Me gusta mirarte cuando duermes.

Despertar y que tu estés ahí.

Bocabajo, apenas cubierta por la sabana, con una rodilla flexionada, dejando ver apenas, tus formas voluptuosas.

Me gusta mirarte, cuando empieza a despuntar el día. Cuando tienes cerrados los ojos, que quieren alargar el sueño, tras una noche de pasión.

Me gusta mirarte, cuando tus labios carnosos expresan una sonrisa serena.

Me gusta mirarte, cuando al acariciar tu piel, se erizan tus bellos.

Me gusta rozarte cuando estas dormida, pegar mi cuerpo al tuyo posando un beso en tu hombro, oler tu perfume, que bien hueles, me gusta mirarte.

Acariciar tu espalda dibujando mil formas, me gusta mirarte dormida despierta, que bonita eres.

Me gusta mirarte, el contraste de tu piel morena y las sabanas blancas.

Me gusta mirarte, respirando el frescor, que entra por la ventana, de una mañana de verano.

Me gusta mirarte inmóvil, abrazando la almohada, respirando lentamente, para detener el tiempo.

Me gusta salir de la habitación y mirarte, entrar otra vez y mirarte, mirarte desde la puerta, sin hacer ruido.

Me gusta mirarte, cuando te das la vuelta, buscándome, cuando dejas escapar un beso, porque sabes que estoy mirándote.

Me gusta mirarte, cuando mis apetitos están saciados, me gusta mirarte, cuando eres para mí solamente el ser que amo.

Si todavía me amaras, yo te sigo queriendo.

Lo siento, no puedo seguir.

Dedicado a Mª Luz (nunca lo leerá).