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Reencuentros con el pasado (2)

en Erotismo y Amor

REENCUENTROS CON EL PASADO

(Segunda parte)

Anoche fuimos de juerga con unos amigos y lo pasamos de fábula ya que por las noches se pone de escándalo, la gente ríe y se lo pasa muy bien, bailando y cantando se nos hicieron las 4 de la madrugada y volvimos a casa hechos polvo, yo había quedado con Jorge a las 9 de la mañana en un restaurante para desayunar y poder despedirnos, pues tenía que volver, las vacaciones casi estaban terminadas y no quería irme sin despedirme de él. Me levanté a las 8:15 con la cabeza que no sabía donde la tenía, el alcohol de anoche se me subió un poco y en 4 horas de sueño no estaba muy repuesta, así que aturdida me dirigí al baño para despertar del todo y estar lista para llegar a las 9, cosa que veía muy difícil por que en 45 min. debía estar duchada, vestida, peinada, maquillada y eso para mí era imposible, me conozco y soy muy soba arreglándome, pero como sea hice hasta lo imposible por estar lista, prácticamente no me maquillé, me recogí el pelo como pude y me vestí con prisas y nervios por que ya eran las 9 y yo en casa todavía. Salí como quien dice poniéndome los zapatos por las escaleras, debía volver en dos horas y encima tarde, estaba que entre la borrachera de anoche y los nervios de hoy rodaba por los escalones, me apresuré a abrir la puerta y salí como un rayo. Llegué 15 o 20 min. tarde con el temor de que Jorge ya no estuviera ahí, me dirigí a la cabina de teléfono para llamarle, pues no lo veía por ninguna parte, pero cuando iba a marcar me di cuenta de que él ya estaba a mi espalda. Me invadieron los nervios nuevamente al verle, ¿por qué? No lo sé, me atonto solo de saberle cerca, en fin traté de calmarme y me dio una alegría enorme ver que me había esperado, en ese momento el soltó algo como:

— Tú estas ahí tan tranquila y no sabes a mi como me tienes—

Me hizo gracia, pues en realidad yo estaba igual que él, solo que no sé si lo disimulé mejor.

Tú no sabes como estoy yo — le respondí.

Me preguntó si quería desayunar en ese sitio o íbamos a otro lado, yo no estaba segura de querer desayunar algo, aunque tenía el estómago mas hambriento que el otro día, y encima resacoso, pero el tiempo no me daba el lujo de desayunar dos veces como la otra vez, así que había que elegir uno de ellos, le miré y le dije cual era la situación…

He de estar en casa dentro de dos horas, es decir a las 11, así que tú dime que hacemos —

Creo que está mas que claro — respondió.

Así que nos quedaríamos con el estómago vacío los dos esa mañana, le dije que tenía que comprar una tarta de queso y me dijo que en el sitio que me estaba esperando hacían ese tipo de tartas y que además estaban muy bien, así que entramos y mientras yo la compraba, él fue a pagar el ticket de estacionamiento, volvió y nos dirigimos hacia el coche.

Me preguntó si quería volver al mismo lugar de la otra vez y le dije que si. Entramos, pero nos dieron una habitación distinta, daba igual, la otra me había gustado, aunque seguramente no era la habitación, sino él a quien yo seguía recordando.

La puerta del estacionamiento se cerró detrás de nosotros y Jorge bajo para abrirme la puerta del coche, y aunque yo no estoy acostumbrada a ello, he de reconocer que este gesto no me disgusta. Me tomó de la mano y me ayudó a bajar, no acababa de poner los dos pies sobre el suelo cuando ya le estaba besando, él inmediatamente dirigió sus manos a mi cintura y me apretó contra su cuerpo, después me recargó en el coche y acto seguido dirigió sus manos a mis pechos acariciándolos de forma circular y apasionada, lo hacía con tanta suavidad y sensualidad que me puso muy cachonda, en ese momento la temperatura se me disparó por los cielos, me miró a los ojos y nuevamente me besó, pero esta vez me tapo la nariz con una mano, pensé que cuando se diese cuenta de que me faltaba el aire me desbloquearía la nariz devolviéndome el oxígeno, pero no la soltó, cuando notó que me faltaba la respiración me la proporcionó con su boca, lo cual me incitó a seguir besándolo sin temor, además esa incertidumbre de no saber lo que hacía me excito más todavía, en eso cogió mi bolso con una mano y lo puso sobre el techo de su coche, mientras que con la otra paso de mi nariz a mi pantalón desabrochándolo, me giro de tal modo que le daba ahora la espalda, bajo ligeramente mis pantalones hasta dejar descubierta mi cadera e hizo a un lado mis bragas con sus dedos, en ese momento me ensartó su miembro con decisión, el cual estaba ya muy duro, y yo lo recibí con mucho placer, pues estaba mas que lista para ello, lo metía y lo sacaba varias veces, era como una probadita de todo lo que nos esperaba. ¡¡Mmmmm!! Era delicioso sentir como entraba con tanta facilidad, yo estaba en ese momento mas que excitada.

De saber que te gustaría así, lo hubiésemos hecho en el estacionamiento del restaurante — me dijo al oído muy bajito

Yo me sonreí, pues me imaginé la escena y me encantaba, pero me cortaba que otra persona pudiera vernos, fue cuestión de segundos esa imagen en mi cabeza, cuando reaccioné y le pedí que entráramos a la habitación, pues no quería que eso me pasara en ese estacionamiento que aunque por un lado se supone era seguro, por otro lado podría no serlo. Entramos y me abrazó, volvió a cogerme los pechos y me desnudó entre besos, me subió a la cama, donde terminó de quitarme las bragas, se agacho y fue directo a comer mi entrepierna, me tenía que el corazón se me salía del pecho, después me cargo y me bajo de la cama, me acostó en ella y nuevamente me penetró, yo empezaba a acariciarme, cuando recordó algo…

He comprado algo para ti — me dijo.

¿El qué? — pregunté

Espera, ahora vengo—

Volvió con un aparato para hacer masaje en las piernas y claro vibraba, eso era algo que yo no había visto y me causo mucha curiosidad, pues efectivamente era para masajear las piernas, pero evidentemente ese día no lo utilizaría para relajarme solo las piernas…

Toma, lee las instrucciones, mientras yo te doy un masaje— me dijo.

Estas de broma ¿no? — respondí

No, léelo de verdad, te va a gustar, quiero escucharte, así que lee en voz alta —

Empecé a leer como me dijo, mientras él conectaba a la corriente el mencionado aparato, me recostó boca a bajo y empezó a masajearme primero las piernas, pero poco a poco subió hacia mis glúteos y poco a poco llego a la espalda justo al punto donde mi sensibilidad esta siempre a la espera de ser estimulado, volvió a bajar, pero esta vez detuvo el "aparatito" en mi entrepierna y ahí vi como se me abría el paraíso, esa sensación de cosquilleo que te causa placer y no gracia, fue lo que me puso a un tono tan candente del que ya estaba. Las palabras empezaron a dejar de sonar en mi boca.

No te escucho leer — me dijo

Es que ya no puedo, no me salen las palabras, no me concentro en lo que veo y es que no me importa lo que dice el instructivo— Respondí con la voz entrecortada.

En ese momento me giró, tiró de mis piernas con una sonrisa dibujada en los labios, pues sabe que ese gesto me gusta y me penetró masajeando también con el aparato mi clítoris, con él penetrándome y con el aparto de masajes juntos, sentía que la vida me abandonaba y se reemplazaba por placer inmenso, si hay un infinito ese día lo roce.

¿Te gusta lo que sientes? — preguntó sabiendo la respuesta

ssssiiii— contesté como pude

¿quieres que le suba la intensidad? — Cuando lo dijo es por que ya lo estaba haciendo.

No, que si no, me muero— Le respondí, pues aquello era demasiado para mi y me iba a volver loca. Además yo no quería ir tan rápido, quería disfrutar el momento y hacer que durara antes de tener mi primer orgasmo, pero más tardé en pensarlo que cuando me quise dar cuenta…

¡¡Aaaaaahhhh!! ¡¡siiiiii!! No pares— solté en un grito

No pensaba hacerlo, ni aunque me lo pidieras — respondió.

Aquello era mágico, ese vibrador estaba haciendo que me fuera más rápido de lo planeado, y la verdad es que no me disgustó, al contrario me abandoné a la sensibilidad de mi vagina y me olvidé del resto de mi cuerpo.

¿Sabes que me dejaste un arañazo en la espalda el otro día? — me dijo mientras me penetraba.

¿Ah sí? Lo siento, no fue mi intención hacerte daño— respondí, con la voz muy bajita, pues se me fue hasta el volumen del pedazo de orgasmo que tuve.

No lo sientas, anoche me di cuenta y ¿sabes lo que hice cuando me lo miré en el espejo?

¿Qué? — pregunté un tanto preocupada de que le hubiese podido causarle problemas.

¿No te lo imaginas? —

No — respondí con la misma preocupación.

Pues mientras estaba en la ducha, pensé en ti y en lo que pasó, y … ¿Ya te lo imaginas?

Si — respondí con una cara de felicidad y satisfacción por saber que se masturbó pensando en mí, era genial imaginármelo.

Me estaba frotando el cuerpo y entonces llegué a mi pene y empecé a acariciarlo, a dejarlo muy limpio…—

¡¡Ooohhhh!! — mientras hablaba y me lo imaginaba haciéndolo estaba sintiendo como llegaba a mi un segundo orgasmo, pero éste era mas intenso que el anterior y mientras lo estaba teniendo…

Si, eso mismo me pasó a mí, lo dejé muy limpio frotando aquí y allá — y no dejaba de moverse de forma circular que me ponía como una loca. No me dio tregua ninguna mientras veía como me retorcía de placer por el orgasmo tan intenso que estaba teniendo, no sabía a que agarrarme con la mano que tenía libre, a su pierna, a la cama, a mi pecho, a mi cuello, estaba completamente alterada.

No puedo maaaaassss — Alcancé a soltar, me sentía morir justo de tanto sentir.

¿Qué? — me dijo a modo de reclamo cachondo — ¡Uy mamá, no aguantas nada! Sabía que te irías pronto, pero nunca imaginé que tan pronto.

¡Capullo! — pensé, cómo me conoce.

Pues vas a tener que seguir conmigo — me dijo como si aquello fuera un suplicio para mí, y efectivamente era eso, un suplicio muy rico que no me importaba prolongar todo el tiempo que fuera necesario. Así que seguimos la batalla campal.

Espera un segundo, vamos a cambiar de postura— y al mismo tiempo que lo decía me ponía en la posición que quería —no dejes el vibrador a un lado, sigue así — me decía mientras se alejaba para colocarse otro preservativo.

Si — alcancé a responder, de todos modos no pensaba soltarlo hasta que no terminásemos del todo. Un vibrador no es lo más importante, pero joder como colabora con la situación.

¿Cómo vas? — me preguntó mientras me metía nuevamente su pene, del cual ya me he hecho su amiga, y creo que cuando nos veamos nuevamente seremos inseparables.

Bien, esperándote — respondí a duras penas, y se dispuso a seguir dándome un rato más de calor.

Del 1 al 10 ¿en qué número te encuentras de tu siguiente orgasmo? — me preguntó, y yo pensé que estaba de broma.

Qué mas te da, tu sigue — respondí

Es que quiero llegar contigo corazón— replicó

En un 8.5 — una vez sabiendo esto me gustó que tuviera el detalle de llegar conmigo.

Bien, entonces tengo que darme prisa — respondió.

Haz lo que quieras, pero yo estoy a punto — pensé. Tenía el vibrador con la mano derecha, pero el cansancio por un lado y el placer por otro haría que me fuera una vez más de un momento a otro.

Nueve — dije…

Nueve y medio —

¡¡¡¡Dieeeeeezzzzzzzzzzzzzzz!!!! ¡¡¡hay Dios!!! — ya no aguanté mas, una sensación realmente fuerte me estremeció todo el cuerpo, aquello fue bestial haciendo que mi espalda se arqueara y la vista se me nublara por un instante. Jorge tardó unos segundos más en llegar y es entonces cuando solté el vibrador sobre la cama y acto seguido me desvanecí.

Los dos caímos sobre la cama, levantamos las cobijas y nos metimos dentro, me abrazó, acarició mi cara, nos besamos y permanecimos juntos un rato ahí dentro. Luego ¿cómo no?, se dirigió al jacuzzi y lo lleno de agua, pero esta vez fue mas gentil y como sabía que la vez anterior me había quemado, no puso el agua tan caliente, una vez lleno y con sus burbujas respectivas me llamo para que le acompañara, cosa que no dude y al instante me líe una toalla alrededor del cuerpo y me dirigí hacia donde estaba él, me tomó de la mano y me ayudó a entrar. El agua se sentía mejor, no hervía, con lo cual pude entrar más relajada en ella al no sentir el agua hirviendo en mi cuerpo. Me dirigí donde él y nos abrazamos, sobra decir lo mucho que me gustan sus abrazos, me hinché de besarle los labios, los ojos, la frente, la barbilla, el cuello, las orejas; me recorrí toda su cara lentamente.

Después me alejé de él para recargarme en la bañera y dejar que corriera el aire, o mejor dicho, el agua, conversamos un rato mientras nos relajábamos, acariciaba mis piernas, mis rodillas y yo hacía lo mismo con las suyas, y como era de esperarse empezamos a jugar con las manos otra vez, me senté frente a él sobre sus piernas, específicamente en su entre pierna y me sorprendió que su pene estuviera tan duro otra vez, él me cogió del trasero y me puso en posición para empezar un nuevo ataque. Empezamos con unos movimientos suaves a la par de unos besos muy ricos que nos sirvieron de preámbulo para aquello que volvía a surgir entre los dos, me gusta su boca y no quería dejar de besarla, de repente, sin esperarlo Jorge se colocó de tal forma que parecía que yo estaba sobre un caballo y éste empezaba a correr de tal modo que me hacía sentir una excitación enorme, entonces dejé de besarle, lo que estaba experimentando en ese momento no podía combinarlo con los besos, así que me incorporé y me senté derecha sobre su miembro, se movía con tal fuerza, que me hizo tener otro orgasmo, llevo sus manos a mi pecho y lo acariciaba mientras se movía, era fantástico aquel movimiento y el agua ayudaba a que mi peso se volviera mas ligero, con lo cual no le costaba trabajo levantarme, después bajaba la intensidad, me abrazaba, me besaba y nuevamente volvía hacerlo, Jodeeeeeeer, cada que él hacía eso yo me corría, pues mi zona vaginal estaba muy sensible y reaccionaba a cualquier estímulo por el vibrador de hace un rato, el golpeteo del agua en nuestros cuerpos era una música que me traspasaba los oídos y me transmitía al cerebro una melodía muy sexual. Solo recuerdo el placer que todo aquello me provocaba y me hacía salir de mi órbita. Me sacudió de ese modo 5 fabulosas veces que me hicieron quedar aturdida por un momento. Recuerdo sus ojos mirándome cada que tenía un orgasmo y yo imaginaba el placer que él también podía estar recibiendo en ese momento, recuerdo sus manos sobre mis pechos y cómo me hacía estremecer, el conjunto de todo aquello se convirtió en la imagen mas cachonda que guardo hasta ahora de él.

—Ésta despedida iba a convertirse en algo más delicioso que triste — pensaba mientras nos quedábamos mirando en el jacuzzi, en eso recordé que solo disponía de dos horas para estar con él y que ya debía ser demasiado tarde, por lo que me enjuagué el pelo y salí con rapidez.

Jorge me acompañó nuevamente a casa, me abrió la puerta del coche, sacó el pastel y me lo dio mientras me abrazaba, aquél abrazo no pude disfrutarlo como hubiese querido, pues en una mano el bolso y en otra el pastel me dejaban prácticamente nula para abrazarle como se merece una despedida. En fin, le di un beso y nos dijimos hasta pronto.

Me di la media vuelta y me puse a andar, no quería pensar en el tiempo que tendría que pasar para volver a verle, solo caminé y no miré hacia atrás, pues no quería ser consciente de esa realidad, solo quería pensar en lo que acababa de disfrutar en aquella habitación con el.

Gracias a la gente que me ha hecho sus comentarios en la primera parte, y a todos aquellos que se tomaron la molestia de leerlo, tuve un error en el nombre, que evidentemente es ficticio y no revelaré el original, pues no es plan. Espero que esta segunda parte os guste tanto como la primera, a mi desde luego me encantó y no cabe duda de que lo bailado a uno nadie se lo quita. Besotes a todos y nuevamente gracias.