Primero vi como a medida que subía su remera, sus curvas laterales parecían querer unirse delineando su femenina figura, luego vi en ese plano abdomen de piel perfecta a ese precioso ombligo que la adornaba, vi como esas curvas empezaban a separarse coreográficamente hasta que la remera me ofreció una inútil resistencia, entonces vi... yo vi a esos dos soles caer y rebotar simultáneamente mientras en sus centros bailaban esas rosadas estrellas dirigiendo el movimiento de mis hipnotizadas pupilas, de reojo vi ese fino cuello que a un vampiro sería "el manjar de dioses", vi aparecer ese precioso mentón cuya presencia anunciaba como con trompetas la llegada de esa boca..., yo vi esa boca, vi esa boca que dejo todo lo demás en la oscuridad egocéntricamente, solo pude ver esos carnosos y sensuales labios que comenzaron a formar una o cerrándose, como implotando para luego explotar con un sonido que me hizo estremecer: -muack!-
Solo pude ver la luz cuando amanecieron esas dos estrellas y la irradiaron, ya no necesitaba ver nada más, porque al ver esos divinos ojos podía verla en el exterior y en el interior, esos ojos me la mostraban en cuerpo y alma, sin dejar de ver esos ojos, vi de reojo el hermoso cabello que fluía a través de la remera que ya volaba a un costado, ella parecía una hermosa obra de arte que se inauguraba con rojos fuegos artificiales pero luego se convertían en rojos telones que al caer parecía que iban a dar por finalizada la obra, pero se convirtió en un mar rojo que al chocar con la imponente obra de arte se ondulaba y salpicaba, entonces hizo una última transformación y quedó como el perfecto marco de esa obra de arte que brillaba con luz propia.
(texto extraído de "El túnel del tiempo 1)