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Concupiscencia Senil (1)

en Confesiones

Lo asumí mugiendo, dándole a entender mi aprobación a todo lo que había ocurrido aquella jornada inverosímil... mugía y seguía mugiendo con mayor énfasis a la par con las arremetidas que le proporcionaba a mi angosto culo... mi esposo espiaba febrilmente como el Sr. Martínez me acribillaba intermitentemente sin piedad, mientras yo maliciosamente apretujaba mi ano en cada estocada que me proporcionaba el antes mencionado...

Era una tarde invernal, él se encontraba en su oficina trabajando, él es un empleado de medio turno en una empresa mediocre... su nombre Sr. Pimentel cuenta con 35 años, tez blanca, cabello rizado, corto y de color rubio castaño, esta algo robusto de la espalda, sin nalgas, de carácter blandengue y pedante, es alto, como de mi estatura 1.90 m; ¿y Yo?...

Yo soy el conserje de esta maldita empresa que muy apenas me da para tragar... soy alto, 58 años, tez blanca con pecas seminaranjas en pecho y espalda y sobretodo en la parte de mis testículos, tengo cabello negro, dicen que estoy algo pasado de peso, que tengo una pequeña barriguita, Yo les digo que estoy ¡GORDO!, ¡¿CUÁL PINCHE BARRIGUITA?!, ¡ES UNA SEBOSA PANZA, GORDA Y PELUDA!...

Todo era normal y monótono, sin embargo gracias a este señorito Pimentel las cosas cambiaron para bien; Como Yo soy el encargado de la limpieza de la empresas, me dedicaba asear los sanitarios de caballeros y de damas a temprana hora, empero, un día se me ocurrió fisgonear en los baños de damas pero me era imposible ya que mi apariencia no pasaba imperceptible para todo el personal que desempeñaba aquí, por lo que de tanta calentura empecé a mirar en los baños de los hombres...

...quería ver quien la tenia más grande, y así fue...

Empecé por analizar en que hora es cuando entraba más gente y cuando no, quien iba más y quien no, y este fue lo que deduje:

1.- Ningún trabajador va al baño en horario de oficina a menos que sea fuerza mayor ya que el supervisor esta en constante inspección, y aquel que no esta trabajando le descuentan horas, lo que implica una rebaja a su salario.

2.- La hora del trafico en el sanitario de los hombres es a la hora del almuerzo y a la hora de salida.

3.- No había gran diferencia de quien era más constante en ir al baño.

 

Establecido esto, me dedique a observar los "miembros" de los empleados, cuando entraba uno yo entraba seguido de él (trataba de no repetir con él mismo por lo que dejaba un margen de tiempo para que no sospecharan), el baño contaba con dos mingitorios sin una tabla que los separara (de eso me había encargado yo) y contaba con un solo retrete, por lo que Yo me las ingeniaba para mirarles el pajarito... y solo uno contaba con un enorme pajarito... y ese era YO, JAJAJAJAJAJAJA... NO LO PODÍA CREER, DE TODOS ESOS HOMBRES ESTUDIADOS, Y QUE NINGUNO CONTARA CON UNA PALANCA COMO LA MÍA...

Ese descubrimiento me hizo sentir superior a los demás y decidí darles a conocer mi supremacía de MACHO VERGUDO...

 

Empecé a merodear los alrededores a la hora del almuerzo y a la hora de salida y más aún, me aguantaba las ganas de orinar y así juntaba toda la orina que podía, por lo que aun así me fue difícil que se fijaran en mi protuberancia de carne...

El primer intento fue así... estaba un empleadillo en un mingitorio y el otro estaba cagando por lo que entre rápidamente a orinar y vaya que dure buen rato... Ellos no hicieron caso alguno... ¿Porqué? se preguntaran... díganme ¿qué pasa en los baños de hombres? Por regla general, si uno se dispone a orinar debemos dejar cierto espacio, digamos un mingitorio por hombre, y hay algunos que también van orinar pero prefieren usar el escusado para ello... ¿Porqué? ¿Por sus "cortas" razones?, jajajajaja, eso es, temen que los demás se den cuenta de su corto, pequeño e insignificante ¡PIZARRIN!

 

Otra regla es nunca mirar hacia abajo cuando el sujeto de a lado esta orinando, ya que significaría que le queremos ver el pajarito, y además se nos puede tachar de todo un mariconcito pervertido.

Sabia que tenia que hacer algo para llamar la atención, y lo que maquine fue...

Fui con un camarada que trabaja en el seguro social (IMSS) y le comente a grandes rasgos lo que deseaba hacer...

-Vamos Juan, ayúdame- le decía con voz suplicante.

-Pero Martínez, eso que quieres hacer se me hace de mal gusto- me reprendía con voz paternal.

-Ándale, es que solo les quiero jugar una "inocente broma"...- le dije; después de tanto pedírselo acepto, no sé si porque ya lo tenia harto o porque le di lastima.

El plan era el siguiente...

Yo fingiría un ataque epiléptico dentro del sanitario de caballeros, en donde me aseguraría que estuvieran la mayoría de los empleados y por supuesto Juan "el Doctor" que atendería mi ataque...

Llego el día era la hora del almuerzo, me había colocado en mi posición, le di la señal a Juan de que entrara al sanitario... había 6 hombres contando a Juan y conmigo serian 7... me metí un sal de uvas Picot en la boca, esto para soltar espuma por la boca... decidí entrar... y los dos mingitorios estaban ocupados, había una fila, todos esperaban su turno... no me importo y me metí al momento en que era desocupado uno... era el Sr. Pimentel al que le quite el lugar... empecé a orinar, mi mazorca se estaba poniendo dura, y mi boca estaba a punto de estallar por no poder contener la espuma...

-Disculpe Sr. Martínez, pero era mi turno... Sr. Martín...?- decía todo esto el Sr. Pimentel mientras veía como me salía espuma por la boca... me deje caer y empecé a fingir que me convulsionaba... HACIA TODO ESTO CON MI PENÉ DE FUERA... Y... ¡ORINANDO! (hubiesen visto la cara de todos, unos por el asombro de verme convulsionando y otros entre ellos el Sr. Pimentel... me veían la mazorca en todo su esplendor...)

Juan al momento reacciono y pidió que me sujetaran de brazos y piernas... el Sr. Pimentel se me arrojo a las piernas y no pudo evitar que le orinara parte de su camisa y cara,(yo miraba fingidamente a mi alrededor y vi como el Sr. Pimentel se había arrojado con otros propósitos más maquiavélicos) otros dos empleados me sujetaban cada uno un brazo y los otros dos empleados se disponían a salir a pedir auxilio... cosa que Juan les impidió y les dijo que él era Doctor que todo estaría bien que solo le ayudaran a llevarme a un lugar más ventilado, entre los 5 empleados y Juan dirigiéndolos me llevaron fuera del Sanitario y me recostaron en medio de las oficinas, ¡EN DONDE TODOS PODIAN OBSERVARME, EN DONDE EXPONIA MI SEBOSO MASTIL BAÑADO CON MIS ORINES...!

¡Los veía, veía como disimuladamente lo observaban... como su atención se precipitaba hacia mi ... PENÉ...!

Juan ordeno que se hicieran a un lado, que me dejaran respirar un poco, lo que provoco que se formara un circulo a mi alrededor, en donde los espectadores no sabían si mirar la espuma salida de mi boca o mi portentosa y robusta ¡MACIZA!!!!!!

Alguien trato de taparme, pero Juan se lo impidió, tal como yo se lo había pedido...

-¡Idiotas¡- son las palabras que estaban en mi mente.

Después de unos 15 minutos que permití que me contemplaran la verga y dejar por sentado quién era el MACHO MAS VERGUDO DE LA EMPRESA, decidí que ya era hora de irnos, Juan sabia también que ya era hora por lo que...

-Muy bien muchachos, parece que ya se estabilizo un poco el Sr. Martínez- decía esto mientras me tomaba el pulso.

-Ahora ayúdenme a subirlo a mi auto, yo lo llevare al IMSS, ahí sabremos que hacer con él- Acabo de exclamar con voz autoritaria y firme; ordeno que alguien le ayudara a llevarme al auto... se ofreció el Sr. Pimentel....

(El desgraciado no salía del trance de haberme visto la berenjena... y el mariconcito todavía seguía viéndomela, por lo que quise probar hasta donde llegaría si le facilitaba un poco las cosas... ¡Ha!, nunca lo hubiese esperado de él... y parecía tan "normal"... ¡y resulto ser todo un mariconcito agarra vergas¡...)

Una vez en las escaleras deje cargar todo mi peso sobre el lado de Sr. Pimentel... el cual no lo soporto y los dos caímos... en una posición que de antemano yo la había planeado... pero no de esta manera...(debo aclarar que todavía tenia la verga de fuera, ya que según Juan no había tiempo que perder)

Imagínense esto, el Sr. Pimentel tirado boca arriba y yo arriba de él... TODO MI SALCHICHÓN SE RESTREGABA EN SU ROSTRO Y CUELLO, MIS BOLAS EN SU CUELLO Y MI TRONCO EN TODA SU CARITA DE PUTITO... y fue cuando lo sentí...

....su respiración cálida y entrecortada... y en un rápido movimiento sin dudarlo más... me engullo la mitad de un solo bocado... ¡MALDITO MARICON HIJO DE PUTA...!

Después de varios días de incapacidad, ya que no me fue difícil conseguirla en el IMSS y también gracias a Juan que abogo por mí... regrese al trabajo...

La jornada laboral transcurría sin novedad, aunque ahora si sentía una que otra mirada acosadora, pero no sexual sino de desprecio y asco sobre todo de las mujeres de la empresa... seguía observando los penes de los empleados lo cual ya se había convertido en una costumbre y algunos de ellos también veían mi tranca disimuladamente... hasta que fueron agarrando confianza y empezaron con pequeños comentarios sobre mi "pedazo"...

-Vaya pedazo que se carga Sr. Martínez, el día del ataque nadie podía dejar de vérselo- comentaba un empleado mientras orinaba.

-Créame que si yo tuviera ese "tamaño" quizás mi esposa no se hubiese divorciado de mí- y soltó una carcajada vulgar... acabo de orinar y salió...

Me sentí halagado por el comentario del empleado, sin embargo, desde mi regreso no me había topado con el tal Pimentel... con el PUTITO TRAGA VERGAS DE PIMENTEL...

Seguí orinando mientras cavilaba todo esto, hasta que... me percate de que había alguien en el escusado... y había escuchado el cumplido del empleado... por los pantalones y el calzado deduje que se trataba de Pimentel, por lo que decidí arriesgarme y...

-¡AAAHHH!, CON LOS COMENTARIOS QUE HACEN ESTOS TIPOS ME PONEN LA VERGA BIEN PARADA.... ME LA VOY A JALAR AHORITA QUE NO HAY NADIE- Decía todo esto mientras miraba directamente al estante que cubría el escusado... cual fue mi sobresalto al ver que el CABRON DEL SR. PIMENTEL OCULTO SUS PIES, QUERIA QUE NO ME DIERA CUENTA DE QUE ÉL ESTABA AHÍ...

Puse el letrero de "cerrado por aseo" colgado en la chapa de la puerta y cerré con seguro...

Y empecé a jalármela e iba adquiriendo un buen tamaño y se lo hice saber...

-Vaya, parece que hoy vengo mas potente que de costumbre, ya se me paro a todo lo que doy- decía esto mientras colocaba mi espalda recargada en la puerta del escusado, de esta forma permitía que mi espectador observara desde arriba mi masturbación...

-Como me gustaría tener aquí a alguien para que me la chupe... - decía todo esto mientras veía la sombra del Sr. Pimentel proyectada en el suelo, evidencia que demostraba que me estaba viendo.

Acto seguido y sin que él se lo esperara me recargue con mayor fuerza en la puerta hasta que vencí el seguro...

Me caí de espaldas, él se sobresalto al verme entrar... mi perplejidad fue mayor al ver que no solo se estaba masturbando sino que también se estaba dedeando obscenamente el culo... me levante al momento...

Pero qué esta Usted haciendo aquí!- le recriminaba con mi mano en la verga y con voz autoritaria...

Él no hallaba las palabras, solo miraba mi enorme verga...

-¿Qué te pasa?, nunca habías visto una así- Él movió su cabeza negando mis palabras.

-Porqué estas tan excitado- Le dije mientras ocultaba mi verga en mi pantalón.

No...!- dijo instintivamente el mariconcito.

-¿NO?... ¿No qué?...- conteste, mientras lo seguía observando... se subió los pantalones como pudo dándome la espalda... ocultando su delatadora mirada... y volví a cuestionarle...

-¿No qué?... ¡PUTITO!...- Se hizo un largo silencio tras mis palabras, él seguía de espaldas y sin más preámbulos... LE RESTREGUE MI BULTO EN SU CULO, EL MUY HIJO DE PUTA NO SE MOVIO PARA NADA... EMPEZE EL MOVIMIENTO DE METE Y SACA SOBRE NUESTRAS ROPAS...

-Mira que cabron me saliste...- le susurre al oído.

-Así que te gusta sentir mi PITO... ¿EH?...- él no contestaba, solo se empino aun más... me la saque y...

-¡VOLTEATE DE UNA BUENA VEZ!...- le grite, él se volteo manteniéndose cabizbajo y con las manos hechas nudo...

-ESTO ES LO QUÉ QUERIAS... ¿NO ES ASÍ?- exclamaba todo esto mientras se la exponía en su máximo rigor...

LAMBELA...! ¡LAMBELA!- y sin esperar su reacción, lo sujete de la nuca y la dirigí hacia MI ENHIESTA BERENJENA... se la empecé a restregar como aquella vez en las escaleras... y él lambía, y lambía... ¡EL MUY CABRON HIJO DE PUTA ME LAMBIA A MÁS NO PODER!...

...él se vistió como pudo y salió corriendo del lugar... esta situación se repetía de dos o tres veces por semana, el Sr. Pimentel se escondía en el escusado mientras escuchaba todos los comentarios que hacían hacia mi dotada virilidad, acto seguido él me masturbaba un rato... esto se fue convirtiendo en nuestro habito...

Un día en que como ya era costumbre, me metí al baño, esta vez no había nadie, pero sabia que él, el Sr. Pimentel si estaba... dado que me dejaba ver su pantalones y su calzado, colgué el letrero, cerré con seguro y al darme vuelta... mis ojos se desorbitaron al ver a una mujer... Sí, era una mujer de tez blanca, cabello negro, como de 1.88 m, calzaba zapatillas de tacón alto de color blanco, y traía consigo la vestimenta de un ama de casa normal, lo que mas sobresalía de ella era su tremendo rabo... eran unas caderas bien torneadas, fuertes, grandes y firmes...

Hola!, soy la Sra. Pimentel... me han platicado acerca de ti y quise venir a comprobarlo- decía todo esto con una indiferencia, como si estuviéramos en la sala de su hogar o en una platica aburrida y no en el baño de hombres.

-Espero no me decepciones-Mientras me sonreía lujuriosamente.

 

Continuara...

 

Gracias a todos por sus comentarios.