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¿Consentimiento? no es necesario...

en No Consentido

Hace poco me sucedió algo que no hubiese imaginado ni en mis mejores sueños.

Mi novia trabaja en una clínica privada, y de vez en cuando voy a buscarla, aparco con el coche cerca de la entrada y la espero, pero un día me dijo que entrara, que tenía que ayudar a una compañera porque la que ocupaba su puesto tras ella les había dicho que se retrasaría, y tenían que terminar de ordenar unos historiales.

Entré y esperé en la sala de espera, y tras unos quince minutos de espera me entraron ganas de ir al lavabo, esperé un poco, pero viendo que lo de mi novia iba para largo decidí ir al lavabo, le pregunté donde estaban a un compañero de mi novia, y me dijo que pasara al del personal, que estaban mejor, más limpios, me indicó el camino y recorrí el pasillo siguiendo sus señas, al pasar al lado de una puerta me llamó la atención un estante de medicamentos iluminado que había dentro, y atiné a leer "Cloroformo" en el marco de arriba del estante, había muchos más nombres, pero ese es el único que entendí.

Seguí rumbo al lavabo sin preocuparme mucho, pero poco a poco mi cabeza empezaba a maquinar ideas morbosas. Cuando volvía del lavabo estaba muy excitado y no resistí la tentación de alargar la mano dentro de la habitación y coger un frasco de cloroformo, había muchos más por lo que imaginaba que no se darían cuenta de que faltaba uno, al menos no en seguida. Metí el frasco en el dorso de la chaqueta y, nervioso a más no poder, caminé hacia la sala de espera, donde continué esperando a que mi novia terminara.

Estuve esperando casi media hora más, y muchas veces estuve a punto de ir a devolver el frasco, pero tenía miedo de que sospecharan y me pillaran, así que finalmente me llevé el frasco.

Al día siguiente vi el frasco, y me puse a mirar en un libro que tenía de medicina el uso del cloroformo, no encontré mucha información así que seguí buscando por internet, donde encontré una página con los usos y las dosis necesarias. Mi mente volvía a recalentarse pensando un sinfín de posibilidades que podía hacer.

Esa misma tarde, fui a buscar de nuevo a mi novia, con la intención de probar el cloroformo con ella. Cuando llegamos a casa, le dije que iba a hacer algo para merendar, que se sentara en el sofá mientras lo preparaba. Ella se sentó y se puso a mirar una revista que había, yo empapé una gasa con cloroformo, y me acerqué sigilosamente por detrás suyo, y en un movimiento rápido le puse el cloroformo en la cara, ella forcejeó un poco, pero no tardó ni cinco segundos en dejar de moverse, por prudencia mantuve la gasa unos pocos segundos más, y cuando lo retiré comprobé si realmente estaba dormida. Así era, todo un éxito, yo ya estaba a cien, y bueno, aproveché la situación follándomela, he de decir que no tengo ningún problema con mi novia, acostumbramos a tener sexo cuando quiero, pero en ese momento la excitación era superior a mí, y aproveché la situación, además de esa manera podía comprobar lo efectivo que era el cloroformo.

Mi novia es castaña, con melena, y tiene un cuerpo bastante volumétrico, no está gorda, pero tampoco tiene las medidas de las modelos, de pecho usa una 100, y de cintura y cadera 65 y 95 respectivamente. Lo primero que hice fue meterle la polla por su boca, me encanta el sexo oral, y he de decir que mi novia no me la chupa muy bien, así que aproveché para follarle la boca a mi gusto, metiendo toda la polla que cupiera en su boca y sacándola rápido (aunque intenté no llegar hasta su campanilla para evitar que se atragantara), empecé a meterla y sacarla muy rápido, hasta que noté que estaba a punto de correrme, paré, y estuve un rato sin moverme, para no correrme, a los pocos segundos volví a bombearle la boca con la polla, era una situación muy morbosa, pero ya tenía ganas de follármela, así que le subía la falda y aun me excité más al ver que hoy llevaba las medias de liga, me vuelven loco, le aparté el tanga y acerqué mi lengua a su clítoris, estuve un rato hasta que noté que su ritmo de respiración aumentaba y su vagina empezaba a lubricarse. La tumbé en el sofá, boca abajo, y se la metí sin contemplaciones, estuve bastante tiempo en esa posición, ella tumbada boca abajo, y yo follándomela por detrás, cuando me cansé la volteé, y me la follé normal, hasta que me entraron ganas de correrme de nuevo, saqué la polla de su vagina y empecé a soltar chorros de semen por su cara, nunca había podido correrme en su cara porque a ella no le gustaba, pero ahí me desquité como pude.

Tras haberme divertido aun estaba bastante excitado, aunque no es frecuente en mí echar más de un polvo, acostumbro a hacer durar uno todo lo que pueda, así que volví a meterle la polla en la boca, y empecé a bombear de nuevo hasta que noté que me corría de nuevo, le descargué todo en la boca.

Ahora ya estaba un poco más tranquilo, empecé a pensar un poco con la cabeza y me puse a limpiarla y recomponerla, incluso le lavé los dientes con la intención de que no le quedara el sabor del semen. Mi novia se despertó al cabo de media hora, yo estaba a su lado y en cuanto vi que empezaba a murmurar empecé a darle palmadas en la cara, ella me miró y le pregunté si estaba bien, que se había mareado y se había desmayado, ella estaba confundida, y miraba para todos los lados, yo esperaba que no mirara para el reloj, pues había estado dormida casi una hora, pero finalmente me dijo que estaba algo cansada, que seguramente se le habría bajado la tensión o algo, en fin, ella misma se tranquilizaba y ahí quedó todo.

 

Pasaron los días, y cada vez me excitaba más el hecho de poder hacer lo mismo con alguien, pero no se me ocurría quien, ni tampoco como hacerlo, hasta que finalmente pensé en una vecina que tengo, un par de años mayor que yo y recién casada, en realidad no era vecina mía, pero sí que venía a visitar a su abuelo cada tarde sobre las tres, me venía perfecto, pues yo terminaba de trabajar a las dos, mi novia no salía hasta las seis, y el abuelo de esta chica acostumbraba a dormir la siesta por lo que no notaría que ella llegaba más tarde.

Sobre las tres menos diez, bajé al portal, y estuve jugando con el ascensor, lo mandaba para arriba, y luego lo llamaba, y así varias veces hasta la vi llegar, preparé rápidamente la gasa con el cloroformo que llevaba en una jeringuilla y cuando ella entró en el portal esperamos el ascensor y subimos juntos. Yo vivo en el noveno, y ella en el séptimo, por lo que tenía tiempo de esperar el momento para hacerle oler la gasa, pero no hubo ocasión en todo el trayecto, hasta que llegamos a su piso y al salir me dio la espalda, en ese preciso momento le puse la gasa en la nariz, y esperé unos segundos hasta que noté que se caía, la agarré como pude mientras seguía manteniendo el cloroformo, y la subí a mi piso.

Una vez dentro la desvestí y me quedé embobado, era una preciosidad, pero desnuda ganaba aun mucho más. Era rubia natural, de media melena, con un cuerpo exquisito, tenía menos pecho que mi novia, pero aun así sus pechos eran impresionantes, además llevaba un sujetado de encaje, algo que me vuelve loco, bajo los vaqueros llevaba unas bragas a juego, de color azul y blanco, igual que el sujetador, para colmo tenía una cintura muy fina, y unas cadenas bastante normales, la curva era muy pronunciada, me volvía loco por momentos.

Nada más desnudarla cogí un preservativo que había comprado para la ocasión y le metí la polla en la boca, y estuve un rato follándomela así, pero no mucho, estaba muy nervioso y tenía miedo de que se despertara, así que pasé directamente a follarla, no me paré a lubricarla, se la metí directamente, y pese a que al principio la notaba algo seca, con la lubricación del preservativo, poco a poco, se iba humedeciendo, me la follé de lado, mirándola y besando esos estupendos labios que tenía, al tiempo que con una mano le acariciaba la pierna o subía para magrearle un pecho, la verdad es que me sabía a gloria y estaba intentando alargar todo lo que podía el polvo, hasta que no aguanté más y me corrí, la verdad es que el orgasmo fue impresionante.

Sin perder el tiempo la recompuse, y la llevé al ascensor, la bajé hasta el piso de su abuelo, y toqué el timbre varias veces, el hombre tardó en abrir la puerta, por lo que supuse que estaba durmiendo aun, y cuando abrió la puerta le dije que me ayudara, que se había desmayado justo al salir del ascensor, que llevaba un rato tocando el timbre y que no me abría, el hombre me ayudó a meterla, y la tumbamos en una cama, estuvimos un rato intentando reanimarla hasta que finalmente ella despertó, nos miró con cara extrañada, y al momento el abuelo le explicó lo que había pasado, o mejor dicho lo que él creía que había pasado.

Esa noche me follé salvajemente a mi novia recordándola, la verdad es que había sido uno de los polvos más intensos que nunca había tenido.

 

Con el tiempo, me follé a dos chica más, una era una amiga mía que me vino a visitar, una chica no muy guapa, pero con un cuerpazo impresionante, recuerdo que incluso la vestí con medias y liguero de mi novia, y me la follé dos veces. La otra chica era la prima de mi novia, una morenaza con un físico bastante parecido al de mi novia, pero una cara de chupapollas impresionante, a esta me la follé sin planear nada, y mi novia me pilló encima de ella, así que tuve que explicarle lo que había pasado y conseguí convencerle para que me perdonara y no dijera nada, incluso me ayudó a tranquilizar a su prima diciéndole que había estado mucho tiempo al sol, y debió haber pillado una insolación.

Mi novia me quiere (aunque cree que sólo la he engañado con su prima), y eso hizo que decidiera dejar mis fechorías, tiré el cloroformo y nunca más he vuelto a engañar a mi novia, aunque reconozco que no me hubiera importado tirarme a un par de compañeras de trabajo, pero hubiera sido tensar mucho el hilo.