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Primeriza

en Erotismo y Amor

Cada vez que leía los relatos escritos por los demás, me imaginaba a mi misma como protagonista de alguno de ellos, solo de leerlos mi piel se erizaba, y un pequeño escalofrío recorría mi piel. Los leía desde el trabajo, y muchas veces tenía que ir al baño a tranquilizarme un rato, tanta excitación en el trabajo no podía ser bueno, simplemente iba y me relajaba, me mojaba un poco la nuca y volvía a salir, buf, estaba demasiado excitada con esos relatos, sería capaz mi pareja de darme lo mismo?

No es que nos vaya mal, pero no tengo mucha facilidad para llegar al orgasmo, y las de los relatos, dios es increíble, vaya facilidad, jajaja, así que llegué a pensar que tenía algún tipo de problema sexual, pero todo eso cambio aquel fin de semana.

Ese fin de semana decidimos marcharnos y dedicarnos solo a nosotros, a estar todo el día juntos, a deleitarnos el uno con el otro, necesitábamos sentirnos, abrazarnos al dormir, vernos al levantar, es deducible que aún no vivimos juntos, espero que no tardemos demasiado en ello.

El caso es que nos fuimos el viernes después de comer, comimos tranquilamente en mi casa y nos despedimos de mis padres, no íbamos muy lejos, por lo que tampoco tendríamos que tener mucha prisa, pero el tenia mucha por llegar, le notaba realmente nervioso, y durante la comida se había mostrado realmente cariñoso y atento, vaya que tenía día mimosón como le digo yo, y eso tenía un significado, me iba a dar una noche realmente especial.

Llegamos a eso de las 5 de la tarde, la casa todo hay que decirlo que la escogí a conciencia, fui yo la encargada de reservar y la de mirar cual prefería. Era una pequeña casita, muy coqueta, y muy íntima, con chimenea, y una preciosa cama de matrimonio con dosel, nos gustó mucho a los dos, nos instalamos debidamente, y fuimos creando el ambiente para una noche especial….