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Solo por coger

en MicroRelatos

Aquel día fue meramente un instinto animal, ella me había hablado para decirme que estaría sola en su departamento, con un pretexto salí del trabajo y fui directo ahí, subí por la escaleras y al llegar a su puerta, note que bajo mi pantalón ya existía una incómoda erección que clamaba por salir.

Fernanda abrió la puerta y me vio con cierta sorpresa ya que aparentemente no esperaba tan pronto mi llegada tras la breve llamada, entré casi sin dar saludo cerrando la puerta tras de mí y abalanzándome sobre ella, yo la besaba y estrujaba sus grandes pechos 38C, los cuales no llevaban sujetador para mi sorpresa.

El ataque fue tan repentino que de momento Fernanda no supo qué hacer, si bien solo somos amigos que de cuando en cuando tienen sexo, aquel ataque para ella era totalmente nuevo viniendo de mi, sin embargo, ella se dejaba hacer y empezaba a cooperar, alzó sus brazos y saque su playera, sus tremendas tetas quedaron a mi alcance con unos pezones erguidos y duros en su inmensa aureola.

Fernanda gemía y a mí me excitaba aún más, lo siguiente fue desabotonar sus jeans en lo que ella me ayudó un poco ya que no me estaba resultando tan fácil… finalmente salieron con todo y sus pantaletas, la giré y la llevé contra la pared de la que se sujetó con sus manos en alto para no estrellarse contra ella, mis manos estrujaban sus pechos desde atrás… llevé una mano a su trasero y la deslicé en medio de sus piernas buscando su sexo… al llegar ahí me encontré que estaba realmente húmedo y no tarde nada en introducir dos dedos que entraban y salían con cierta desesperación arrancándole gemidos nada discretos de placer, sus fluidos ya escurrían por mi mano mientras ella me pedía que no parara, que siguiera, más rápido, más rápido… su cuerpo se estremeció, sus rodillas casi se doblaron mientras se prolongaban los espasmos y gritos de un orgasmo.

Lo que comenzó como un ataque a sus partes más intimas se convirtieron en caricias en sus pechos y en su sexo bajando poco a poco el ritmo... cuando hubo recobrado el control se giró y con destreza desabotonó mi camisa, mis pantalones… en breve quedé desnudo con una gran erección que no dejaba de apuntar hacia ella… con su mano en mi pecho me empujó hasta caer sentado en un sillón donde ella se arrodillo para tomar mi miembro y atraparlo con su boca, la sensación fue electrizante, ella lo besaba, lo lamía desde la base hasta la punta para después succionarlo por completo  y volvía desaparecer en su boca, una de sus manos, acariciaba mis testículos… era exquisito.

La empuje por sus hombros hasta dejarla recostada en la alfombra, me situé sobre ella a la altura de sus pechos, jugué con sus pezones paseando la punta de mi miembro sobre ellos dejando un poco de liquido preseminal que hacía que resbalara sobre ellos… Fernanda tomó sus pechos con sus manos para atrapar entre ellos mi miembro y así inicié un movimiento de cadera estimulándome con ellos simulando una penetración… se sentía bien y la vista era excitante… Fernanda me animaba con frases como “me gusta sentirte así, son tuyas”, “quiero que te vengas sobre mí, disfrutarlo”.

Para ese momento todo se juntó, su orgasmo que me excitó en sobremanera, el sexo oral, la estimulación de sus pechos, su voz que reflejaba placer… sentía ese cosquilleo que indica el inminente orgasmo, todos mis músculos se tensaron y un primer chorro de semen salió disparado llegando a la barbilla de Fernanda, ella gemía junto conmigo mientras me incitaba a seguir algunas contracciones mas continuaron depositando todo en su pecho hasta que casi me desplomo sobre ella… yo me encontraba en cuatro y Fernanda se deslizó por debajo de mi hasta situar su cara bajo mi miembro para tomarlo nuevamente con su boca limpiándolo y poco a poco devolviéndole su dureza.

Me incorporé, le di la vuelta a Fernanda de forma que quedará en cuatro, no era necesario pedirle nada, nuestros cuerpos se comunicaban bien, me acomodé detrás de ella y la penetré sin mayor complicación, ella estaba húmeda y solo gimió al sentir la entada de su “amigo”… salí de ella y esta vez envestí con fuerza, sus pechos se balancearon ante el golpe… solo una palabra salió de su boca: “fuerte”… tomé sus caderas con mis manos e inicié un mete y saca fuerte donde ante cada envestida se oía el chasquido de de mi pelvis al chocar contra sus nalgas… Fernanda gemía con la frente casi pegada al suelo mientras seguía atacándola una y otra vez casi con desesperación, el sudor comenzaba a perlar nuestros cuerpos por el esfuerzo hasta que ella me indico que estaba por venirse… aguanté el ritmo, yo también estaba por venirme… algunos golpes más y entre gritos y jadeos ambos estallamos en un potente orgasmo que se prolongó por varios segundos.

Salí de Fernanda pero notaba que aún se removía en su posición… rápidamente y sin que ella dijera más la penetré con 3 dedos que aceptó reanudando sus gemidos, mis dedos entraban y salían rápidamente mientras trataban de estimular cada centímetro de sus paredes vaginales… mi otra mano encontraría el camino para estimular aquella volita hinchada que era su clítoris… no pasaría mucho antes de que Fernanda volviera a indicarme su nuevo orgasmo pidiéndome que no parara… grito, se retorció y finalmente me indico que parara.

La respiración de ambos era entrecortada, cansada… como pude, me incorporé, me vestí y le dije que nos veríamos luego como solía suceder, ella sonrió y me despidió con una señal de su mano… al salir supe que esto era el comienzo de un nuevo tipo de encuentros con mi amiga.