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Deseo de embarazada

en Sexo con maduros

Nos encontramos al salir del Vip´s, ella iba cargada de bolsas y su cara me sonaba de algo. Delgada, 1.60 aproximadamente y una notoria barriguita que delataba su embarazo de cinco meses.

-Tu eres Carlos?

-Claro, tu eres Susana la sobrina de Nacho! Cuánto tiempo! A donde vas? –le pregunte interesado al verla tan cargada.

-Al parking que hay a tres manzanas, aparcar en esta zona esta bastante crudo.

Sin pedirle permiso tome las bolsas y le dije:

-Venga va! Te acompaño!

Agradeció el gesto y comenzamos a charlar animadamente mientras nos dirigíamos al parking.

-Pues yo, como veras por los efectos secundarios –señalando a su barriguita –me casé el año pasado. Y tu sigues como siempre?

-Que quieres decir con eso de cómo siempre?

-Pues picando de flor en flor, tu no te quedaste con la historia porque los tíos no os dais cuenta de nada pero cuando mis amigas y yo teníamos diecisiete años mi tío y tu nos teníais a todas revolucionadas. Os llevábamos toda la agenda de ligues y las poníamos a todas a parir, nos comía la envidia.

-Uffff! La verdad que no tenia ni idea cielo. Tu sabes, yo intento no pensar en las jovencitas que tienen relación familiar con mis amigos jejeje! Pueden ser una fuente de problemas

-Y una fuente de placeres también. No te jode! –contestó entre airada y divertida.

-Vale. Soy un gilipollas que no le di cuartel a unas adolescentes. Mi vida esta llena de errores e intento aprender de ellos. Y a ti que tal te va?

-Bueno, estoy casada con un ingeniero de telecomunicaciones al que veo bastante poco pero por lo demás bien. Trabajo con un notario, tenemos una buena casa.

-Y buenas fiestas que os pegareis cuando os veáis no?

-No tan buenas como yo pensaba –me soltó a bocajarro

-Y eso?

-Pues desde que me quede embarazada como que no retozamos mucho?

-Por que?

-Pues no lo sé. Le he sacado el tema un par de veces y sale por los Montes de Ubeda, no sé si es que mi embarazo le parece poco sexy o será por cuestiones religiosas, el caso es que las ultimas veces que nos hemos visto parecíamos novios haciendo petting y porque yo insistía un poco que si no nada de nada. A veces pienso que tiene algún plan por ahí.

-No conozco a tu maridito cielo pero ya me esta empezando a caer mal

-Jajajaja!

-Bueno para tu tranquilidad yo te puedo decir que seguro que no es porque no estés sexy porque tú con tu barriguita, tus pechos hinchaditos y esa sonrisa preciosa estas muy sexy y deseable y si el tío no se queda con la copla es culpa suya, no tuya.

-Gracias –me contestó

-En cuanto a las creencias me parece de juzgado de guardia lo de que se folla para procrear y que a las embarazadas les están vedados los placeres del gineceo. Yo he tenido la suerte de relacionarme alguna vez con mujeres embarazadas y les guardo un grato recuerdo, las mujeres mostráis una especial sensibilidad al placer durante el periodo de gestación.

-No se te escapa ni una! Veo que no has cambiado!

Llegamos al parking, la acompañé hasta el coche, deposité las bolsas en el maletero y con un beso me despedí amigablemente de Susana no sin antes intercambiar nuestros números de móviles y la promesa de tomar algún café un día de estos.

Su sonrisa, su mirada, su disposición, su abrazo, se conjugaron para darme la impresión de que si recibía una llamada de Susana seria para algo mas que tomar un cafelito. La edad te hace un poco brujo.

 

Viernes. Suena el celular. Es Susana. Han pasado seis días desde nuestro encuentro.

-Carlos?

-Que tal cielo?

-Aquí aburridisima, mi marido tiene turno de guardia este fin de semana y se queda en Asturias con sus currantes. Me he acordado que tu siempre has sido de buen comer y el caso es que un compañero suyo me ha traído unos centollos y mariscos exquisitos así que si no tienes nada que hacer esta noche te invito a un buen festín. Además vienen mi hermana y su novio y si me pillan sola seguro que se quieren quedar a dormir en la habitación de invitados y es lo único que me faltaba, encima de estar a pan y agua tenerlos a los dos dale que te pego en la habitación de al lado.

-Jajajaja. Pues mira no tengo nada previsto, estaré encantado de ponerme ciego por gentileza de tu marido. Yo llevare un par de botellas de blanco de Rueda para que los centollos entren bien. Dame la dirección que la apunte.

-No tiene perdida es la calle............................ Te espero a las diez.

Diez menos tres minutos. Soy un tipo puntual. Llamo al timbre de Susana en la típica urbanización de chalet unifamiliares de las afueras de nuestras ciudades, cuya hipoteca amarga nuestras existencias. Susana me abre la puerta y me da un beso de bienvenida, esta preciosa, con un vestido amplio por encima de la rodilla y un chaleco de lana sobre el vestido. Se ha recortado el pelo. En nuestra anterior conversación no había reparado lo suficiente en sus bellos ojos color miel.

-Pasa. Estamos solos –me dice entre picara e ingenua –la borde de mi hermana ha pasado de venir en el momento que le dije que tendría invitados, a esa lo del marisco le daba lo mismo lo que quería era darme la noche con el novio en la habitación de invitados.

-Muy tentador esto de una cena intima con una atractiva preñadita.

-Para mi si que resulta tentador tener invitado a cenar al madurito que me tenia loca de pequeña jajajajaja! Venga pasa y acomódate que la mesa esta preparada. Abre la botella de vino y vamos a olvidar nuestras penas.

-Yo no quiero olvidar nada cielo, a mí me gusta acordarme de todo y algo me dice que no lo vamos a pasar bien y nos vamos a reír –le digo mientras le guiño un ojo.

Los centollos, las percebes y las gambas estaban de lujo, el vino también, nos trasegamos la primera botella y me levante al refrigerador para sacar la segunda

-Tu quieres que me emborrache y me ponga fácil –bromeó Susana con una prometedora mirada mientras se quitaba el chaleco, el vestido era sin mangas y era ligeramente escotado. Sus tetas hinchadas de embarazada se mostraban generosas bajo el escote, a pesar de llevar sujetador se podían distinguir bajo su tela dos abultados pezones.

-Yo solo quiero que te pongas fácil jejeje! No es necesario que te emborraches

-Venga ya! No se como te puedo gustar asi. Con esta barriga –me dijo poniéndose de pie y de perfil.

-Mira nena tu siempre has sido muy bonita pero ahora estas mas linda, pocas cosas hay mas hermosas que una mujer hermosa con una criatura en las entrañas, una cosa es que tu marido no sepa apreciar lo bueno y otra que a mi se me pase de largo. Porque lo que yo veo es una mujer hermosa, sexy y atractiva, de lo mas apetecible, para los tipos como yo el embarazo no es un obstáculo, es un plus.

-Uffffffffffffffff1 No sigas por ahí que llevo cinco meses en el dique seco y una es humana.

-Eso espero que seas humana y te aproveches

-Jajajajaja!

-Oye cuéntame sobre las relaciones que has tenido con chicas embarazadas.

-Pues así a grosso modo y en plan burro en ninguno de los dos casos nos cortamos muchos con el tema del sexo, en uno de ellos hasta unos diez días antes del parto estuvimos dale que te pego. Además una cosa tengo que decirte, al margen de que en algunos momentos os ponéis especialmente sensibles y caprichosas me gusta esa ternura especial que mostráis, la receptividad y entrega al sexo, el punto guapo de acariciar la barriguita para ver como se mueve la criatura. En ambas ocasiones, y fueron dos mujeres distintas, disfrute de su embarazo un montón.

-Me resulta difícil creerte

-Es verdad, tu sabes que soy un infiel impenitente pero creo que si tuve alguna aventura durante ese periodo fue porque surgió y la aproveche, jamas porque ellas no me atrajeran sexualmente por estar embarazadas. La verdad es que me da morbo.

-Una mujer como yo, gorda y fea te da morbo?

-Venga ya Susana, te voy a tener que dar la bronca, solo estas temporalmente gordita y ni estas fea ni lo has sido nunca, deja ya de fustigarte el problema no es tuyo es de tu marido. Me lo has puesto a huevo así que te lo voy a soltar aunque después me eches de tu casa. Me pareces atractiva, muy sensual y me das un morbo que te mueres y si no me he insinuado contigo es porque no me has dado pie a hacerlo y yo soy un caballero pero que sepas que al menor signo de debilidad por tu parte entro a saco.

Susana se quedó lívida por unos segundos, creí que me iba a invitar a largarme pero se levantó se dirigió a mí me dio un suave beso en los labios y como si nada hubiera pasado se puso a recoger la mesa, con el debido retraso, debido a la torpeza de los hombres en estos menesteres, me apresuré a ayudarla y en pocos minutos estabamos en la estrecha cocina, fregando los platos, cómplices, intuyendo que algo entre nosotros iba a pasar pero sin ver llegar el momento adecuado para iniciarlo. Opte por cortar por lo sano y comenzar a bromear con ella, a acariciar sus brazos, a preguntarle en plan borde.

-A ti también te ha aumentado una talla el sujetador?

-Jajaja. Mira el tío listo. Una talla no, dos

-Uf! Dos tallas! Seguro que están en su punto optimo de consumo. Sensibles e hinchadas. Para comérselas enteras.

-Po zi! –contesto con gracia y disposición.

La suerte estaba echada, me acerque y la besé, sus labios estaban tibios, pude sentir su vientre lleno contra mi cintura y su entrega, en aquel beso iba su deseo y la llave que abría la puerta. Lo disfruté, me gusto su sabor, su sentimiento. Nos fundimos en un sensual abrazo, sus tetas preciosas actuaban como un imán para mis labios, conté con su colaboración para quitarse el sujetador y allí estaba yo, en medio de la cocina, bajo la luz del fluorescente libando de los pechos de Susana embarazada como un bendito. Eran un par de tetas llenas, duras, hermosas, blancas con el pezón marrón, duro y sobresaliente, que respondía con mas dureza y sabroso calostro a mis chupadas y lamidas. Susana con los ojos cerrados gemía a cada estimulo, disfrutaba. De pronto se incorporó sonriéndome como una diosa, confiada en su poderío, del que su marido le había hecho dudar.

-Dame cinco minutos cielo, no te defraudaré! Puedes servirte alguna copa, a mi me echas un dedito de whisky con mucho agua.

Desapareció en su habitación, a punto estuve de seguirla para que no le diera tiempo de pensar en que iba a cometer una infidelidad y se arrepintiera, la claridad luminosa de su mirada me convenció de que no era necesario, me dirigí al mueble del salón y serví dos copas, después esperé sentado en el sillón a que apareciera, lo hizo, con sonrisa entre picara e ingenua, le ofrecí su copa y le dio un ligero sorbo mientras nuestras miradas se cruzaban, me acerque a ella por detrás, la rodeé con mis brazos y comencé a besarle el cuello y la nuca, olía a frescura, a plenitud, su piel se erizó, mis manos fueron a sus pechos, me encantaba su tacto, suaves, llenos y duros, gimió de nuevo.

-Tratame bien por favor!

-Te trataré como te mereces cielo! Cómo una reina!

Se volvió y me ofreció sus labios, mis manos navegaban por su suave piel, por su trasero, sus pechos, su barriguita, hasta llegar a su sexo, que descubrí depilado y mojado.

-Me lo arreglé ayer, sabia que algo iba a pasar hoy.

-Yo lo deseaba, no sabia si tu ibas a estar dispuesta.

Tomando mi mano y apretándola mas contra su coño encharcado me respondió:

-Estoy dispuestisima.

Mi lengua buscó su lengua. Me tomó de la mano y me llevo al amplio dormitorio que compartía con su marido.

-Estrenamos sabanas de lino del ajuar de mi suegra.

De pie, junto a la cama, nos desnudamos mutuamente, nos tocamos y exploramos hasta yacer desnudos en la cama, tras besar su cuello, su boca, sus pechos y su vientre llegué a su coñito, lindo, rosado, con un labio mas abultado que el otro y una perla pequeña, manando néctar sabroso y poco espeso que bebí ansioso, comencé a lamer rico y suave su clítoris y se desencadenó una sinfonía de gemidos de placer, intuí que entre las habilidades del gilipollas de su marido no se encontraba el cunnilingus. Sin duda fue una de las comidas de coño más placenteras y que más he disfrutado en la vida, verla gozar al ritmo de mi lengua, penetrarla con ella primero y después con dos dedos, sentir sus corridas, su forma de acariciarme el pelo agradecida tras su orgasmo. Su coño estaba a punto para recibir mi verga.

-Ahora viene lo difícil. Cómo lo hacemos?

-No busques problemas donde no los hay cariño –le contesté para tranquilizarla mientras le indicaba que se tumbara en la cama de lado, sobre su costado, me situé detrás de ella que rápidamente reparó en lo favorable de esta posición para follar con una preñada de casi seis meses y levanto su pierna, descubriendo su tesoro y ofreciéndome su disfrute. Restregué la punta de mi verga dura, dura como nunca, por toda su raja, por su clítoris, fue ella misma la que la condujo por el camino adecuando facilitando la penetración.

Se la metí suave y lento hasta las pelotas, me quedé quieto, con la polla vibrando, sintiendo las contracciones de placer de su coño, sin moverme, dándole suaves pellizcos a sus pezones, besando su cuello y susurrándole al oído.

-Que coñito más rico tienes! Me encanta follartelo! Que mojes bien rico mi polla.

-Mmmmmmmmmm! Ssssiiiiiiiiiii! Me da gusto tu polla! Me la estas metiendo! Así! Así! Suave pero con fuerza.

-Así me gusta tener a mi preñadita, con el coño bien abierto, mojadito y follado.

-Sssiiiiiiiiiiiiiiii! Me estas follando viva! Que gusto! Que gusto!

-Tócate el clítoris! Ya veras el gusto que da masturbarte mientras te follan –le sugerí y ella acepto la sugerencia.

-Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh!

Pude sentir su mojada en mi polla, su corrida divina, tras darle un pequeño respiro aumenté el ritmo del bombeo y comencé a follarla con mas energía e ímpetu, sacándosela toda y clavándosela de una.

-Mmmmmmmmmm! Que rico me follas! Tu polla entra como la seda.

-Tienes un coñito maravilloso!

-Dame duro ahora! Dime guarradas!

-Así me gusta, que tu coño se corra

-Mas! Dime puta!

-Eres mi putita preñada!

-Me tienes muy caliente.

-Asi me gustan las zorras con el coño dispuesto a dar gusto. Mmmmmmmmm! Lo que se pierde el cabrón de tu marido!

-Hazme lo que quieras! Follame follame!

Estaba a punto de correrme así que suavemente mientras sobaba sus tetas se la saque y continué masturbándola, no era el momento todavía, quería que gozara mas, se ofrecía con las piernas abiertas, recibiendo dos dedos en su coño.

-Otro mas! Meteme otro mas! Estoy más guarra y más salida que nunca!

Atendí su imperativo, tres dedos dentro de su coñito y lamí su perlita hinchada, se retorcía de gusto cuando se la retenía entre los labios y le daba chupaditas, le pedí que se pusiera en cuatro, nuevamente le restregué sobre su raja la verga hasta que ella misma la encauzó por el camino correcto y esta vez, con menos contemplaciones, se la clave de una estocada hasta la raíz, ahora estaba sin remilgos y prejuicios disfrutando de la follada, entregada al placer, confiada.

Bombeé duro verga en su coño preñado.

-Follame! Follame! Dame gusto! Soy tu putaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

-Eres mi putita! Mi guarrilla de coño caliente!

-Si si siiiiiiiiiiiiiiiiii! Me estas metiendo toda la polla! Toda la pollaaaaaaaaaa!

Dame leche! Lléname de leche todo el coño!

Sentí mis pelotas apretarse de duras, mi verga expandirse, entrando hasta los huevos en su coño que mostraba sus labios abiertos, tragando verga.

Se la deje toda encajada y espere la llegada de mi corrida mientras ella contraía los músculos de su vagina y exprimía mi verga, reclamando ansiosa el zumo de mis pelotas. Se lo di, fue exquisito, empuje con decisión y le solté varias ráfagas de leche de hombre en el coño, las recibió agradecida. Sin sacársela caímos los dos de lado sobre la cama, ella se tocó el coño y me paso sus dedos por la boca, después me besó.

-Esto es lo mejor que me ha pasado desde que me quedé embarazada!

Hizo ademan de levantarse para dirigirse al aseo

-No te laves todavía cielo! Me excita saber que mi putita lleva mi leche en su coño

-Mmmmmmmmmmmmmm!

Abrí sus piernas y observe su sexo, el tono sonrosado ahora era mas encarnado, sus labios mas hinchados y un surco de semen rebozaba de su raja. Ella se incorporó, acercó sus labios a mi polla y la lamió y chupo hasta dejarla bien reluciente y sin restos de semen.

Tomamos nuestras copas y me hice un porro de polen, le ofrecí unas caladas que aceptó con agrado.

-Esto me recuerda mis primeras folladas, me fumaba unos porritos con mi vecino y nos tirábamos toda la tarde dale que te pego. Todo se acabó cuando el ingeniero entro en mi vida.

-Yo no me meto en esas cosas cielo! Como cómplice jamas entro en los asuntos de mis amantes y sus parejas.

-Muchos problemas que te ahorras

-No lo sabes bien.

Me levante pidiéndole que se quedara en la cama relajada, tomándose su copa y me puse a prepararle un baño, el de la casa era amplio con un novísimo jacuzzi, Susana cuidaba su aseo, sales de baño de limón y gel Dove que encontré en su armario aromatizaron el baño.

Volví para avisarle que el baño estaba listo, Susana se estaba tocando y no se cortó cuando la vi, me encantó esa muestra de confianza, seguro que con el cornudo del ingeniero no se mostraba así. Me detuve bajo la puerta a mirarla y a ella le excito tener un espectador, le pedí que se abriera de piernas y se mostrara, se exhibiera tocándose y aceptó, la imagen era hermosa, una espléndida hembra embarazada masturbándose, frotándose el clítoris, mostrando su raja mojada y magreandose las tetas en mi presencia, en mi honor, mi verga se inquietó y aumento su tamaño.

-Mira que res golfo!

-Por que lo dices?

-Se te esta poniendo dura mirando como me toco

-A quien no se le pondría dura con esta escena cielo. El baño esta listo preciosa.

Sonrío, se incorporó y abrazados nos dirigimos al aseo

Jugamos en el agua, nos tocamos, acaricie su vientre, sus tetas, nos besamos rico, me hizo sentar al borde de la bañera, tomó mi verga y se la llevo a los labios, lamiendo coqueta la cabeza de mi polla mientras me miraba con sonrisa morbosa, estabamos listos, nos pusimos de pie, abrí el grifo de la ducha y nos besamos, ella me masturbaba, yo la masturbaba, tome gel y pase de su coño y su culito, lejos de rechazar mis caricias levanto su trasero y se acomodo para facilitar la penetración.

-Lo hice algunas veces con mi primer novio, cuando tenia diecinueve, hace siete años que no entra una verga por mi culito.

-Yo estoy dispuesto a que no pase ni un dia mas –le dije

Salimos del baño, besándonos y acariciándonos, entregados, calientes, cómplices, ella saco un tarro de vaselina del armario del aseo.

-Hasta hoy solo la utilice para la sequedad de los labios

-Hoy va a servir para ayudar a que folle por el culo a mi puta preñada

-Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm

En la cama, con mi cabeza entre sus piernas, reanudé la comida de coño mientras que con un dedo lubricado exploraba y dilataba su esfínter, pronto los gemidos de Susana se hicieron continuos y su maravilloso néctar fluía de su coño alimentándome, intuí una nueva corrida de mi amante preñada y probé con dos dedos bien lubricados que entraron casi hasta el nudillo, se convulsiono de gusto, me encanto verla estirarse de placer.

-Estas sacando la puta que llevo dentro, falta me hacia –me dijo sonriendo maliciosa –ahora vas a encular a esta putita embarazada, así que madurito sabihondo tu me dirás como lo hacemos.

-Como soy un madurito yo estaré sentado, tu me darás la espalda y te iras penetrando mientras te masturbas.

-Guauuuuuuuuuuuu!

Me senté en un sillón , ella se puso sobre mi, apunto mi verga en su culito y la cabeza de mi polla entró sin apenas obstáculo, ella se apoyaba en los reposabrazos una vez que inicié el camino correcto sostuve su peso mientras ella se tocaba y se iba penetrando, dejándose caer suavemente, media verga estaba dentro, podía sentir el calor de su interior en mi polla, comenzó a moverse en círculos, podía verla tocarse a través del espejo, casi toda la verga estaba dentro, se dejo caer y le entró hasta los cojones, suspiró y se quedo quieta, todo su peso estaba sobre mi verga, la tenia clavada entera, ella abrió las piernas y continuo masturbándose y metiéndose los dedos en el coño y yo comencé a pujar levantando mi trasero, sentía las contracciones de su esfínter en mi verga, sus gemidos se hicieron mas continuados, sin sacársela la invité a incorporarse.

-Ahora de pie, contigo con las manos contra la pared como si fuera un registro de la poli.

Entendió a la perfección, con mi verga clavada en su culo nos levantamos, andamos con pasitos cortos y se puso en la posición que requerí, frente al espejo de la habitación de casi dos metros de alto por medio de ancho, hacíamos movimiento de follada pero mi verga permanecía clavada hasta la raíz, podía ver la cara de placer de Susana con los ojos entrecerrados, echaba su cabeza hacia atrás y ofrecía su cuello para que lo besara, poco a poco su agujero fue dilatando adecuadamente y permitiendo, sin dolor, el placentero mete y saca, apenas un par de centímetros al principio, en pocos minutos Susana estaba apoyada en la pared con una sola mano, echaba su culito hacia atrás para recibirme bien profundo y se masturbaba a la vez, podía ver, en el espejo, como se frotaba el clítoris con dos dedos.

-Mmmmmmmmmmmmm! Que gusto me estas dando! Me siento sucia y guarra y me gusta! Dime puta! Dimelooooooooooooo!

-Eres mi puta preciosa, mi preñada viciosa y te voy a llenar las entrañas de leche de cabronazo

-Siiiiiiiiiii! Dame duro! Dame fuerte! Rompeme el culo cabroooooooooon!

Le daba duro pero intentaba, ardua labor, mantenerme concentrado, controlarme para darle el máximo de placer y disfrutar ese irrepetible momento, como el enólogo que cata un Vega Sicilia de la década de los 60. Susana comenzó a temblar, sus rodillas cedieron y cayo desmadejada en el suelo, fue un momento hermoso aunque mi verga salió de su acogedor receptáculo, ella confió en mi, sabiendo que yo la iría manteniendo en peso para que no cayera con violencia, casi se desmaya, Con mimo la ayudé a incorporarse y la senté en la cama.

-Te has quedado con las ganas de correrte en mi culito pero no te preocupes que hay tiempo para todo. Ahora ve a lavarte porque tengo ganas de probar a que sabe tu corrida –me dijo de la forma mas dulce, con la sonrisa mas hermosa.

Raudo acudí al aseo e lave mi verga que palpitaba ansiosa. El agua fría atemperó mi animo. Susana me esperaba sentada en la cama, hermosa, una gran señora, con el brillo maravilloso de la mujer plena en sus ojos.

-Acércate cariño –me susurro insinuante

Lo hice, tomo mi verga y comenzó el sube y baja de una buena paja, apretaba los labios mientras me la meneaba y pasaba la punta de la polla por sus pezones enhiestos, se la llevó a los labios y comenzó a lamerme el capullo alternándolo con chupadas que me hacían llegar al cielo, apretando y sobando mis pelotas, se la metía toda en la boca y la ensalivaba, cuando la sacaba lo hacia succionando.

-Me voy a correr –le anuncié.

Ni se inmutó. Se la metió hasta la garganta donde recibió la primera andanada de leche, mientras mi verga salía lentamente de su boca ella succionaba todo el zumo de mis pelotas. Esta vez al que le temblaron las piernas fue a mi, me tambaleaba como un borracho, borracho de placer.

Nos acostamos, entre las sabanas de lino regalo de su santa suegra, y nos quedamos dormidos plácidamente. Desperté a las cinco de la mañana con la agradable sensación de la mano de Susana pajeándome y mi verga respondiendo al estimulo, ella también se estaba tocando, se puso de lado y apunto mi polla en su coño, solo tuve que empujar un poco para metérsela toda entera y reanudamos la follada, esta vez mas compenetrados, con mas confianza.

-Mmmmmmmmmmm! Folla a tu putita preñada cariño! Me tienes cogido el punto cabrón.

Y ella también me lo tenia cogido a mi, la mezcla de ingenua sensualidad y morbo guarro es algo difícil de describir, el placer que proporciona mas difícil de describir aun.

-Métemela por el culo cielo. Ayer me quede con las ganas de sentir tu corrida en mis entrañas.

Untó algo de vaselina en la punta de mi capullo y en su culito y esta vez, esta vez si, entro de a una, suave y rico pero sin interrupción la fui penetrando por el trasero sin interrupción hasta que mis pelotas toparon con sus nalgas, ella se masturbaba frenética.

-Sssssssssssssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! Enculame viva! Ay1 ay! Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

Dame duro! No te cortes cielo.

Dándole tirones imposibles a sus pezones que rezumaban calostro de nuevo y bombeando verga en su esfínter hasta que sentí la urgencia del orgasmo, se la deje clavada hasta las pelotas y me deje ir en una maravillosa corrida, mi verga en su máxima dimensión, ella recibiendo chorros de leche de hombre en su culito y apretando su esfínter cada vez que sentía las contracciones de mi verga eyaculando, maravilloso. Una de las mas placenteras corridas de mi vida.

-Ha valido la pena el riesgo que he corrido y hacer lo que hemos hecho con diez años de retraso –me dijo, creo que sincera, mientras yo acariciaba su vientre y besaba su nuca. –ahora debes vestirte e irte antes de que los vecinos empiecen el día o a la entrometida de mi suegra le de por hacerme una visita temprana.

-No te preocupes! Saldré discretamente. Además el coche lo deje aparcado en la esquina de la calle.

-Estas en todo cielo! Me encantaría repetir.

-Yo lo estoy deseando pero la próxima vez será de día y en mi casa, así los riesgos serán mínimos.

-Nunca creí que me pudiera sentir tan bien, tan a gusto y tan plena después de ponerle los cuernos a mi marido.

-Es el secreto de los adúlteros. Bienvenida al club preciosa!