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Roxana, la dulzura de mi primer novia

en Hetero: General

Aquél día. era un domingo como cualquier otro, salvo por un detalle, en el supermercado me encontré con mi primer novia, Roxana, hacía 25 años que no nos veíamos, casi no la reconozco, nos miramos y una sensación rara nos abrazo, los dos sentimos lo mismo, los dos quisimos encontrarnos en algún momento de aquéllos años, pero el destino nos había alejado y ahora estabamos allí, justo en ese instante.

Ella estaba con un hombre y un niño de unos 4 años, eso me contuvo para no acercarme a ella, pensé mil cosas pero no, no había forma de acercarse, ya que pensé que la compremetería, pasaron algunos minutos y estando en la fila de la caja para pagar, Roxana disimuladamente se acercó, y me dió una tarjeta que decía Roxana Mer.... Licenciada en Psicología , Te:035.......... y me dijo: "llamame".

Ese domingo pasó muy lento, pero finalmente llegó el lunes, con desesperación la llamé a su te. a eso de las 9 de la mañana, nos saludámos y hablámos emocionados varios minutos, con un poco de miedo le dije si podíamos vernos, y me dijo que el martes a las 19 hs. me esperaba en su consultorio.

Ese martes fuí el más puntual de los hombres del mundo, cuando nos encontrámos un pequeño abrazo y un tímido beso fué el comienzo de una larga charla, en la que recordamos aquéllos momentos de adolescencia que disfrutámos tanto, en que el mundo era nuestro, y evidentemente con tristeza recordamos cuando nos separamos para irnos a estudiar nuestras respectivas profesiones al terminar la secundaria, luego la conversación fué derivando en nuestros matrimonios, con profundo dolor me contó que su matrimonio hacia varios años que ya no funcionaba, que nunca supo porqué, un buen día su esposo perdió todo interés por ella, a tal punto que desde que había nacido su único hijo no había vuelto a tener relaciones sexuales con él, y que tampoco sabe porque razón su esposo no quiere darle el divorcio y solo mantienen una convivencia llevadera viviéndo en la misma casa.

Por mi parte, conté que mi matrimonio funciona medianamente bien, aunque tenemos nuestros problemas, el secreto de llevarnos bien, reside en que nuestra convivencia no nos ha desgastado, debido a que los dos viajamos mucho por trabajo y así nos vemos 1 o 2 semanas por mes y eso ayuda a que el amor no pase de moda.

Como teníamos tanto de que hablar y notando que Roxana no tenía amigos/as con quien descargar sus penas y encima agobiada por su profesión de Psicóloga, en la que tiene que tratar con personas con graves problemas, que en cierta forma la contagian con sus cosas ya que tiene que compenetrarse con sus situaciones particulares, yo le propuse, si no la comprometía, que nos viéramos por las noches cuando terminaba con sus pacientes, a lo que ella agradecida aceptó.

Durante varias noches nos vimos y fuimos profundizando nuestras charlas, entre mates y cigarrillos, haciendo nuestra propia terapia, de a poco fuimos descubriendo que seguiamos teniendo los mismos puntos de vista en varias cosas y muchas cosas en común, en no pocas oportunidades de sus ojos brotaban lágrimas de tristeza por las cosas que le pasaban, y en algún momento de esas ocasiones tuve que abrazarla para contener sus sentimientos.

Mis noches ya no volvieron a ser las mismas, constantemente pensaba en Roxana, y voy a ser sincero en este aspecto, una de las cosas que me quitaba el sueño era que en los dos años en que habíamos sido novios cuando teníamos 15 años, no habíamos tenido relaciones sexuales, aunque muchas veces nos habíamos tocado cuando estábamos solos en el auto de mi viejo, o en alguna esquina oscura nunca pude concretar nada, ya que ella era muy conservadora en cuanto al sexo y tenía muy en claro que quería llegar virgen al matrimonio, esas cosas tontas y sin sentido que después terminan mal, ya que uno cuida algo que luego otro no aprecia!. Y bueno, me dije a mi mismo que esta era mi oportunidad, no aprovechándome de Ella en el momento que vivía sino para aliviarla un poco y de paso sacarme de encima esa materia pendiente.

Una noche de viernes estaba en un asado con unos amigos, y a eso de las 2 de la mañana, suena mi te. celular, era Roxana, y me decía que estaba en un recital con unas amigas, y que si quería pasarla a buscar e ir a tomar algo, en menos de 5 minutos ya la había recogido y luego de varias vueltas en el auto, le dije que no tenía ganas de tomar nada, así que nos detuvimos en una calle oscura, y mientras en el equipo de cd cantaba Ricardo Arjona el tema "tarde sin daños a terceros", fué inevitable que nuestros labios se fundieran en un beso con muchos años de ganas, mientras nos besábamos y con los ojos cerrados, ya no teníamos 40 años sino 15, pasaba mi lengua suavemente por sus labios, y luego nos apretábamos fuertemente, despacio mi mano izquierda acarició sus pechos gordos, me llamó la atención que estaban muchos más grandes que la última vez que los toqué, y de allí a solo un paso estaba su entrepierna, a la que mi mano se dirigió sin control apretando su clítoris con fuerza; las palabras que había esperado por años salieron de su boca con desesperación: "por favor llevame a un hotel, quiero ser tuya, ahora".

Esa orden de Roxana me dejó impresionado, ya que casi nunca estuve con mujeres que tomen la iniciativa, pero sin pensarlo arranqué el auto y en silencio nos dirijimos a un hotel, al llegar a la habitación nos abrazamos y besamos y allí de pié, la dí vuelta para poder acariciar con mis manos sus pechos con desesperación, en la misma posición fuí levantando su pollera y bajando su bombacha mientras tocaba esas nalgas inmensas ya que estaba un poco gorda fruto de los años, mientras tanto Ella de espaldas a mí, me desabrocha el pantalón y saca afuera mi pene, mientras lo rodeaba con sus manos, me dice "que grueso que lo tenés, no lo recordaba así, me gusta tocártelo", se despegó de mí y apoyó sus manos sobre un sofá, dejando su hermoso culo totalmente expuesto, toda la luz daba sobre sus nalgas redondas y blancas; y me dice: "vení mi amor, metémela, despacio, por favor, hace 5 años que no entra nada en mi vagina", en un segundo ya frotaba mi verga de arriba hacia abajo entre los labios de su concha, suave, su agujero se fué abriendo al paso de mi falo; para mi asombro y satisfacción, Roxana me iba diciendo, "así, mi vida, metelo despacito, mmm, ...me duele, ...seguí, un poquito más, aahh, ...sí, despacio,... ay , por favor,... ya va entrando casi todo,... la tenés tan grande, ahh!,... ahora sacala un poco, hasta ahí, ...si mi amor, sí,... ahora metela más, sí, un poco más,... metela y sacala despacio,... ahora , mi amor, metela toda,... toda, ahh!,... me gusta , me gusta ser tuya,... así, ahora más fuerte,... más,... ahora sí, ya estoy toda abierta,.. estoy toda mojada, amor, que sensación!"; yo no podía controlar mi orgasmo más tiempo, así que me agarré fuerte de sus caderas, mientras la penetraba sin piedad golpeando contra sus nalgas, en un momento sentí los músculos de su vagina contraerse con fuerza apretando mi verga como con una mano, y Roxana se vino con un orgasmo entre fuertes gemidos, cuando Ella terminó, introduje hasta lo más profundo mi verga en su interior, y me quedé quieto sintiendo las oleadas de placer que se juntaban en mi pelvis precediendo al orgasmo, y mientras me apretába más fuerte contra su espalda, le dije: "sentí, mi amor todo lo que tenía guardado para vos", y mi verga explotó en su cavidad lanzando fuertes chorros de semen, uno tras otro, hasta que sentí que mis piernas se aflojaban de tanto esfuerzo al penetrarla; como pudimos llegamos hasta la cama, con la ropa a medio sacar y ahí nos matamos a besos, sin palabras nuestras manos fueron buscando nuestros respectivos sexos, masturbándonos como si fuéramos adolescentes; Roxana me acariciaba la pija toda mojada desde arriba hacia abajo, y por ratos se detenía en mis bolas inflamadas y casi que me las estrujaba con desesperación mientras me mordía los labios, por mi parte me dediqué a acariciar su clítoris, se lo apretaba con dos dedos, le hacía circulos a su alrededor, lentamente le metía dos dedos en su vagina toda abierta y caliente, y de nuevo sobre su clítoris las caricias, la presión, los círculos, y más, hasta que nuevamente explotó en un tremendo orgasmo mientras aprisionaba mi lengua entre sus labios mordiéndomela, eso y sus manos cerradas con fuerza sobre mi pene, me llevaron al límite, sin pensarlo me senté sobre su panza y comenzé a largar grandes y largos chorros de esperma desde su ombligo, por los pechos y hasta su cuello, cuando acabé, le desparramé el semen por su cuerpo, masajeando en especial los pechos, hasta que el semen se fué secando, las tetas le habían quedado enrojecidas fruto de la fricción y sus pezones eran dos aureolas con puntas duras, lentamente me fuí dejando caer sobre su cuerpo para fundirnos una vez más en mil besos.

Ya estaba, era mía, mientras la abrazaba y la besaba, no podía ni siquiera imaginar que había despertado una bestia insaciable de sexo, que me llevaría a conocer el cielo del placer, que ahora contaré.

Las próximas noches que nos encontramos eran de sexo puro, nos matábamos haciendo el amor, lo mejor comenzó una noche en que habíamos ido a lo alto de una montaña, estacionamos el auto, la luz de la luna y el pequeño brillo de la luz del equipo de cd, apenas dejaban ver nuestras siluetas, comenzamos a besarnos y acariciarnos como siempre, mientras la besaba, jugaba con su largo pelo, se lo enroscaba con mis manos y le hacía una larga cola, en un momento, Roxana me dice: "acariciame el pelo, hacelo suave pero con fuerza, así me gusta", mientras la besaba, tiraba de su pelo, primero despacio y luego más fuerte, y más fuerte, notaba que le gustaba, su excitación iba en aumento, jadeaba y suspiraba. Le dije que saliéramos del auto, me apoyé sobre el capot y la atraje de espaldas a mí, de nuevo comencé a apretar y tirar de su pelo con una mano, mientras que con la otra amasaba sus pechos, con asombro escuché que me decía: "hijo de puta, como me gusta lo que me haces, me haces doler y me encanta, seguí soy toda tuya", no podía creer lo caliente que me hicieron poner esas palabras, con voz firme le ordené: " sacate la pollera y la bombacha y bajame los pantalones", cuando hubo terminado, la recosté boca abajo sobre el capot, y sin soltar sus cabellos, le masajeaba esas hermosas nalgas, en ese momento de calentura, no sé cómo mientras le decía "como me gustan estos cachetes que tenes" , le dí una pequeña nalgada, y de su boca salió un fuerte suspiro, con miedo, le dije "perdón, te dolió?", y Ella me dice "no,... me gustó, dame más!"; en el instante solté su pelo, y le pegaba suave con una y otra mano en cada una de sus nalgas, un poco más fuerte y un poco más; Roxana estaba a mil, se quejaba y jadeaba y me decía "que guacho que sos, me estas matando y siento placer, me haces gozar como nunca gozé, como nunca imaginé,... mientras me pegas, metéme esa pija que tanto me gusta,... metémela con fuerza"; ese momento, esas palabras, esa situación, me estaba llevando a la locura; la luz de la luna me dejaba ver sus agujeros cuando le abría las nalgas, sin pensarlo mucho, en vez de tocar su concha, empecé a tocar su ano, apenas podía ver ese agujero negro, lo toqué y se lo sentía suave, aunque un poco seco, con mis dedos saqué saliva de mi boca y se lo unté, un dedo entró tras una fuerte presión; "amor, relajate, quiero cojerte por aquí", le dije, mientras apoyaba la gruesa verga en su ano; Roxana asintió mientras me decía " ayy, papito, quiero gozar por cualquier lado,... dejame que la meta yo misma,... vos solamente presiona de a poco", apoyada con las manos sobre el capot, y con la piernas abiertas, comenzó movimientos circulares con su ano sobre mi pene, muy de a poco la cabeza fué entrando; "ay, me duele,... dejala así, quietita, no empujes,... mmm, hijo de puta, la tenes grande,... ay, pegáme un poco más en las nalgas asi no me duele tanto,... ay,... así mi amor, ahora empuja un poco más,... otro poco, ayyy, siento que se me abre todo,... pegáme un poco más,... como me duele,... ay,... empujá,... tirame el pelo, hijo de puta empujá más,... ay, papito, voy a acabarme", yo sentía como el anillo de ano presionaba mi verga, me apretába con dolor, me hacía sufrir, pero me gustaba, estaba cogiéndomela por el culo y le gustaba, lo disfrutaba, ya casi le había entrado la mitad y ya se estaba por acabar, se quejába mientras me decía malas palabras, decidí que ya estábamos lo suficientemente calientes como para cogérmela en serio, tomé fuertemente sus largos cabellos con las dos manos a modo de una rienda y le saqué un poco la pija para tomar envión y descargarme con todo mi peso sobre su culo, un fuerte quejido y más palabras fuertes salieron de la boca de Roxana, que solo consiguiéron que me calentara aún más, comencé a meter y sacar la verga con fuerza, sus grandes nalgas hacían que mi pelvis rebotara para volver con más fuerza, en un momento en el frenesí y en la violencia de la cogida, cuando me íba para atrás para volver a metérsela, la pija se salió de su ano, increíblemente estaba muy mojada, pude ver el ano de Roxana abierto, aproveché para meter dos dedos en su agujero en una situación que me llenó de morbo y de excitación, y le dije "ahora mi amor, te la voy a meter, bien metida para que acabemos juntos", y ella dijo, "si , mi vida, agarráme de los pelos como recién y haceme sufrir que me acabo", con la poca luz de la luna me tomé unos segundos, para meter la cabeza y sacársela unas tres veces más, la verga le entraba con poca dificultad, lenta pero sin pausa, hasta el fondo, y me agarré fuerte de sus cabellos y la empujé más y más, aplastando sus nalgas, una, dos, tres metidas fuertes y el anillo del ano de Roxana comenzó a contraerse con fuerza y cada apretón de su ano, me íba sacando la leche derramándola en sus intestinos, seguí metíendola y sacándola unos instantes más mientras salía de su ano mi semen y algunos gases, la sensación fué indescriptible, la había hecho mía por ese agujerito que todos los hombres soñamos y de una forma que nunca imaginé que podría sucederme, juntos habíamos descubierto una parte maravillosa de nosotros, que llenaba los vacíos que pudiéramos tener, que nos daba un increíble placer.

Un largo rato más tarde, mientras escuchábamos música en el auto, Roxana me bajó un poco el pantalón y sacando mi pene, lo acariciaba, diciéndome: "te acordás que te hacía esto cuando éramos chicos", el recuerdo de esas manos masturbándome, me llevó al borde de un nuevo orgasmo, y ella que seguía diciéndome "acabáte, quiero ver como te sale la leche, mojáme las manos", con una de sus suaves y blancas manos me acariciaba y apretába las bolas, y con la otra me frotába la verga arriba y abajo con rapidez, mi orgasmo no se hizo esperar, Roxana agarró mi pija fuertemente con las dos manos mientras el semen brotaba con fuerza, mojándome todo, continuó masajeándome y desparramando el esperma por mi abdomen y las piernas, fué un grandioso momento lleno de recuerdos y placer.

Luego de esa noche, nuestras vidas no volvieron a ser las mismas, nos buscábamos en todo momento, varias veces al día nos llamábamos por teléfono, y por las noches después de sus últimos pacientes nos encerrábamos en su consultorio, a dar rienda suelta al placer.

Roxana se había vuelto una viciosa del sexo, quería recuperar el tiempo perdido al lado de su marido, que despreciaba ese manjar dulce y sensual.

Una de las cosas que más le gustaba, era hacerme sentar desnudo en el sofá y me soltába un gran chorro de crema sobre mi pene, y me lo masajeaba hasta que quedaba duro, para luego de espaldas a mí, ir sentándose lentamente separando con sus manos sus nalgas, y abriéndo el ano para introducirse la verga resbalosa en su interior, realmente le producía gran placer penetrarse de esa forma sin que su ano estuviera dilatado, se quejaba y me decía palabrotas, Ella misma se masajeába el clítoris y por ratos se introducía sus dedos en su vagina, incluso se agachaba para poder apreciar cuando le íba entrando, aunque ella no podía ver mucho, yo en mi posición sí, así gozaba varios minutos hasta que se la enterraba toda, y luego subía y bajaba lentamente disfrutando la magia del momento, es más, en muchas oportunidades, se la sacába por completo, y yo le metía mis dos pulgares en el ano, abriéndolo aún más y más; los orgasmos que alcanzábamos haciendo esas cosas eran increíbles, en realidad, Roxana necesitaba de esas emociones y sensaciones fuertes y casi rayando con la perversión, era increíble ver como disfrutaba cada posición, cada cosa que se le ocurría.

Llevábamos mucho tiempo de estar juntos, y de probar tantas cosas excitantes y sensuales, pero curiosamente nunca habíamos practicado sexo oral, en realidad a mí, me encantaba, pero Ella en algún momento de nuestra relación me había dicho que no le gustaba, así que no insistí en ese tema, ya era más que suficiente para mí lo que hacíamos y me satisfacía por completo más que cualquier otra mujer.

Pero en nuestras constantes incursiones en el sexo fuerte, debía darse el sexo oral y se dió de una manera maravillosa un domingo en que su esposo y su hijo fueron a visitar a sus suegros en la ciudad en que viven,

Roxana, con toda la intención, me dice el sábado que no hiciera planes para el domingo, que me tenía una sorpresa, viniendo de Ella solo podía significar una cosa, "sexo y del mejor"; dicho y hecho, el domingo a las 9 de la mañana suena mi teléfono, era Ella diciéndome que me esperaba en su casa, me pareció muy raro, pero me explicó que estaba sola, me fuí como un tiro, dejé el auto a la vuelta de su casa y cuando toqué su timbre, abrió la puerta y tuve una visión celestial o infernal, se ve que lo había planeado muy bien durante la semana, ya que estaba vestida con una lencería nueva y muy provocativa, una especie de baby-doll transparente que dejaba ver bien sus pechos vestidos con un soutien abierto en los pezones y una bombachita diminuta colaless que apenas tapaba su entrepierna, y coronando todo el juego un portaligas negro, apenas cerró la puerta y después de admirar su cuerpo me abalancé sobre ella comiéndola a besos, antes que siguiéramos, me dice: "no aquí no, vamos a mi dormitorio, quiero hacerlo en la cama donde tantas veces tuve que coger y no lo hice", caímos juntos en su cama abrazados, fué mi sorpresa cuando comenzamos a acariciarnos, que al llegar a su pubis, estaba todo depilado, esa era la sorpresa, lo acaricié un largo rato, estaba muy suave y agradable, luego de algunos apasionados besos y caricias levanté sus piernas sobre mis hombros y haciéndo a un lado su tanguita le penetré la vagina hasta el fondo, luego de varios minutos de mete y saca, Roxana me dice: "ahora, mi amor, metémela por atrás, como siempre, cogéme sin piedad, se la saqué de la vagina y ella misma se arqueó agarrando sus piernas, abriéndolas hasta casi tocarse los hombros con las rodillas, la visión de las nalgas y sus dos agujeros abiertos me llevó al límite, aproveché para darle unas cachetadas a sus nalgas, cosa que tanto le gusta, hasta dejarlas enrojecidas y allí sí, acomodé la gruesa verga a la puerta del ano, quería entrar pero iba muy forzada, casi sin lubricación, así que junté abundante saliva en mi boca y me acerqué hasta casi rozar su ano con mis labios y largué toda la saliva sobre el, sentí un aroma muy agradable así que deslizé mi lengua desde su ano hasta el clítoris, Roxana suspiró aprobando la breve chupada de concha, sin distraerme más, me acomodé y le penetré el ano, la pija le entraba hasta la mitad cuando Roxana explotó en un orgasmo descomunal, cuando se relajó un poco comencé a culearla fuertemente, mientras le decía; "hija de puta, que hermoso que es cogerte, y más aquí en tu cama, aquí donde dormís todas las noches, quiero que te acordes siempre como te la meto por ese culo hermoso que tenés", y teniéndola agarrada fuerte con las piernas bien abiertas le sacaba la pija por completo unos 10 centímetros y me dejaba caer para que la sintiera bien al fondo, cuando empecé a tener mi orgasmo, la saqué y el semen le cayó sobre el ano abierto tapándolo por completo, luego se la empujé hacia adentro, y luego afuera y adentro y afuera, mientras reventaban las burbujas de semen y aire dentro de su culo, caí sin fuerzas a su lado, y abrazados nos dormimos casi una hora.

Antes del mediodía nos levantamos de la cama y nos bañamos juntos, jabonándonos, acariciándonos, besándonos, nos secamos el uno al otro, y desnudos fuimos al patio de su casa, me senté en una de las reposeras cerca de la piscina, Ella luego trajo unos bocaditos salados y dulces que preparó, y como novios nuevos nos dábamos en la boca alternándolos con besos.

Luego poniéndome atrás de ella, le hice unos masajes en los hombros y espalda, le acaricié el cabello y Roxana comenzó a suspirar, eso la volvía loca, le tiré un poco más y un poco más mientras le refregaba la verga por la espalda, le agarraba el pelo con violencia, y cuando noté que estaba recaliente, jadeante y quejosa, enrosqué todo sus cabellos en una mano y besándola con fuerza le dijecon firmeza: "ahora me la vas a chupar", ella estaba entregada, dijo un "sí" entre suspiros y abrió la boca, y se la acerqué metiéndole la cabeza gorda, inflamada, dura, entre sus labios carnosos, eso era lo máximo que había deseado, acompañé la chupada diciéndole. "abrí más la boca, mi amor,... que te entre toda,... así mi vida,... pasale la lengua en círculos,... ayy, cuidado con los dientes,... despacio,... acariciame las bolas,... chupála fuerte, sin miedo como si fuera un helado", la verga estaba dura, grande en todo su esplendor, Roxana la recibía con esfuerzo abriendo toda su boca cuando entraba toda, y por momentos hacia arcadas cuando le rozaba la garganta, en un momento se la sacó de la boca y me dijo: "no me acabes en la boca, hacelo sobre mis pechos", a lo que respondí ajustando mis manos con fuerza en su cabellera: "este es el momento en que vas a ser completamente mía, y no lo voy a desperdiciar, quiero acabarte en la boca, quiero que sientas el sabor de mi leche, quiero que seas ahora la más puta de las mujeres y lo vas a ser en tu casa, y conmigo", estas palabras la excitaron y Ella se entregó por completo, agarrándome las bolas y masajeándolas, abrió su boca para que se la metiera, muy despacio se la metía sintiendo la presión de sus labios, mientras iba sintiendo el placer que se juntaba en toda mi pelvis precediendo el orgasmo, le dije: "mirame a los ojos mientras me acabo", entonces comencé a eyacular en su boca el esperma tibio, espeso, abundante, ella seguía mirándome mientras iba tragando todo lo que le estaba entregando, lentamente la pija fué cediendo la presión sobre su boca mientras la lamía suavemente, segundos después me senté a su lado y la besé con dulzura, acariciándola, y muy despacio fuí besando su cara, su cuello, sus orejas, los pechos, el ombligo, recostándola en la reposera, abrí sus piernas y mi lengua comenzó un fino trabajo sobre su clítoris, a medida que su excitación avanzaba, iba levantando sus piernas, abriéndolas al máximo, mi lengua entraba en su vagina, después en su ano, luegon iba desde el clítoris hasta el ano nuevamente, largos y varios minutos después, le introduje dos dedos en su ano, y mi pulgar en la vagina, y con la lengua sin piedad sobre el clítoris, Roxana comenzó su espectacular orgasmo, las contracciones en su ano y vagina me apretaban los dedos y sus piernas se cerraban apretando mi cara sobre su sexo, mi saliva y el abundante flujo que le salía, mojaban por completo mi cara, lentamente sobrevino la calma, quedando los dos acostados en la reposera, abrazados, plenos, satisfechos por un rato, ya que a su lado el sexo no podía hacerse esperar mucho tiempo.

Actualmente, seguimos juntos, un poco a escondidas, pero entre nosotros esta madurando el deseo de poder vivir juntos, nos llevará un tiempo acomodar las cosas con nuestras parejas, pero estamos seguros que eso es lo que queremos, estamos enamorados, más que en nuestra época de adolescentes, lo sentimos en cada parte de nuestros cuerpos, en cada cosa que hacemos cuando estamos juntos, por más simple que sea, y bueno, el sexo, que muchas veces en la pareja de muchos años, se va dejando de lado, como una cosa que siempre puede esperar, sin tener en cuenta que somos seres sexuales, que necesitamos buen sexo, el maravilloso contacto de piel con´piel; y más, Roxana y yo, en donde Amor y Sexo son la misma cosa.