interior y marca eso oculto que yo tanto quiero, que yo tanto había soñado, de un tirón le quito los shorts y su falo se descubre ante mí totalmente erecto y excitado, se lo agarro con las dos manos como en un intento de robárselo, muevo las manos arriba y abajo, hacía un lado y a otro, mientras mi boca saborea sus huevos,mmm...siii...se estan poniendo muy duritos, entonces paso a chuparle más abajo, un gemido seco sale de su boca, entonces, noto su semen corriendo por mi cara mientras sigo chupándole sus más escondidos rincones; pasados unos segundos sus manos rodean mi cara levantándome del suelo de la bañera:

¡Dios! como los chupas nena... ¿Eres un sueño?

¿Y tú?

Su dedo corazón recorre fugaz todo mi cuerpo deteniéndose en mi vagina, sin más vacilación me lo introduce en el coño, siento su tacto en mis paredes vaginales, como lo mueve dentro de mí, como lo agita, escarbando en mi ser, en mi sexo, nunca explorado antes por nadie, mi chocho es como una selva virgen y él es el primer nativo, un nativo harto atractivo.

Saca su dedo de mis adentros y juguetea con mi clítoris, primero con un dedo, luego con dos y, finalmente toda su mano ronda mis bajos haciéndome estremecerme, sigo de pie y mis piernas me piden un descanso, pero yo no lo quiero; estoy apunto de correrme, mi orgasmo va a llegar, mi diablillo al notarlo para en seco:

¿ya?...no, no, aún no he acabado contigo.

Su sonrisa picarona me pone los pelos de punta, me hace gestos de que me eche; le obedezco como si fuese mi dueño.

Me tumbo boca arriba en la bañera, él, se coloca de rodillas entre mis piernas que están un poco abiertas, entonces, comienza su viaje por mi cuerpo, sus labios me besan por cada rincón, cada parte de mi cuerpo, se detiene en mi ombligo, lo rodea con la punta de la lengua mientras su mano acaricia en un suave masaje mis pezones, que se erizan y se enrojecen por la excitación; su lengua sigue el trayecto hacia su destino, mi rajita, primero me besa en una marca de nacimiento que tengo justo encima, en forma de trueno, se sorprende al verla, pero no sen detiene, solo sonríe de nuevo; baja y noto el calor de la víbora de su boca, como se resbala en mi selva, como se adentra en ella, primero la siento en mi húmedo y ardiente clítorix, mima cada plieguecito, lo sorbe entero metiéndoselo por completo en la boca y dentro de ella me lo chupa con frenesí, mueve la lengua deprisa, mis ojos se cierran, creo que me voy a desmayar de placer, no puedo dejar de chillar...no puedo...me corro...¡aahhh!...¡aaaaahhh!...¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh!...

- Caray nena,mmm...que corrida más rica y caliente

Le veo chupar mis fluidos con desespero como no queriendo dejar ni una gota, a cada lengüetazo me estremezco de gusto.

- Date la vuelta guapa, quiero verte ese culazo.

Le obedezco, y me doy la vuelta despacio, dejando mi blanco culito a su vista y deleite, su mano me da un cachete y mi cuerpo experimenta un morbo increíble, me da uno tras otro...yo giro la cara y le miro mientras me los da

- Como me pones, dame más...

Al decir esto veo como su falo se pone más grueso y erecto, eso me excita y me pone cachonda.

¿Qué me vas a hacer?

Tú relájate guarrita mía, y verás...

Su poya se va acercando a mi culo, noto como resvala por mis carnes y la punta se va introduciendo en mi rajita, la va metiendo cada vez más... ¡ay!, duele...pero él no para, lo hace con cuidado, una de sus manos me acaricia los pechos para excitarme, sigue penetrándome.

¡Uf!, nena como siento tu chocho, me está comiendo el rabo, sí, lo está devorando...Tú relájate...me está encantando follarte.

Duele...

Al decir esto, su mano comienza a estrujar mis pezones, así mi vagina escupe líquido sin parar, mojando su pene; él gime, y su mano cada vez pellizca más intensamente mis pezones mientras sigue clavando su poya en mí, y sigue, y sigue, hasta que siento que mis fluidos mojan también sus huevos, giró la vista y veo como me está sacando y metiendo su enorme víbora, como botan mis tetas y como pegan sus huevos en mi culo, siento que sus gemidos aumentan, se va a correr.

¡Ah!, ¡Sí!, fóllame nene, fóllame, metemela…

Me voy a correr, me corro, ¡¡AAAAAAAHHHHH!!...

Su semen corre libre por mis adentros, calentándome; al sacar su pene parte de su miel cae al suelo de la bañera, yo noto como resvala por mi, mi chochito chorrea de su semen y mis flujos; él lo mira extasiado, sigue tocándome las tetas, yo ya me he dado la vuelta y ahora me las come impacientemente; yo totalmente fuera de mi, le agarro su rabo con las dos manos y se lo comienzo a menear arriba y abajo, como si estuviese exprimiendo una naranja, no entiendo como le aguanta aún la erección después de la corrida que ha tenido dentro de mi, aunque sí que la tiene un poco más pequeñita no parece que quiera dejar de jugar, pero yo necesito parar.

Nos miramos fijamente a los ojos y nos besamos, un beso suave, húmedo y sensual.

Salimos de la bañera y es como si de repente nos avergonzásemos de ver nuestros cuerpos desnudos, uno frente al otro, nos apresuramos a vestirnos, no sabemos ni si quiera que hora es; no se oye nada, nos vestimos deprisa, aunque no sin dejar de mirarnos. Abrimos la puerta asomando solo lo justo para ver que pasaba fuera

Hola... ¿qué tal va la fiesta?

Menudo pedo debéis llevar todos, ¿eh?...

No obtuvimos respuesta alguna, decidimos salir, nos recorremos la casa, pero no hay nadie, en la cocina encontramos una nota de nuestros amigos: "bueno, ya vemos que os lo estáis pasando muy, muy bien; lo decimos por los gemidos...ejem, jajaja; os dejamos solos para menor vergüenza de todos. Que acabe bien la noche."

Comenzamos a reirnos, es tan embarazoso...

No me arrepiento de nada preciosa...eres muy bonita, lo he pasado realmente bien.

Yo también y, supongo que tú querrás dejarlo aquí, pero a mi me gustaría volver a verte

A mi también a ti, no me puedo creer lo que estoy diciendo, pero creo que no aguantaré más de un día sin verte.

¿Mañana?, me parece bien...muy bien. Ahora vete, son las 8 de la mañana.

Hasta mañana y ve calentando es chochito mio.

Me da un beso en la boca y se va, dejándome sola... ¿queréis saber lo que pasará mañana?