Eran las 4 de la mañana y no podía conciliar el sueño, hacia tiempo que mi fantasía había pasado el umbral de la realidad, cada día que pasaba meditaba sobre su ejecución… pero…  al fin todo acababa en un tremendo orgasmo, solo eso. Hoy 17 de enero de 1998 siendo las 4:02 a.m. decidí llevarla acabo.

Primero, ya conocía la rutina diaria de mi tío; los viernes en la noche es cuando se queda solo, mi tía llega el sábado en la tarde. Segundo, tenía que utilizar un disfraz para que no me reconociera (un pasamontañas,  un distorsionador de voz y unos guantes). Tercero, inventar un coartada en caso de que sospechen de mi.

Así, esa madrugada… cada vez que lo pensaba más y más… todo se veía muy claro y demasiado sencillo para llevarlo acabo.

Llego el día señalado, le dije  a mis padres que iba a un bar con unos amigos, por otro lado, le dije a mi mejor amigo que me cubriera porque iba a salir con una chica a su casa. Él acepto gustoso.

Eran las 10:00 p.m. cuando arribe a la casa de mis tíos, di un sondeo de precaución… no había moros en la costa.  Brinque el barandal. Me sentía invisible debido a mi atuendo negro. Entre al patio trasero fácilmente, ya que conocía la casa de pies a cabeza, escarbe en la maceta junto  a la entrada posterior para encontrar la llave que acostumbran dejar mis tíos (ya sea por precaución de que se les olvide o pierda las llaves). Entre. 

La televisión estaba encendida, mi tío estaba recostado, sigilosamente me dirigí hacia él…

-No te muevas, o disparo. Dije mientras le apuntaba con una pistola de salva. Por suerte mi tío no sabía nada de defensa personal.

-¿Qui.. Quién es? ¿Qué quieres? ¿No tengo dinero? ¡Por favor no me dispares! Dijo con voz entrecortada.

-Tranquilo, no te hare daño si haces todo que yo te diga. Ahora levántate.

Acto seguido le espose las muñecas por detrás de la espalda, de igual manera le amarre los tobillos. Le puse un paño en la boca para que no gritara. Todo estaba listo para pasar una velada inolvidable.

Lo deje sentado en la sala mientras despistaba que estaba trasculcando en las habitaciones, encontré varias alhajas, algo de dinero en efectivo. Solo agarre el dinero.

Regrese mostrando enojo, preguntándole que dónde estaba todo el dinero, el nerviosamente me contestaba que no tenia más. Eso era verdad ya que mi tía se los llevo para comprar mercancía. Tire las sillas de la sala al suelo en señal de molestia. Después me serene, me le quede viendo…

Le arranque la playera y la tire al suelo… 

Su calva incipiente, sus ojos pequeños, su papada, su frente estaba sudando como un cerdo, sus pectorales fofos cubiertos de un espeso vello que se extendía más allá de su prominente panza…

Le desabroche el cinturón y le baje los pantalones y sus calzoncillos de un tirón…

Su vello cubría su gorda y flácida verga, era pequeña, su piernas regordetas estaban tapizadas de vello negro…

-¡Mira cabron! Dije con voz firme y amenazadora mientras le sujetaba con delicadeza su verga.

-O me la metes o te la meto. Tú decides.

Su rostro reflejaba una angustia pueril… me agache y engullí su olorosa polla… sus vellos se me metían a mis oricios nasales, su olor era de un macho, olor fuerte y agrio, olor salino… después de unos cuantos minutos su verga no reaccionaba a mis caricias.

-Tú lo has querido.

Me baje mis pantalones enseñándole mi delgada y larga verga totalmente erecta… lo gire, lo empine… empecé a lamberle su sudoroso culo velludo, le metí un dedo, dos…

-¡NO POR FAVOR! ¡LO HARÉ! ¡JURO POR DIOS QUE LO HARE!

Me detuve un momento… lo gire, lo puse de pie. Me agache y se la volví a mamar, fue solo cuestión de segundo que su polla gorda reacciono… era deliciosa.

-Eso es Macho. Le dije gustoso.

Me volteé me empine y lo atraje hacia mi culo. Me puse algo de lubricante que traía en mi mochila y…

-Eso es, bombéame fuerte, quiero sentirte hasta dentro. ¡Uff!

Pese a los 52 años de edad de mi tío tenia un aguante fenomenal, me bombeaba maravillosamente. Me despegue de él lo recosté en el suelo y lo cabalgue, no tardo mucho en venirse dentro de mi culo, por mi parte había aguantado mi orgasmo lo más posible, así que me empecé a masturbar estando cabalgando la verga flácida de mi tío, hasta que empecé a eyacular sobre su gorda panza. Me desmonte y se la volví a mamar. Pero al parecer ya no quería seguir jugando, y la verdad yo ya me quería ir debido al temor de ser descubierto.

En fin, lo metí al baño lo limpie, después borre todo rastro de mis fluidos que puede haber dejado en la sala. Lleve a mi tío junto al teléfono marque el numero de emergencia y le dije lo que tenia que decir a la operadora…

-Señorita, necesito que vengan ayudarme estoy amordazado porque me acaban de asaltar. La dirección es…

Acto seguido, yo salía por la puerta trasera sigilosamente como había entrado.