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Visitando a Carolina (1)

en Orgías

VISITANDO A CAROLINA 1

Hola amigos, hoy les envió un nuevo relato que escribimos junto a mi amiga Carolina y como al invitarme a mí y a mi amiga Mariela a pasar unos días en su país, pasamos juntas unas muy calientes experiencias, llenas de sexo y placer.

Recibí el llamado de mi amiga Carolina, invitándome a pasar unos días con ella, ya que había conseguido una invitación especial a pasar una semana en un hotel 5 estrellas de su país, ella ya me había visitado antes a mí y quedo mi promesa de devolver mi visita (para los que no conozcan la historia, lean mis relatos Mi amiga Carolina), no había podido hacerlo antes y esta era una buena oportunidad, así que acepte, pero ella también me sorprendió al pedirme que llevara conmigo a mi amiga Mariela (pueden conocer nuestra historia en mis relatos Mi amiga diferente, pero al menos lo que deben saber que ella es una hermosa travesti), ya que al conocer mis aventuras con ella, Caro estaba deseosa de conocerla. El viaje era en 15 días por lo que tenía tiempo de arreglar algunos asuntos de trabajo, coordinar todo con Mariela y prepararnos para el viaje.

Al llamarla a Mariela, ella aceptó de inmediato y las dos nos entusiasmamos mucho y solo deseábamos poder viajar lo antes posible. Llegó el día, y emprendimos el viaje en avión, al llegar Carolina nos esperaba en el aeropuerto, al vernos nos dimos un fuerte abrazo y no pudimos evitar darnos un intenso beso en la boca, realmente nos extrañábamos y las dos somos unas hembras calientes, así que el reencuentro nos puso ardientes, le presente a Mariela y Caro solo pudo expresar que era mas bella aún de lo que imaginaba y también le ofreció un fuerte beso en su boca, la escena era increíble, podía sentir como nos miraba la gente, tres hembras impresionantes en el medio del aeropuerto, besándose y calentándose frente a todos, para colmo íbamos vestidas infartantes, Caro llevaba un top de tirantes, sin sostén que dejaba ver su pequeños pero turgentes pechos con unos pezones duros que atravesaban su fina tela y debajo una minifalda que dejaba ver sus esculturales y morenas piernas, en cambio Mariela y yo llevábamos unos pequeños vestidos muy cortos y ajustados, que formaban nuestros cuerpos dejando notar sus grandes curvas y nuestros enormes pechos apenas eran contenidos por nuestros escotes. Pero el espectáculo ya era demasiado así que salimos y Carolina volvió a sorprendernos, ya que afuera nos esperaba una limosina que nos llevaría al hotel, el chofer nos abrió la puerta y no pudo evitar echarnos una mirada a nuestras tetas y culos.

Mientras charlábamos en camino al hotel, le dije a Carolina que iba a comprobar si cumplió con lo que prometimos hacer, y lentamente deslice mi mano bajo su falda hasta llegar con mis dedos a su rajita ya que no llevaba tanguita

Ves, le dije a Mariela, mientras chupaba mis dedos, te dije que ella siempre lleva su conchita mojada, y seguí degustando sus jugos.

Ahora es mi turno, dijo Carolina y haciendo lo mismo sus dedos llegaron a mi conchita desnuda

No entiendo a que se comprometieron, dijo Mariela

A que ninguna de las dos va a llevar ropa interior, el tiempo que pasemos juntas, le explique

Pero yo ahora quiero comprobar otra cosa, dijo Carolina

Seguro es lo que te conté de Mariela, le dije

Si por supuesto, quiero ver con mis propios ojos esa cosa rica que tiene

Por mi no hay problema, dijo Mariela

 

Carolina se puso de rodillas frente a ella, subió su vestido hasta su cintura, apreció la tanguita que llevaba y como disimulaba perfectamente su enorme miembro, tomó su tanga y la deslizó suavemente hacia abajo, entonces fue asomando esa verga grande y gruesa, aun flácida, pero ya de un tamaño considerable

Se ve hermosa, expreso Carolina

Puedo mamártela, le preguntó

Claro amor, disfrútala si es lo que quieres

Veo que tu amiga es caliente como vos, me dijo Mariela

Pude ver como Caro tomo la verga en su mano y empezó a pajearla despacio, esta comenzó a crecer y ella sacó su lengua para empezar a recorrer en círculos, su cabeza roja y ahora hinchada, crecía mas en su mano al tiempo que ella comenzaba a chuparla despacio, dejando que la verga alcanzara su máximo tamaño en su boca, y ahora eso dificultaba su mamada, ella se esforzaba y abría mas su boca, para poder engullir ese gran pedazo de carne caliente, Mariela gozaba con la mamada de Caro y yo tenía en primer plano el culito de ella que al levantarse un poco su falda, dejaba ver el nacimiento de sus nalgas y su rajita humedecida, lleve dos dedos hasta ella y la penetré despacio, Caro gimió ahogada en la verga que ahora alojaba hasta su garganta y yo no pude aguantar y con la otra mano me pajeaba fuerte, el auto se llenó de olor a hembra, por suerte el chofer estaba aislado con ese vidrio que llevan las limosinas, sino tendría la mejor visión de todo, pero en un momento noté que el vidrio bajó solo un poco, imagino que los ruidos y gemidos los habrá escuchado igual y quería ver un poco, seguramente solo vería mi cara, ya que yo era la que estaba de frente a él y podría ver mi cara de placer al pajearme y ver como mis amigas gozaban.

Caro aumentó el ritmo de la mamada, seguramente sintiendo la llegada de la acabada de Mariela que gemía más intenso cada vez, yo le daba mas duro en la conchita con mis dedos a Caro y más duro también me daba a mi misma. Mariela dio un fuerte gemido y hundió su verga profundo en la boca de Caro, largando una descarga de su leche en su garganta, esto hizo explotar a mi amiga que inundó mis dedos con sus jugos, pude ver sin dejar de pajearme como Caro se tragaba toda la verga de Mariela y exprimía toda su leche que de tan abundante desbordó por sus labios y corrió hasta sus tetas, luego de limpiársela bien se dio vuelta y se hundió en mi concha, recibí su lengua y su boca y en pocos momentos acabé fuerte sobre su cara, toda esta expresión de placer en mi rostro, la vió el chofer, al que podía ver yo también a los ojos notándolo excitado, y él mirándome fijo dijo que ya estabamos llegando. Las tres nos arreglamos y nos compusimos un poco nuestras ropas y limpiamos los restos de nuestras acabadas en nuestros rostros.

El auto se detuvo en el estacionamiento del hotel, el chofer bajó para abrirnos la puerta, yo fui la primera en salir y al hacerlo pude notar la terrible erección que llevaba, les dije a mis amigas que entraran que las alcanzaba en un momento, unos minutos después las encontré en el hall del hotel y me preguntaron que había hecho,

le di al chofer su propina, respondí

puedo notar que él también te dio algo, dijo Carolina pasando sus dedos por mis labios y sacando algún resto de leche

Me dio algo bien abundante, respondí al tiempo que pasaba mi lengua por mis labios, degustando los sabores que quedaban en mi boca después de la mamada que le di al chofer y de tragar toda su lechita caliente.

Eres una golosa, me dijo Mariela

Y riendo las tres nos fuimos a la habitación, el lugar era maravilloso, con vista al mar y también con unos jardines y una hermosa piscina, estaba segura que íbamos a disfrutar de unos días muy placenteros y que esto que pasamos era apenas un pequeño comienzo. La habitación tenía dos camas una grande doble y una pequeña, las tres estabamos muy cansadas, así que decidimos ducharnos y luego dormir un rato, nos desnudamos y nos duchamos juntas, todo fue caricias y besos pero no tuvimos sexo, queríamos descansar, nos acostamos con Caro en la cama doble y Mariela sola en la otra cama, dormimos unas horas, al despertarme estaba abrazada a Caro, mis tetas duras contra su espalda y sus grandes nalgas apoyadas contra mi sexo, bese su cuello, su espalda y baje por ella hasta alcanzar ese culito grande y duro, lamí entre sus nalgas y fui bajando hasta llegar a su conchita, ella comenzó a despertar y se movía contra mi boca.

Mi lengua se hundía en su sexo mojado y ella comenzó a gemir, la di vuelta, abrí bien sus piernas y enterré mi cara en su concha húmeda, comiéndosela toda, penetrándola con mi lengua, vi su clítoris hinchado y excitado y lo apreté entre mis labios, succionándolo, devorándoselo, mientras empecé a penetrarla con dos dedos, ella tomó mi cabeza hundiéndola contra su rajita, al tiempo que movía sus caderas refregándomela por mi cara y esparciéndome todos sus jugos, aumenté el ritmo de la mamada llevando el placer de Caro al máximo, haciéndola acabar fuerte sobre mi boca y cara, mientras lamía la conchita convulsionada de Caro, sentí como una lengua recorría la mía, era Mariela que se había unido a nosotras, me moví un poco y me acomodé sobre Carolina, besándola, dejando nuestros pechos juntos, rozándose y excitándose, Mariela se acercó y puso su verga junto a nuestras caras, nuestras lenguas de inmediato se posaron sobre ella, para recorrerla y saborearla, fue tomando su máxima erección, nos fuimos turnando con Caro para chuparla y lamerla toda, cuando estuvo bien dura le pedimos que nos cogiera.

Mariela se acomodó detrás nuestro y recorría con su pija caliente nuestras conchitas mojadas, ya que desde esa posición tenía acceso a las dos por igual, la sentí sobre mis labios y presionó penetrándome fuerte, su enorme miembro se deslizo hasta la mitad y de otra embestida me la clavó por completo, gemí fuerte de placer, me dio varias embestidas mas y luego la sacó para ahora penetrar a Caro, con ella nos besábamos y luego Mariela repitió sus embestidas, alternando entre nosotras, cogiendo por momentos a cada una, luego sentí como ahora me apoyaba la verga en la entrada de mi culito

te va dar por el culo, me anunció Carolina

si, la deseo, ábremelo para que me la meta toda

te lo va a llenar con su enorme pedazo, me dijo Caro al tiempo que sus manos abrían mis nalgas

quieres toda mi verga en tu culo, me pregunto Mariela

si, la quiero toda, respondí

voy a romperte ese culito de putita que tienes, dijo Mariela

dale fuerte por el culo, la incitó Carolina

rómpemelo todo, le pedí

En ese momento sentí como la enorme verga invadía mi culo, abriéndolo, sentí un fuerte dolor, pero rápidamente comencé a disfrutarlo, la larga y gruesa pija no se detuvo hasta quedar enterrada toda en el interior de mi ano y entonces comenzó a darme fuertes embestidas, penetrándome profundo, haciéndome gozar, Carolina besaba mis tetas, mi boca y Mariela me cogía fuerte y duro, lo hizo por un buen rato llevándome a acabar de manera bestial, dando gritos de placer y acabando fuerte por mi culo y mi concha.

lo disfrutaste mucho, me dijo Carolina

si, le dije y ahora es tu turno

Me levanté, estaba convulsionada y algo cansada por el intenso orgasmo, hice poner a Caro boca abajo y puse unos almohadones debajo de su vientre, alzando su culito y dejándolo en pompa, listo para ser cogido, comencé a lamérselo, abrí sus nalgas y le chupé el agujerito, mojándoselo todo, Mariela estaba con su enorme verga sobre las nalgas de Caro, la tome en mi boca y se la chupe fuerte, mientras con dos dedos penetraba el culito de mi morena amiga, cuando lo tuve listo, tome la verga y la apoye en su ano, escupí sobre el y Mariela empujo abriéndose paso, entró su cabeza, y Caro dio un gemido ahogado, empecé a estimular su concha y la verga se deslizó un poco mas adentro, luego la tomó por sus caderas y de un golpe hundió su miembro en su culito, Caro gritó de dolor, pero Mariela sin darle respiro la comenzó a embestir fuerte y duro, en pocos instantes, el placer atrapó a mi amiga que solo empezó a gozar y pedir mas y mas.

Su orgasmo no tardó en llegar, explotó tan intensamente como yo lo había hecho antes y Mariela no paraba de cogerla prolongando aun más su acabada, les dije que solo le restaba gozar a Mariela y les pedí que hicieran un 69 pero con Caro debajo, me obedecieron, los deje un momento y fui a buscar algo a mi valija, al regresar ellos se daban sexo oral de manera intensa, Caro debajo se tragaba profundo la verga de Mariela, que en esa posición dejaba su culito abierto y deseoso, me puse detrás de ella pero ahora traía amarrado a mi cintura un arnés con una verga plástica grande como la de mi amiga, Caro pudo verla en el preciso instante que la apoyaba en el culito de Mariela y sorprendiéndola la penetre de una estocada, dejando deslizar la verga hasta la mitad

eso querías verdad putita, le dije

si, dámela, me dijo Mariela

te voy a romper el culo como lo hiciste conmigo, le dije

Y de un nuevo golpe se la clave entera en su culo, y comencé a cogerla fuerte y rápido, ella gozaba con la cogida por su culo y la tremenda mamada que Caro le estaba dando al mismo tiempo, no duró mucho tiempo para que Mariela soltara todo su placer contenido mientras nos cogía a nosotras y también acabara fuerte, convulsionando su culito y explotando su verga que llenó la boca de mi otra amiga de abundante leche caliente, era tanta que tuvo que sacarla de su boca para no ahogarse, la verga siguió echando chorros sobre la cara de Caro y su boca desbordaba, me uní a ella y juntas exprimimos toda su rica pija, hasta sacarle toda la lechita.

Las tres quedamos extenuadas, rendidas de haber gozado tanto, entonces decidimos ducharnos y luego pasar un rato en la piscina del hotel para relajarnos y tomar un poco de sol. Las tres nos pusimos unos trajes de baño bastantes pequeños, tanga con cola less y la parte de arriba apenas contenía nuestros pechos, nos instalamos en la orilla de la piscina, obviamente llamamos la atención de varios hombres del lugar y más aun cuando al ver que varias mujeres hacían topples, me animé y yo también lo hice quitando mi sostén y dejando mis enormes tetas al desnudo, cosa que imitaron mis amigas por lo que quedamos tres hembras impresionantes, con sus pechos al descubierto, siendo la mirada de casi todos.

Pero al poco tiempo de estar allí vimos como se dirigían hacia nosotras, dos tremendos negrazos, muy altos y fornidos, eran jóvenes y muy atractivos, al acercarse, y muy amablemente, nos daban la bienvenida al hotel y nos decían que ellos eran los dueños, les dije que me parecían algo jóvenes como para ser los dueños y nos contaron que en realidad era de su padre, ya que ellos eran hermanos y hacía unos pocos meses que habían terminado sus estudios y se hicieron cargo ellos del negocio, entonces nos presentamos y por supuesto los morenos no pudieron disimular lo mucho que les agradaba vernos a las tres en tetas frente a ellos, pero conservaron su amabilidad y nos invitaron a la noche para la cena de bienvenida que daba el hotel por el comienzo de la temporada, aceptamos gustosas, ya que a nosotras también nos gustaban muchos esos dos negrazos, se despidieron hasta la noche.

Disfrutamos un tiempo mas de la piscina y luego regresamos a la habitación para prepararnos para la cena, las tres quedamos muy calientes con esos dos hermanitos y nos propusimos que debíamos cogerlos y fuimos un poco mas alla, no lo haríamos por separado, sino que las tres juntas nos lo cogeríamos a los dos, y cuando unas hembras calientes como nosotras se proponen algo, difícilmente no lo consigan.

Pero lo que paso, se los cuento en el próximo relato.

Continuara...

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