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Una niña de 15 años

en Hetero: General

Son las tres de la mañana, mis ojos están cansados y mis parpados empiezan a caer, sentado en una silla, solo en mi habitación frente a la pantalla de mi ordenador. Acababa de despedirme de la chica que hace unas semanas conocí a través de un chat, y pensaba en ella, en el silencio de la noche, en sus palabras que poco a poco penetraban en mi mente, y me encontraba cansado después de excitarnos durante horas a trabes de las palabras y las imágenes de web-cam. Cerré los ojos y recordaba las curvas de su cuerpo en la pantalla de mi ordenador, la forma de sus pechos y el color rosado de sus labios. Lentamente baje la mano por mi cuerpo y la introduje en mi pantalón, note que mi polla tenia una nueva erección pero me encontraba cansado para pensar en masturbarme y sin dejar de pensar en ella me dormí.

Me llamo Carlos y vivo en un pueblo pequeño de la provincia de Segovia, tengo 22 años, soy un chico bastante normal; moreno con los ojos oscuros, delgado y no muy guapo.

Hace unas semanas, después de leer en una pagina de Internet que había gente que se enamoraba a través de la red, decidí entrar en una sala de chat, pensando que simplemente pasaría un rato agradable y podría hablar con alguna chica simpática, después de varios intentos y encontrarme con gente de todo tipo, decidí que por hoy era suficiente sesión de chat, así que iba a desconectar cuando ella apareció en la pantalla, saludándome cortésmente, la respondí y empezamos una conversación que duro varios horas, me hablo de su vida, sus amigos e incluso de algún secreto que tenia guardado. Su nombre era Lorena, era de Madrid y tenia 15 años, esto al principio me asusto un poco, porque pensé que era un poco cría, pero comprendí que para hablar y pasar el rato, la edad era indiferente.

Finalmente nos despedimos, pensé que sería la típica conversación y que nunca más volvería hablar con ella, pero me confundí, al día siguiente tenia un e-mail en mi buzón, lo abrí y era de Lorena, me contaba que se lo había pasado muy bien conmigo, que parecía una persona simpática y que la había caído bien y adjuntaba una fotografía suya, un calor me recorrió por el cuerpo y la curiosidad hizo que rápidamente abriera su foto y ella apareció en mi pantalla. Era una niña muy mona, una cara de ángel, con su piel muy blanca y unos labios rosados que destacaban en su rostro, sus ojos eran negros y lucia una cabellera larga de color castaño. Respondí a su e-mail enviándola una foto mía y al día siguiente ella me respondió, diciéndome que era muy guapo y tenia unos ojos preciosos, además me indicaba que esta noche se conectaría, que estuviera allí, el resto del día estuve nervioso esperando a que la noche llegara, una vez hubo llegado, volvimos hablar durante horas. Así pasaron los días, hablábamos a diario, nos compenetrábamos mucho. Un día empezamos la conversación como de costumbre, contándonos que tal habíamos pasado el día, y salio la conversación y me dijo que tenia web-cam, ella sabia que yo también la tenia y que si quería podíamos vernos, pusimos la cam y allí apareció ella, preciosa como en la foto, con un pijama de verano que bajaba notar sus pechos, poco a poco la conversación se fue poniendo un poco más caliente, ella se levanto la camisa, no llevaba sujetador y pude ver sus pechos, blancos como la nieve, con unos pezones rosados, muy pequeños, eran los pechos mas hermosos que había visto. En la conversación me explico que era el primer chico que los veía puesto que aun era virgen, no pude verla más, porque se hizo tarde y al día siguiente había que madrugar, nos despedimos y decidimos conocernos en persona, yo tengo coche por lo que me desplazaría a Madrid y pasaría allí el fin de semana, la idea la pareció sugerente y dijo que la apetecía mucho conocerme, y que me enseñaría Madrid, ya que no lo conocía.

Los días pasaron despacio, cada noche hablábamos. Llegó el día de conocernos, me desplace a Madrid y alquile una habitación en un hotel de las afueras; pequeña pero muy acogedora, con una cama bastante grande para mi solo, coloque la ropa en el armario, me duche y me dispuse a llamar por teléfono a Lorena y quedamos en una plaza cercana al hotel.

Llegue un poco antes a la cita, me senté en un banco, encendí un cigarro y miraba distante al horizonte hasta que Lorena apareció, se acerco y antes de poder mediar palabra me dio un sonoro beso en los labios, acto que ha mí me quedo un poco desconcertado pero que no di mayor importancia. Vestía un pantalón vaquero ajustado que dejaba mostrar su figura, con un culo respingón y una camisa azul de manga corta que hacia que sus pequeños pechos se notaran de manera muy clara, sus cabellos estaban sueltos y lucia unos pendientes con aro, estaba más bonita que por mi pantalla, a su espalda portaba una mochila no muy grande que me explico que era la ropa para mañana, que les dijo a sus padres que pasaría el fin de semana en casa de una amiga, me sorprendió porque no pensaba que se quedaría conmigo.

Nos acercamos al hotel y dejamos su mochila encima de la cama y salimos a dar una vuelta por la ciudad, llegamos a un cine, y después de mirar la cartelera decidimos entrar a ver una película que hace poco que habían estrenado, el cine estaba bastante vacío, cogimos unas palomitas y nos sentamos en la fila del final. Observaba detenidamente la pantalla, hasta que sentí como la mano de Lorena se colocaba en mi rodilla, la mire, mi miró y sonrió y lentamente empezó a subir su mano, acariciando mi pierna, sentí como un cosquilleo recorría mi cuerpo y como el calor me sofocaba, Lorena no dejaba de mirarme, intente hacerme el despistado mirando la pantalla, pero sus manos seguían su rumbo por encima de mi pantalón, sentía sus caricias en cada centímetro de mi piel.

De repente sentí que colocaba su mano encima de la bragueta, mi polla estaba ya erecta y eso pareció encantarla puesto que sus ojos mi miraron mas abiertos que antes, apretaba con fuerza su mano, recorriéndola toda ella. Sabia que ya era inevitable que dejara de tocar, ella sabia que me gustaba y pensaría que si no hubiese querido la hubiese quitado la mano nada más ponerla, así que intente olvidar su edad y perderme con ella en un mondo de fantasías, así que puse mi mano en su mejilla, me incorpore y mirándola los ojos la bese, nuestras calidas lenguas se fundieron en una sola, su saliva era la mía, su falta de experiencia se hacia patente; intente que aflojara sus labios, que me cediera su lengua y se dejase llevar, pase mi lengua por sus labios, roce sus dientes, pude ver en ella su cara; con sus ojos cerrados, aprendiendo a besar y ser besada, mientras con su mano seguía frotando mi pene, deseosa de poseerlo.

Lorena se incorporo hacia mi vientre, pude notar como sus dedos bajaban la bragueta de mi pantalón y como su mano entro dentro del pantalón para poder sacar así mi polla, su cara cambio, me miro y dijo que no pensaba que fuese tan grande, volvió a dirigirse hacia mi polla y paso suavemente la punta de su lengua por mi glande, su saliva ardía en mi miembro, su mano acariciaba mis huevos y poco a poco fue introduciéndosela en la boca, mi excitación era evidente, la película ya no podía seguirla, el placer producido entre mis piernas me evadía del mundo real y solo deseaba poder gemir, perderme en el tiempo y en el momento. Jugaba con su lengua, bajando y subiendo rápidamente, haciéndome sentir, pese a su inexperiencia una satisfacción de placer y dolor debido al roce en ocasiones de sus dientes, pero no la dije nada, quería que siguiera, que aprendiera a comer una polla y disfrutara del momento. Note palpitaciones dentro de mi, mis músculos se contrajeron y sentí que me iba a correrme, agarre a Lorena por sus cabellos y fuertemente la dirigí hacia mí, metiéndola la polla casi enteramente en la boca, y derramando en su garganta toda mi leche, que salía a borbotones por la excitación del momento.

Una vez termino y se limpio un poco con un pañuelo, me beso, me pregunto que si me había gustado a lo cual respondí afirmativamente, se recostó en mi pecho e intentamos ver el final de la película.

Salimos del cine, me agarro de la mano y quiso que nos fuéramos al hotel, una vez hubimos llegado, me tumbo en la cama y poco a poco se fue desnudando para que yo la viese, moviéndose de manera exuberante empezó a levantar su camisa lentamente, parándose a la altura de los pechos para posteriormente quitársela completamente, dejando ver su sujetador violeta, marcándose en el los pequeños pezones. Se desabrochó uno a uno los botones del pantalón, mirándome de reojo y viéndome en la cama recostado, exhausto por lo que allí estaba ocurriendo, se quito el pantalón, unas bragas a juego con el sujetador que tapaban su coño, notándose en el ellas la humedad de su raja y viéndose a su través el bello que había debajo, bailaba muy sensual, sus delgadas caderas hacían que mi erección fuese cada vez más pronunciada.

Me desabroche los pantalones y empecer a masturbarme, acto que izo que Lorena mirara fijamente hacia mi polla, disfrutando con cada movimiento que mi mano producía, se desabrocho el sujetador, y vi por una vez, pero esta vez en vivo unos pechos exquisitos, pequeños con unos pezones colorados dignos de admiración, coloque sus manos en sus bragas y las bajo de golpe, descubriendo su coño, quedando desnuda y a merced mía, sintiéndome obligado a hacerla disfrutar como nunca.

Se recostó en la cama, una dulce niña florecía y solo yo podría desvirgarla, me desvestí por completo y me coloque encima de ella, lamiendo sus pechos y jugando con sus pezones, bajando suavemente con el fin de encontrar su coño, una vez llegado, lamí con crudeza, sus gemidos me agudizaban pero me animaban a seguir comiéndome un coño puro, sensible y suave, utilizando todas mis técnicas para que sus gritos fueran más pronunciados.

Una vez hube terminado, la mire, su cara de satisfacción me animo, su sudor en la frente y su jadeo continuado, respirando rápidamente, la incorpore hacia la almohada, poniéndola de rodillas y metiendo solo la punta de mi polla por un agujero que nunca había sido explorado, sus gemidos aumentaron, me dijo que parara que era dolor mas que placer y aun solo tenia metida la punta, me excitación era enorme y no podría parar en esa situación así que de un solo golpe la penetre hasta el final sintiendo en mi polla todo su calor, a lo que ella dio un grito estremecedor y sus lagrimas salieron de sus ojos y corrieron por sus mejillas, atacaba con nuevas embestidas, dando tan fuerte como podía, quería que esa puta gimiera para mi, que fuese el mejor polvo que nunca tendría. Sentí que iba a correrme, la avise, que la sacaría y ella me lo hiciera fuera, de un golpe salí, Lorena me agarro la polla con su pequeña mano e intento moverla lo mas rápido que pudo, hasta que toda mi polla reventó de placer y vertí mi leche en sus pechos.

Lorena se quedo inmóvil en el cama y se durmió hasta el día siguiente, la lleve a su casa y volví a mi pueblo, pensando que una niña de 15 años había conseguido que me corriera como nunca me había corrido y conseguir así el mayor orgasmo hasta el momento.