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Fin de semana con mi cuñada Andrea

en Erotismo y Amor

Fin de semana con Andrea

Andrea es mi cuñada, tiene 36 años pero su aspecto es igual a cuando tenía 20 o 21. Parece mentira pero siempre mantuvo su figura y su belleza. Es linda, tiene buen cuerpo, tal vez le faltan algo de pechos pero este fin de semana descubrí que los pechos de Andrea igualmente son hermosos.

Siempre nos llevamos bien, pero siempre nos frena lo mismo. Es hermana de mi esposa.

En estos años, no fueron muchas las oportunidades que tuvimos para tirar un tiro al aire, pero siempre las perdí, y siempre me lamenté de ello. Es así que hace un par de meses, se me dio otra oportunidad, y me dije que no la iba a perder.

Mi familia está visitando a otro cuñado que vive en Miami, yo tuve que volver antes por razones de trabajo, pero el fin de semana quede completamente solo.

El viernes me preparaba para pasar un fin de semana a puro TV cable y deportes cuando ahí por las 10 de la noche suena el teléfono y adivinen quien era.

Me llamó para hacerme una consulta trivial, pero seguimos hablando como media hora, ya que me dijo que estaba aburrida (ella está separada de su marido y su hijo pasaría el fin de semana con el padre). Yo pensaba mientras hablaba con ella en algo que decirle para no cortar, y que decirle para engancharla en ese mismo momento, y lo primero que se me ocurrió de invitarla a tomar un café a un bar, para matar el aburrimiento y combatir el insomnio. Me dijo que si de inmediato, con lo que quedé en pasarla a buscar en menos de media hora por su casa.

Cuando llegúe me di cuenta lo buena que estaba. Se había vestido con una pollera muy corta, todavía descalza y una camisa fuera de la cintura. Recién se había bañado y tenía el pelo mojado. Demasiado preparativo para ir a tomar un café. Me dijo que esperara cinco minutos y me preguntó donde íbamos a ir. Yo le dije donde ella quiera, la verdad solo de estar con ella quedaba contento y entonces me dijo: Y si lo tomamos acá? Menos gasto y más tranquilos, total....

Por supuesto que accedí, entonces fue a la cocina a preparar un café. No se calzó ni volvió a entrar al baño a arreglarse. Noté que se encontraba algo excitada, como contenta por la decisión de quedarnos, y me dije. Es hoy o nunca. Mientras preparaba el café me senté en un sillón y le dije que me gustaba mucho como le quedaba la minifalda, la verdad es que sus piernas es lo mejor que tiene de todo lo bueno de ella.

Se dio vuelta, me sonrió y me dijo " Ya me imaginé, me la puse por eso". Esta fue la gota que desbordó la copa. Ya estaba todo el pescado vendido. Entonces me acerqué a ella y le dije que me gustaba ella, que estaba contento de estar con ella a solas esa noche y le di un beso en el cuello. Pude ver como se le puso la piel de gallina en los brazos. Entonces le dije: Bueno, creo que podemos darnos el gusto de disfrutarnos mutuamente. Sin compromisos, sin líos, que te parece?

Como única respuesta se acercó y me besó en los labios. Me dijo que esperaba que esto pasara, que siempre había fantaseado con ello, y que no me preocupara, que no me haría problemas, pero que quería quedarse conmigo esa noche, que me había preparado un par de sorpresas y las quería disfrutar junto a mi. Eso encendió vivamente mi curiosidad. Cuales, le pregunté.

La primera no se dejó esperar. Se aflojó el cierre de su falda y la dejó caer al piso. No tenía más nada abajo. Luego se quitó la camisa, que era oscura y vino la segunda. Esas dos piezas de ropa era lo único que llevaba puesto. En menos de diez segundos quedó frente a mi completamente desnuda. Ahí pude ver que sus senos eran pequeños, pero no así sus pezones, que estaban muy grandes y duros. La tomé por la cintura y la llevé a la cama (tiene cama grande). Comencé a besarla por todo el cuerpo, su cuello, sus senos, su vientre y llegué a su sexo. Ahí vino la tercera sorpresa. Estaba completamente depilada. No tenía ni un rastro de pelo. Me dijo que esperaba que esto me gustara porque recién se lo había depilado. La muy pilla tenía todo preparado.

Ver su sexo completamente depilado me exitó demasiado, comencé a lamerlo dulcemente con mi lengua, como siempre había soñado, hasta que el silbido de la cafetera nos interrumpió; el café estaba listo. Se incorporó rápidamente y apagó la cocina. En pocos segundos estaba de vuelta en la cama. Tomó mi miembro, que ya estaba completamente erecto y se lo llevó a su boca, besándolo con dulzura de arriba abajo. Nos enfrascamos en un largo 69, por varios minutos, el mejor que haya realizado. Ella gemía de placer y llegó al orgasmo con facilidad, pienso que estaba predispuesta desde antes porque no le costó demasiado tiempo. Yo demoré algo más, especialmente porque quería disfrutar ese momento tantas veces soñado.

Cuando la penetré por delante estaba aún totalmente mojada y caliente. Follamos como locos hasta llegar al éxtasis, y luego quedamos entrelazados sobre su cama, dándonos mutuos besos de lengua, como jugueteando. Entonces volvió a recordar el café. Se levantó a servirlo y trajo de la heladera dos porciones de torta de chocolate . Me preguntó si me gustaba y le dije como siempre que me gusta el chocolate pero me cae mal. Este te va a caer bien me dijo, y apoyó la porción de torta sobre su concha depilada deciendome: dale comé todo.

De más está decir que no dejé una gota, y también que no me cayó mal. Debe ser que a veces como chocolate con sugestión.

Pasamos toda la noche follando. Creo que tres o cuatro veces. Nos dormimos como a las cuatro de la mañana y el sábado sobre medio día me marché. Ella se quedó aún descansando en la cama.

Ahora cada vez que veo a Andrea nos cruzamos miradas cómplices, pero lo prometido es deuda. Cada uno en su casa.

Víctor