"Mi compañerita de estudio " (1º parte)
No todos tuvimos la suerte de ir a una escuela de pueblo, donde la maestra en un acto de hacer que las cosas se simplifiquen, nos daba trabajos prácticos donde nos teníamos que reunir con algún compañero que vivía cerca, en mi caso, una compañerita que vivía en mi mismo barrio.
Sería bueno aclarar que nuestros padres se conocían y que a la vez no tenían problemas que entre ella y yo nos reuniéramos para completar las tareas que nos daban, algunas veces en su casa, otras en la mía y de vez en cuando también íbamos juntos ya sea a la biblioteca o a donde necesitábamos buscar la información (no era muy común contar con internet como en estos días), la cuestión es que de la escuela pasamos a la secundaria y también coincidíamos en ser compañeros de curso y no fue nada raro que nos sigamos reuniendo para completar las tareas, lo que cambio con el tiempo fuimos nosotros mismos, de ser niños pasamos a adolescentes y relativamente ambos desarrollamos nuestros cuerpos.
En casa mis padres trabajaban y casi todos los días por las tardes quedaba solo y en su casa pasaba algo similar, con la diferencia que era menor el tiempo en que se podía estar tranquilo, pues sus hermanos coincidían en sus horarios para hacer las tareas.
Todo comenzó como un juego de preguntas y respuestas, con un cierto grado de picardía y a la vez sabiendo que podíamos contar el uno con el otro, que si te gusta alguna chica/o o si ya te pusiste de novia/o y entre preguntas y preguntas un buen día salio la pregunta que si sabias como se besan los novios , yo tenia poca experiencia al respecto, pero eso ya era ventaja a mi favor, puesto que ella solo sabia lo que había escuchado y fue así que un día terminamos besándonos, a modo de yo te enseño lo que sé pero vos tenés que practicarlo conmigo.
El juego cada vez iba haciéndose mas interesante, los besos lo practicábamos siempre que estábamos a solas y poco a poco fuimos agregando caricias y a besarnos en otras partes, como ser cuello y orejas, hasta que un día nos pusimos de acuerdo para conocer nuestros cuerpos sin ropa, yo para ese entonces sabia en teoría como era una mujer desnuda por varias revistas porno que pasaron por mi mano y también como se hacía el amor, pero hasta ese entonces no había tenido la suerte de ver a una mujer desnuda por completo en vivo y en directo. Inventamos un trabajo práctico y ajustamos los horarios para que coincida con que en mi casa no haya nadie. Así fue que después de cerrar toda la casa, por las dudas, fuimos a mi cuarto y comenzamos un nuevo juego de ir sacándonos las prendas y de ir explorando el cuerpo del otro, poco a poco fuimos quedando solo en ropa interior y para que exista la igualdad de condiciones nos pusimos de acuerdo en darnos la espalda y sacarnos toda la ropa para de esa manera darnos vuelta y poder vernos totalmente desnudos y a la vez habíamos pactado que seria uno o dos minutos los que estaríamos así y que luego nos vestiríamos, no estaban permitidos los toques y las preguntas las haríamos después de haber cumplido lo pactado.
Al ponernos de frente tuve ante mis ojos por primera vez una mujer desnuda en todo su esplendor, si bien apenas comenzábamos a ser unos adolescentes pero ya se apreciaban un par de pequeñas pero bien definidas tetas, con sus aureolas bien marcadas y un botón en el medio que coronaba todo un espectáculo, su cuerpo era muy acorde en las formas, marcaba una cintura bien definida de donde nacían unas caderas redondeadas, sus piernas no eran de porcelana pero generaba armonía con su figura y en el medio de su ser, algunos bellos que ya comenzaban a cubrir su sexo, pero en vez de conformarnos por habernos sacado la intriga de vernos desnudos, ambos nos quedamos mirando o admirando al otro, cumplimos con la segunda parte del trato, ambos nos vestimos pero nos inundaron mas dudas que las que teníamos antes, fuimos al comedor y nos hicimos todas las preguntas que pudimos, aunque algunas no pudimos responderlas, la cuestión es que yo consideraba que ella estaba en ventajas, pues a mi me pudo ver mejor que lo que yo había podido ver en ella, pues mi sexo estaba por fuera mientras que en ella solo se le veía los labios cerrados y los bellos que lo cubrían, no muchos pero se podían ver y para mi suerte mis argumentos le parecieron validos y quedamos en que tendríamos que hacerlo de nuevo y que estaría permitido tocarnos, pero lo tendríamos que organizar para otro día con más tiempo.
Por fin llego el día tan ansiado, ambos nos sentíamos nerviosos, como detalle nos habíamos vestido teniendo en cuenta que era una ocasión especial, cuando abrí la puerta la tenia frente a mi con un vestido con tiritas y un cierre en la espalda, bastante liviano dado el calor que hacia en ese día y solo lo acompañaba unas sandalias, como detalle un collarcito con una mariposa, por mi parte estaba con pantalón jeans (vaqueros), una remera sin mangas y una camisa desprendida hasta la cintura. No bien cerramos la puerta nos comenzamos a besar y acariciar, el nerviosismo de ambos se sentía en el ambiente, pero no le dimos mayor importancia y tratamos de olvidarnos a medida que seguíamos con los besos y las caricias. Para cuando llegamos a mi cuarto yo tenía la camisa y la remera fuera del pantalón y me había encargado de bajar por completo el cierre de su vestido. Ambos habíamos cambiado nuestra manera de respirar, estábamos como agitados, mi corazón cada vez latía con más fuerza y en medio de mis piernas sentía una presión a punto de explotar.
La verdad que de lo que habíamos pactado no me acuerdo que lo hayamos cumplido, nuestras caricias eran cada vez mas atrevidas y nuestros besos más intensos y apasionados. Entre besos y caricias perdí mi camisa y remera y quede desnudo de la cintura para arriba y a ella solo bastó con correrle las tiritas que sostenían el vestido en sus hombros para que este cayese y la dejara con un conjunto que no era de lo más excitante, pero si que le quedaba lindo, no pasó mucho rato para que mi pantalón tenga la misma suerte que su vestido, a un modo de igualdad de condiciones, ambos estábamos en ropa interior, pero también ambos ya habíamos llegado hasta la cama, nuestros besos y caricias ya no paraban, en un momento de ir y venir por su espalda, logré desabrochar el sostén (toda una ciencia para quien no tiene experiencia en lencería femenina) y volvieron a quedar frente a mis ojos ese hermoso par de pequeñas tetas, pero esta vez estaba mucho mas cerca con mi boca, lo que no dude por un instante en saborearlas, primero solo con la punta de mi lengua en esos botones preciosos que coronaban toda esas carnes, luego fue lamerlas un poco y para mi sorpresa a pesar de estar erguidos, tomaron una consistencia mayor en el momento de comenzar a besarlos, luego a probarlos, para terminar chupando con la esperanza de que del interior salga algún poco de leche.
Por fin llegue a bajar esa bombachita que cubría el terreno que yo quería explorar, para ese entonces ya no había marcha atrás a lo pactado y a quien le importaba, cuando acerque mi cara me inunde de un perfume nuevo, el perfume de mujer que salía de su sexo, observe con un poco de detenimiento el paisaje y tras los bellos se escondía unos labios que llamaban a ser besados y hasta parecía que los habían pintado con brillos labial, pues se veía algo brillante que corría a través de todo lo largo y se escurría por entre el canal de su culo, toque con cuidado y cariño ese liquido y era algo viscoso, quise probarlo y comprobé que el sabor era muy agradable, totalmente distinto a todos los sabores conocidos hasta ese entonces pero muy embriagador y no dudé en besarlo y comenzar a probar todo lo que podía y salía de su sexo. No se cuanto tiempo estuve explorando con mis labios y mi lengua, pero no me canse de tomar todo el liquido de su interior y para mi sorpresa en un momento me tomó con sus manos de la cabeza y comenzó a quejarse cada vez con mas fuerzas, se imaginaran que a mí más me entusiasmaba la idea de seguir chupando y besando hasta que su cuerpo empezó a tensionarse, comenzó a levantar sus caderas y a presionarme con las piernas como para no dejarme escapar del lugar que ocupaba, de repente se dejó aflojar y caer sobre la cama acompañando todo el movimiento con un tremendo suspiro, hoy diría que fue un orgasmo sensacional.
Para esos momentos el instinto me dominaba, casi me arranco yo mismo de un tirón mi slip, agarré mi pija y le apunte a la puerta de esa gruta de paredes rosadas y brillantes por los jugos que la lubricaban y cuando todo parecía que iba a tener un final feliz, puffffssss, se vino el mundo encima; en un último grado de cordura que le quedaba, me dijo que no podía perder la virginidad porque estaba consultando a una ginecóloga y esta sabía que era virgen y por obvias razones dado a su edad la madre la acompañaba a esas consultas, a modo de compensación me regaló mi primera sesión de sexo oral, una mamada que no fue la mejor pero al menos a mi me sacó un poco la calentura que tenía y debo reconocer que nunca se me pasó por la cabeza el pedirle el agujerito trasero, por ahí no habríamos tenido problemas con la ginecóloga, pero esa es otra historia que irá a la sección de sexo anal.
Mil gracias a todas las que se contactaron y me dieron sus comentarios y más agradecido todavía para quienes mantienen esos contactos conmigo ya sea por mail o por msn y nos estamos conociendo. Las amo a todas. ED.