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Olvidar a otra mujer

en MicroRelatos

La luz de la farola entraba a través de la ventana y se reflejaba en el espejo del armario, haciendo más difícil conciliar el sueño a Luis. Aunque lo cierto es que él no iba a dormir de todas formas.

Estaba demasiado tenso, demasiado ansioso para dormirse fácilmente. Llevaba dando vueltas en la cama desde que se acostó, varias horas antes. "no puede ser, no puede ser…" se decía.

Luis estaba casado con Mercedes, una mujer buena, noble. La había conocido unos años antes recién llegado a la ciudad. Se enamoró, o más bien creyó hacerlo y no tardo en casarse con ella. Aunque nunca se lo dijo, buscaba en ella consuelo, cariño. Buscaba en ella olvidar. Olvidar su antigua vida. Olvidar su pasado…. Olvidar a otra mujer.

Mientras pasaban las horas Luis, insomne, se consumía pensando, torturándose. Los recuerdos llegaban en oleadas, aturdiéndole, dejándole sin fuerzas. A pesar de que en septiembre la temperatura era ya mucho más liviana que en pleno verano, el estaba sudando, febril.

Ya durante la cena Mercedes se percato, por su actitud, de que algo no andaba bien y él tuvo que mentirle diciéndole que no se preocupara, que se encontraba un poco mal, pero que no era nada. Se acostó temprano y empezó el calvario de esa noche. Disimulo haciéndose el dormido mientras ella se acostaba y espero sigiloso a que ella se durmiera.

Cansado y aturdido después de horas en la cama Luis se levanto y empezó a vagar por la casa, en silencio, en penumbra. Observo a su mujer mientras dormía. Observo a su hijo. Se paseo por el salón y la cocina. Medito, pensó…. Recordó.

Luis recordó como la conoció. A Clara. Ella era la mujer de su jefe. La mujer de D. Santiago Vázquez, por aquel entonces unos de los capos mas importantes de la mafia gallega. Luis trabajaba para el como hombre de confianza, lo mismo para entregar un pedido "delicado" que para dar un escarmiento a algún bocazas.

Recordó como fue su primer encuentro. Recordó el olor de su pelo. Recordó la sensual y dulce boca de labios carnosos. Recordó sus ojos negros como el azabache. Evoco en su mente aquel encuentro. La redondez de sus pechos, la tersura de su piel. Cerró los ojos y creyó sentir de nuevo sus labios contra aquel cuerpo moreno. Su salado sabor, su calidez interna. Su pasión desmedida, sus jadeos, su lengua.

Recordó todas y cada una de las veces que se encontraron a escondidas, que se amaron, que se entregaron con avidez. Cada situación, cada momento. Recordó cada sonrisa y cada lágrima.

Recordó como se separaron. Como les traicionaron. Recordó como se vio obligado a huir, dejándola sola, a su suerte. Recordó las promesas que se hicieron antes de irse….

Recordó como huyo, cambio de vida, de ciudad y de identidad. Como dejo el sucio negocio y busco un trabajo. Como se caso, tubo un hijo y trato de olvidarlo todo. Trato de dejarlo todo atrás en un rincón oscuro de su mente.

Pero esa tarde cuando escucho en las noticias que D. Santiago Vázquez había sido abatido a tiros junto con su esposa, un tremendo escalofrío recorrió su cuerpo. Se estremeció y sintió de golpe la angustia que había acumulado durante años en ese rincón de su mente. Angustia por haberla dejado sola. Angustia de no volver a verla, a sentirla, a amarla. Angustia de pena, de dolor, de abatimiento.

Esa noche, en medio de la penumbra del salón Luis sintió ganas de gritar, de patalear, de romperlo todo... Pero no lo hizo. Luis se sentó en su sillón y lloró por primera vez en muchos años. Saco la única foto que tenia de Clara y en silencio se despidió de ella: "Adiós mi amor, adiós mi todo… nos vemos en el otro lado".

Después regreso a la cama, se tumbo junto a su esposa y la abrazo desde atrás. Esa noche como en otras ocasiones volvió a buscarla para poder olvidar. Olvidar otra vida. Olvidar su pasado…. Olvidar otra mujer.

 

P.D.: No olvidéis dejar vuestros comentarios a mi relato. Me encanta leer críticas buenas y malas. Solo soy un humilde aprendiz sediento por aprender. Besos.