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Una oportunidad para tomar a mi cuñada

en No Consentido

Después de mucha espera llegó el día, me reuniría con mi generación de primaria, habían pasado casi 10 años desde la última vez que me había visto con algunos de ellos, el punto de reunión un departamento vacío de uno de ellos... en verdad tenía curiosidad por saber que tanto habíamos cambiado en este tiempo, seguramente la mayoría estaríamos en alguna carrera en la universidad.

Una hora después habíamos llegado apenas ¿? De nosotros: Gerardo un chavo alto moreno con cuerpo atlético, Manuel igual que Gerardo pero güero, Ana una chica promedio sin grandes cualidades físicas

Ese fin de semana mi cuñada se encontraba de vacaciones en la ciudad de México en casa de mi novia y unos amigos de ella la invitaron a salir de fiesta por la tarde por lo que termino invitándonos a mi novia y a mi. La cita era a las 4 de la tarde por lo que pasé por ellas por eso de las 3. Al llegar me encontré con la novedad de que ninguna de las dos estaba lista, por lo que me senté a ver TV con el resto de la familia. Cuando finalmente salieron fue una gran sorpresa a la vista, a mi novia estaba acostumbrado a verla vestida de fiesta pero a mi cuñada no, cundo bajó en verdad no pude quitarle la vista de encima, yo solo podía tratar de disimularlo.

Mi cuñada, de nombre Mariana es una chavita de 18 años con un gran cuerpo, delgada de pelo castaño al hombro ojos color miel, piel apiñonada unos pechos de talla 34B, unas nalgas que si no son grandes son perfectamente redondas y unas piernas de miedo, cuando salió ella traía puest una blusa de tirantitos que resaltaba aún mas sus pechos dejando al descubierto sus hombros y una falda a cuadros tableada a la cadera, todo en conjunto era una verdadera visión. Mi novia por su parte pues no viene al caso en este relato.

Finalmente nos fuimos los tres a la fiesta, al llegar nos encontramos con una de esas fiestas donde solo hay pura bebida y nada de comer, por todas partes circulaban cervezas, tequila, vodka, etc. Y aparentemente la fiesta tenía mas tiempo de que había iniciado, buscamos a los amigos de Mariana y al encontrarlos inmediatamente nos ofrecieron de tomar, comenzamos tomando cerveza los tres, mas tarde ya entrando la noche mi novia y yo decidimos no seguir tomando ya que empezábamos a estar mareados, pero Mariana siguió en la fiesta y trago tras trago digamos que se ponía mas alegre.

El chico que la había invitado ya empezaba a besarla y de cuando en cuando a agarrarle las nalgas mientras bailaban lo cual me gustaba ver ya que solo provocaban que se me antojara mas tener a mi cuñada, mi novia me comentaba el hecho de que Mariana cada vez estaba mas ebria y que quizá ya era tiempo de irnos a de mas de que ya era tarde. Tras convencer a Mariana de irnos salimos del lugar, tuvimos que llevarla casi cargando debido a que al salir el aire frío de la noche provocó que no pudiera ni conservar el equilibrio, al llegar a su casa mi novia me dijo que ella tampoco se sentía bien por lo que le dije que se fuera a acostar y que yo llevaría a Mariana al cuarto de visitas y luego me iría, ella asintió solo con la cabeza y cargando a mariana la llevé al cuarto.

Al dejarla sobre la cama no pude evitar contemplarla un rato e imaginarla desnuda, al estarla viendo noté que uno de los tirantes de su blusa se había bajado y dejaba ver parte de uno de sus senos, hasta ese momento termine de darme cuenta de que ella no llevaba nada mas que esa blusa, así que tomé el riesgo y le bajé el otro tirante y lentamente fui dejando al descubierto sus pechos, yo tenía cuidado de que ella no reaccionara, pero creo que estaba bastante perdida ya que no hizo ni un movimiento, pensé en que podría apreciarla aún mejor y después de dejar al descubierto sus pechos levanté su falda dejando ahora descubiertas su piernas y una muy sexy tanga.

Al estar contemplándola pude sentir como crecía una erección de bajo de mis pantalones así que saque mi miembro y empecé a masturbarme mientras la veía, la excitación iba en aumento así que decidí ir mas lejos, me acerqué a ella, agarré sus tobillos y fui subiendo acariciando sus piernas, tome su tanga de color negro y empecé a bajarla lentamente, ella hizo un pequeño movimiento por lo que me detuve, al ver que solo se estaba acomodando seguí bajándola hasta quitarla, su concha era perfecta con la línea del bikini afeitada, sin mucho bello, subí hasta sus pechos y delicadamente empecé a tocarlos, en verdad estaban firmes y a la vez suaves, ella dejo escamar un suspiro lo cual me puso en alerta, pero al ver que no pasaba nada continué acariciándola.

Yo tenía mi poya fuera y ya completamente erecta, así que no pude contenerme mas y acomodándome entre sus piernas situé mi miembro en la entrada de su vagina y empecé a empujar tan despacio me permitía la excitación, en eso Mariana empezó a querer reaccionar y al momento en que ella abrió los ojos dejé ir el resto de mi poya, ella intentó gritar pero mi mano ya estaba tapando su boca y mi cuerpo sobre ella le cuartaban sus movimientos.

Yo creo que debido a que seguía ebria no podía moverse bien y sus intentos por quitarme eran totalmente infructuosos, al contrario me excitaban aún mas, yo empezaba a foyarla moviendo mi cadera entrando y saliendo de su vagina, tras unos momentos ella dejo de intentar quitarme y solo emitía unos pequeños quejidos ante cada entrada de mi poya, al mismo tiempo con la mano que me quedaba libre apretaba sus pechos, tras unos momentos yo seguía envistiéndola cuando noté que por un momento contuvo la respiración al tiempo que sus músculos se tensaban, no podía creerlo aún en la situación que estábamos ella había tenido un orgasmo, quite mi mano de su boca y ya no intentó gritar ni nada, aparentemente se dejaría seguir foyando, aceleré mi ritmo ya que no estaba lejos mi orgasmo, ella solo apretaba con sus manos mi brazos situados a cada lado de ella, hasta que dejé escapar toda mi leche fuera de ella manchando su ropa que se encontraba arrugada a la altura de su cintura.

Me tendí a lado de ella para recuperarme del orgasmo que había tenido, ella aún algo borracha se dio vuelta dándome la espalda en la cama y noté que empezaba a llorar, al voltear vi como su culo apuntaba hacia a mi y casi en el acto mi poya ya estaba de nuevo dura ente esa imagen, me moví lentamente para volverla a tomar, pero esta vez por la espalda, nuevamente con una mano tapé su boca y con la otra acomodaba mi poya para esta vez penetrarla por su culo, ella trato de safarse pero al igual que la primera vez sus movimientos eran torpes y no lo logro y poco a poco mi miembro fue entrando en su apretado culito.

Yo estaba en la gloria haciendo mía a mi cuñada, cuando su ano se acostumbro a mi miembro empecé a meterlo y sacarlo, primero despacio y poco a poco aumentando la velocidad, ella trataba de quejarse, pero le era inútil, mi mano tenía bien tapada su boca y con la otra estimulaba su clítoris, poco a poco pude quitar mi mano de la boca de ella sin que tratara de gritar, la giré de forma que quedara bien boca a bajo y seguí penetrando su hermoso culo que ya aceptó mi poya sin problemas, el tacto de sus caderas con mi abdomen era excitante, conforme me acercaba al clímax besaba y mordía su cuello hasta que tuve mi orgasmo esta vez descargando todo mi semen dentro de ella.

Me quede sobre ella un momento recuperando el aliento y saboreando un poco mas ese cuerpo que tanto me gustaba, me levanté, me acomodé mi ropa y tras ponerle una cobija encima le dije que mas le valía no decir nada y me retiré.

Desde entonces Mariana ya no toma tanto, aunque eso no evitó que la volviera hacer mía, pero eso ya es otra historia como dicen por ahí.