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La primera masturbación

en Autosatisfacción

Este es un texto real, sacado del diario de mi hermana, que por casualidad encontré entre los libros de cuando éramos más pequeños, por ese entonces Verónica, así se llama, tenia 14 años, y había descubierto el arte de la masturbación. (Texto reformado)

"Querido diario:

Hoy puedo expresarte que he tenido un día lleno de emociones y placeres, antes ocultos para mi. Esta mañana en el instituto, salimos al recreo y nos juntamos todas las amigas, y como siempre salieron las conversaciones de los chicos, de quien era más guapo.

María saco entonces de su carpeta una revista, donde había chicas desnudas, todas muy bellas y chicos que tenían una polla muy grande, todas teníamos curiosidad por verlo y pensábamos si los chicos que nos rodeaban tendrían algo semejante. Entonces hablamos si alguien había visto alguna vez algo igual y no concebíamos que esa cosa tan grande pudiera entrar por una rajita tan pequeña, Marta hablo entonces que ella la noche pasada, se tumbo en su cama y estuvo durante media hora masturbándose, tocándose el coño y nos dijo que las sensaciones eran maravillosas, que sus dedos se deslizaban por su raja hasta tal punto que consiguió que dos de ellos penetraran hasta dentro.

Una vez hubo terminado las clases, llegue a casa cansada, y después de comer me tumbe en la cama, para intentar dormir y si luego levantarme a estudiar, observando el silencio en mi habitación me acordaba de las palabras de Marta, así que baje la mano hasta mi coño e intente meter uno de mis dedos, haciendo un poco de fuerza y sentí un gran dolor, apenas pude introducir la punta de mi dedo. Intente aliviar el dolor frotándome suavemente por encima de las bragas y poco a poco sentí que ese movimiento me relajaba, que me gustaba y que mis braguitas empezaban a mojarse.

Miles de mariposas recorrían mi estomago cuando metí la mano de debajo de las bragas, y empecé a dirigir mi dedo por todo mi coño, estaba caliente y mojado, y note que en mis tetas los pezones se marcaban en la camisa, que estaban duros y sensibles y el simple roce de la camisa me gustaba. Seguía tocándome mi conejito, pasando las yemas de los dedos por todo el, de repente no se porque ni por donde pase, un gemido me salio de la garganta y me asuste, puesto que mi madre se encontraba en el salón y tenia miedo que me descubriera, volví a pensar en lo que Marta había dicho y esta vez si poco a poco introduje mi dedo hasta el final, al principio sentí dolor, pero una vez dentro solo tenia ganas de moverme, de poder chillar en esos momentos, mis lagrimas recorrían mis mejillas, era un dolor intenso pero a la vez me gustaba e intentaba mover el dedo más y más rápido, sintiendo en el la humedad causada y el calor que mi cuerpo desprendía.

Entonces saque mi dedo y juntándole a otro intente penetrarme con los dos a la vez, me dolió mucho pero no desistí del intento, pensé que si en la revista los chicos que salían tenían la polla tan grande y gruesa, nunca podría estar con uno si no me podría meter dos dedos, así que pese al dolor intente meterles hasta que lo conseguí y una vez dentro les deje sin mover y sentí como mi coño se abría poco a poco, como queriendo albergar los dos dedos, empecé a moverlos durante un rato, el dolor había parado y sentía placer, un bienestar que nunca antes había tenido, cuando saque los dedos me asuste, vi que el agujero de mi coño era muy grande y me asuste por si no se cerrara y siempre estuviera así, pero al poco rato, volvió a su aspecto normal y pude tranquilizarme.

Tu querido diario eres guardián de mis secretos, como todos los días, he escrito en ti todo lo que me pasa, siendo tu mi mejor amigo, mi único guardián".