Capitulo 1
Era un martes por la tarde, un día en el que no tenía nada planeado, por lo que empecé mi rutina normal: Me levante temprano, desayune bien, fui a la facultad en mi auto, me gomearon en un examen y al regresar pase por el Gimnasio. Al salir del gimnasio volviendo a mi casa mire sobre mi hombro izquierdo y note que el día estaba tan claro que se veía detalladamente el cerro, por lo que decidí subir a mi terraza para apreciarlo mejor.
Cuando llegué a mi casa, salude a mis viejos, deje mis cosas y cuando estaba por subir a la terraza mi vieja me preguntó:
-¿como te fue en la facu?-,
-creo que bien- le dije mientras subía por las escaleras hacia la terraza.
Cuando llegué ahí me quedé de brazos cruzados observando el cerro, se lo veía imponente por lo que me hice hacia atrás para apreciarlo mejor sentándome en la baranda que daba al jardín, lo aprecié detenidamente, después de unos minutos solo pensaba: dejé caer mi cabeza hacia atrás, cerré mis ojos y suspiré
De pronto sentí que mi cabeza me pesaba, mis cabellos se erizaron y un escalofrío recorrió mi espina dorsal, abrí mis ojos y ya no podía levantar mi cabeza, sentí como si una gravedad alterna me jalara de espaldas. Entonces empecé a caer ya no estaba en mi casa, estaba en una especie de túnel de luz multicolor. Al principio pensé que al caer me había golpeado la cabeza y que estaba alucinando, por lo que me dejé llevar. El largo viaje duro como 3 segundos antes de salir a...
Entonces yo salí despedido del túnel y caí en una especie de laboratorio como el de las películas de ciencia ficción. Al ponerme de pie empecé a sobarme la cabeza hasta que sentí el frío caño de un arma en mi cien, instintivamente levanté mis manos mientras una seductora voz femenina me decía que no me mueva. Sentí esa suave mano que recorría mi cuerpo aparentemente buscando algún tipo de arma, esa mano tenía la piel tersa y al final de esos dedos la adornaban unas uñas medio largas pintadas de rojo. En ese momento empecé a girar mi cabeza para poder verla. Era una hermosa pelirroja con delantal como de unos 17años y 1.65 de altura: Su cabello era rojo intenso como el fuego, pero a la vez se veía suave y radiante como la ceda, su piel pura, tersa y blanca como el algodón, como dije antes sus delicadas manos me recorrían como las de una masajista, sus labios eran sensuales y carnosos pintados de color rojo escarlata con un toque de brillo que los hacía irresistibles. Cuando ella me revisó mi dorso por debajo de la remera tocó mis hinchados pectorales (conste que recién salía del gimnasio), luego bajó por mis abdominales, empezó a presionar y a masajear mis cuadritos. Entonces movió sus sensuales labios carnosos para decir en voz baja:
-un hombre-
En ese momento clavó sus ojos en los míos, -¡qué ojos!- me dije al contemplar esos ojos grandes y tan exóticos cuyo iris de color verde limón resaltaban con esas pestañas gruesas y arqueadas. Se quedo recorriéndome el dorso, se puso de puntitas de pie, cerró sus ojos, llevó su cara al lado de la mía, hizo un largo inspiro... y en el suspiro dijo:
-que fragancia tan agradable-
Mi corazón latía rápido y con fuerza, una gota de sudor bajó por mi frente, en ese momento trate de presentarme, le dije mi nombre y sin querer, al saludarla le di un beso en la comisura de esos labios...
Apenas se lo di serré mis ojos con fuerza esperando lo peor y lo único que sentí... fue el sonido del arma chocando contra el piso. Cuando los abrí estaba mirándome con esos ojos angelicales, en ese momento yo tartamudeé sin saber lo que iba a decir, ella se colgó de mis hombros y me dio otro curándome el tartamudeo al pedo porque yo no dije nada, solo respondí besándola de una manera mas fogosa. Nos abrazamos y nos fundimos, nuestras lenguas se frotaban sin parar mientras ella se aferraba a mi cabello, yo me olvidé de todo. Me hice el de "manos pesadas" y acariciándola dejé caer mi mano derecha lentamente persiguiendo su curva espalda hasta llegar a sus firmes y jugosas nalgas.
Ella respondió emitiendo un leve gemido y usando más lengua, lo cual me excitó mucho. Ella me soltó el cabello, llevó sus manos a mi espalda por debajo de la remera, la acarició al subir y cuando bajó me rasguño suavemente, me abrazó con fuerza y entonces fue cuando sentí sus voluminosos pechos en mi cuerpo.
Yo bajé mi mano izquierda sin despegarme de ella, desprendí un poco el delantal, deslicé mi mano persiguiendo las suaves curvas de su lateral derecho hasta llegar a su exuberante pecho... lo acaricié usando toda la mano sintiendo su suavidad y jugueteé con su erguido pezón.
En ese momento dio un paso atrás, se mordió el labio inferior de una manera seductora, se sacó el delantal y me hizo volar la remera. Yo respondí mordiéndome el mío mientras dibujaba una sonrisa perversa y entonces tomé su ajustada remera desde abajo y empecé a sacársela como se le saca la sabana a una obra de arte que está siendo inaugurada:
Primero vi como a medida que subía la remera sus curvas laterales parecían querer unirse delineando su femenina figura, luego vi en ese plano abdomen de piel perfecta a ese precioso ombligo que la adornaba, vi como esas curvas empezaban a separarse coreográficamente hasta que la remera me ofreció una inútil resistencia, entonces vi... yo vi a esos dos soles caer y rebotar simultáneamente mientras en sus centros bailaban esas rosadas estrellas dirigiendo el movimiento de mis hipnotizadas pupilas, de reojo vi ese fino cuello que a un vampiro sería "el manjar de dioses", vi aparecer ese precioso mentón cuya presencia anunciaba como con trompetas la llegada de esa boca..., yo vi esa boca, vi esa boca que dejo todo lo demás en la oscuridad egocéntricamente, solo pude ver esos carnosos y sensuales labios que comenzaron a formar una o cerrándose, como implotando para luego explotar con un sonido que me hizo estremecer: -much-
Solo pude ver la luz cuando amanecieron esas dos estrellas y la irradiaron, ya no necesitaba ver nada más, porque al ver esos divinos ojos podía verla en el exterior y en el interior, esos ojos me la mostraban en cuerpo y alma, sin dejar de ver esos ojos, vi de reojo el hermoso cabello que fluía a través de la remera que ya volaba a un costado, ella parecía una hermosa obra de arte que se inauguraba con rojos fuegos artificiales pero luego se convertían en rojos telones que al caer parecía que iban a dar por finalizada la obra, pero se convirtió en un mar rojo que al chocar con la imponente obra de arte se ondulaba y salpicaba, entonces hizo una última transformación y quedó como el perfecto marco de esa obra de arte que brillaba con luz propia.
Me quedé boquiabierto... en realidad todo eso había pasado en un segundo... yo estaba paralizado... ¡eso que aún no había visto la otra mitad de la obra! :-9
Al ver que yo no reaccionaba, ella me tomo de la cabeza y me mordió eróticamente los labios mientras los chupaba justo cuando se sentía el débil sonido de la remera al chocar con el piso. Eso me hizo reaccionar, yo la abracé y al agacharme la levanté de su cola hasta que esos exuberantes pechos quedaron a la altura de mi cara, en ese momento sentí que el levantado era yo, porque había llegado al cielo y reposaba en una nube del paraíso... primero con toda seriedad le di un delicado beso en el medio y después abrí la boca bien grande y me fui para su izquierdo baboseándoselo por entero a medida que lo recorría eufóricamente lamiendo y chupando el pezón como un bebe desnutrido que hace rato que no ve teta hasta que de golpe me detuve, la mire a los ojos y lo hice con más suavidad: Empecé a rondarle el pezón izquierdo con mi lengua mientras con mi mano izquierda le acariciaba el derecho sosteniéndola con un brazo desde abajo de la cola mientras ella me abrazaba con las piernas. Lentamente la bajé sin dejar de lamerla y sin despegarla de mi cuerpo haciendo que sienta mi exaltado pedazo a través de la ropa hasta llegar a su cuello, me empuñé sus nalgas, y le di becitos en el cuello. Hice un camino de besitos hasta su oreja y la mordí suavemente mientras la chupaba, entonces llevé el camino de besitos hacia su cachete izquierdo, hice una pausa y arranqué de nuevo hasta llegar a su boca. Se prendió de mis hombros y me empujó contra el escritorio, me dio un beso en mis labios, me mordió y empezó a acariciar mi bulto
Entonces oí el sonido de mi cierre trueno que anunciaba el comienzo del acto, lentamente se abrió el telón para que salga un protagonista del acto que se iba a llevar a cabo, entonces salió...
Ahí estaba yo en todo mi esplendor, 19 x 5 era mi medida pero lo veía más grande de lo habitual, ella se quedó mirándolo como sorprendida mientras me desprendía el pantalón (sin dejar de verlo) me lo bajó junto con el calzoncillo hasta los tobillos, yo me senté en la alfombra y ella me los sacó completamente, entonces ella me miró, hizo esa mordida en su labio inferior que me ponía LOCO lo tomó delicadamente en sus manos y se lo llevó lentamente a la boca desapareciéndolo entre sus carnosos labios hasta donde pudo, unió esos labios, hizo una pausa y empezó a hacerlo reaparecer mientras absorbía con fuerza emitiendo un leve gemido como disfrutándolo hasta que salió con el sonido de un "much" dejándomelo brilloso por la saliva y colorado por la absorción, volvió a mirarme, me sonrió y lo hizo de nuevo pero más rápido. Yo dejé caer mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos y visualizando como me lo acariciaba con la lengua mientras chocaba con su paladar en ese vestíbulo oral cálido y húmedo, lamiendo y absorbiendo, chupándolo cada ves mas rápido sin dejar de emitir sus gemiditos. De nuevo se lo sacó absorbiendo con fuerza y emitiendo su -much-, empezó a besar mis abdominales y metió su lengua en mi ombligo, lentamente fue hacia arriba dejando un camino de besitos repetidos hasta llegar a mis pectorales, me acariciaba los brazos, volvió a subir y empezó a chuparme el cuello fogosamente. Yo corrí su suave cabellera hacia un costado dejando su cuello al desnudo y también hice la del "Conde Drácula": Abrí grande la boca, tome toda la tajada que pude y empecé a serrarla mientras chupaba hasta llegar a un poco de carnecita entre mis labios la que solté también con un -much-, ella gimió y llevó su pierna a mi verga, la apretó contra mi ombligo y mientras yo le seguía chupando el cuello me susurró al oído que grande y dura que está!- y me besó la oreja después deslicé mis manos por su arqueada espalda desnuda hasta llegar a la cola y empecé a masajearla a través de su apretado pantalón de tela blanco, subí mi mano y lo bajé, de nuevo agarré esa increíble cola, bajé mi mano a su muslo y la llevé sobre mí. Con ella encima mío seguíamos besándonos por entero, yo sentía sus pechos acariciando mi cuerpo y mas abajo mi tremenda y caliente p... también estaba apoyada en su pubis. Ella se paró para sacarse completamente el pantalón y cuando lo hizo vi su depilada conciencia pidiéndome a gritos que le de comida, ella se sentó en mi abdomen y se agachó para besarme. Yo me levanté y la tiré de espaldas a la alfombra: le besé el cuello, bajé hasta sus pechos y mientras le chupaba uno le acariciaba el otro, bajé hasta su ombligo, y seguí bajando...
Ahí estaba yo frente a su sexo: primero bese y lamí entre su muslo interno izquierdo luego llevé la punta de mi lengua por sobre su pubis hasta llegar al derecho, besé y llevé mi lengua ha su perineo y después continuando con el movimiento en espiral le devolví el favor dándole un beso en sus otros labios... empecé a lamérsela con movimientos verticales, circulares y laterales mientras ella se doblaba del placer emitiendo sublimes gemidos acariciando mi cabeza. Era lo más delicioso que nunca había probado en mi vida: me volvía loco el aroma, la textura, la calidez y su particular sabor, yo introducía la lengua hasta donde podía y la sacaba con movimientos elípticos, la lamía como a un helado y luego me dedicaba exclusivamente a juguetear con su clítoris, estimulándolo con mis labios y circundándolo con la punta de mi lengua,. Después de un momento ella entre sus agitados gemidos dijo:
-espera, espera, yo no quiero acabar así-
Entonces me senté, ella me tomó de mis hombros y me acostó, se puso encima de mí, lo guió con la mano y al bajar sentí como sus labios laterales empezaban a expandirse llevando la forma de mi 8==> a medida que yo penetraba lentamente y abría paso en ese ambiente oscuro, cálido, húmedo y bien lubricado.
Ese fue el momento que había esperado durante toda mi vida, yo estaba paralizado: con los ojos bien abiertos pero sin ver, con los oídos funcionales pero sin escuchar, emitiendo sonidos pero sin decir nada. Solo podía sentir el placer del momento.
De pronto regresé, y pude ver frente a mis ojos el bailar de sus exaltadas gomas rebotando al ritmo del sexo. Entonces con mis manos le di más pasión al momento, los acariciaba y sostenía a medida que sus cantos se entusiasmaban al son de cada penetración. Yo roté para quedar sobre ella y seguí con los movimientos pélvicos fundiéndome cada vez más con ella en cada uno se sus gemidos, lo saqué, lo tome del tronco con la mano y como si fuese un pincel dibujé círculos en su vulva, con él acaricie un par de veces más su clítoris y penetré nuevamente inspirando a medida que entraba y gimiéndole al oído cuando llegué al tope, seguí con las penetraciones lentamente hasta que ella me miró a los ojos, me acarició la cara y emitió un gemido de absoluto éxtasis. Continué un poco más y se me ocurrió una perversa idea >:-9
La volteé de espaldas y la levanté de las caderas: Cuando ella vio mis intenciones se negó, pero al ver que yo insistía me permitió proseguir, ella quedo en la sensual posición del perrito: Primero lo puse a la entrada 3<==8 y metí la cabeza lentamente 3==8 (para continuar iba a depender mucho de la lubricación del ámbar vaginal) pero aún así hice un movimiento brusco y lo metí completamente 38)) ella se expresó con un extenso gemido amalgamado entre dolor y placer, pero aún así continué: empecé a dar penetraciones lentas (disfrutando) y ella fue subiendo el volumen de sus gemidos a medida que yo empezaba a acelerar, volteó su cabeza y me miró con ojos lagrimosos a medida que yo continuaba dando penetraciones rápidas hasta que sentí que ya estaba por finalizar el acto, lo saqué, hice una pequeña pausa y volví. Esta vez se me hizo más fácil penetrarla porque su o estaba más O por lo que seguí, mientras la penetraba continuamente, acariciaba sus pechos y de nuevo sentí que el acto no daba para más y entonces dije:
-ya... ya... ya acabo-
Ella se sorprendió y de un salto se dio vuelta, apresó mi cabeza (la de abajo) entre sus labios y con la mano empezó a masturbarme. Yo solo pude decir de manera prolongada la primera bocal mientras le llenaba la boca de vida. Ella no me soltó hasta que evacué la última gota. Por no hablar con la boca llena, gestualmente me insinuó un (espérame que ya vuelvo), me regaló un guiño y se fue contoneándose de manera tan provocadora que no permitía que se me baje la erección.
Yo me quede pensando (aguante la fragancia del axe revolution) y de pronto me consientisé de que estaba en un lugar desconocido, entre aparatos raros, tubos de ensayos, computadoras, etc., todos ubicados de manera inteligente en ese reducido y extraño sitio.