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Una meta: conocerlo

en Gays

Soy Andrés, un tipo común de 1.78 delgado, rayado como le dicen aquí (fibrado o tonificado, no demasiado), pelo negro, ojos negros, tímido.

Comenzaré esta historia desde el principio, y quizás por eso se vuelva un poco larga e incluso molesta, pero creo que es necesario.

A principios del año pasado entre a un tecnológico, allí encaje de inmediato, pues la gente anda en lo suyo y no se preocupa de cómo van los demás y sobre todo, porque en una tarde de esas que el horario te deja sin nada que hacer, sin poder volver a casa me dispuse junto con unos amigos y amigas a relajarnos en la zona contigua a una piscina, allí además de estar ubicada una cafetería y el coliseo, esta una zona de ejercicios, fue allí donde lo vi por primera vez 1.78, piel canela, cabello negro con un peinado bien particular(no se que tantos lo conozcan, aquí lo llaman cresta), ojos de un color verde claro un cuerpo moldeado por arduas horas de trabajo y disciplina en los circuitos, pronto deduje que era estudiante de educación física o algo por el estilo.

Así pasaron los días, yo ya sabia la hora en la que él se disponía a hacer ejercicio, y no faltaba a su rutina, pero nunca me animaba a dirigirle la palabra, así transcurrió el semestre, al pasar al siguiente una gran angustia se apoderó de mí ya había pasado casi la mitad de este y no lo había vuelto a ver; pero ese día martes a las 4:00 pm después de un agotador parcial de física, estaba esperando la ruta del bus, al llegar lo aborde casi instintivamente, al pasar la registradora un escalofrío se apodero de mí, mire hacia atrás y estaba él con una camisa blanca y una gorra roja, me miro y de inmediato esquive su mirada pues sabía que el solo pedía que continuara adelante, así lo hice, a esa hora el bus estaba a más no poder, como se esperaba me toco de pie, al igual que a él, estaba tan solo a unos pocos centímetros de él, mis brazos rozaban sin cesar los de él, en parte por los movimientos del bus, en parte por que mi cuerpo lo pedía. Sus brazos expedían un calor penetrante; su figura y su presencia me envolvieron y todos mis sentidos se concentraron en él mis ojos se quedaron perplejos y sin movimiento, y empecé a agudizar mis otros sentidos, podía percibir como sus pectorales y abdominales se contraían y expandían; mi tacto se concentro en aprovechar al máximo los pequeños momentos de roce para acariciar su piel, mi olfato solo buscaba un aroma, su aroma, un olor a sudor mezclado con canela; y por ultimo mis oídos se centraron en oír su respiración. Estaba tan concentrado que parecía dormir con los ojos abiertos, y quizás eso fue lo que me ayudo para que no se diera cuenta de mi imprudencia; en un momento dado un frenón del bus me volvió a la tierra y sin querer fui a dar encima de él, la reacción fue intentar sostenerme de las barras pero fue en vano, por no tocar sus manos choque contra él, me disculpe; pero me sorprendió su respuesta: "descuide hermano, pero tenga más cuidado";

Mira hacia fuera y descubrí que pronto llegaría a mi destino, me dirigí a la puerta espere, toque el timbre y me baje; fui camino a casa y descanse; ya sabia algo más de él, tomaba mi misma ruta, y una nueva obsesión se apodero de mí, averiguar en donde vivía; me faltaba coraje para seguir en el bus y así saber donde se bajaba, pero aun así seguí yendo "inconscientemente" a verlo a hacer sus ejercicios, creo que para este entonces él sabia que yo iba a algo más que a comer y estudiar a dicha cafetería, pues empezó a hacer sus ejercicios frente a mi, así transcurrió el segundo semestre, yo iba me deleitaba e incluso a veces intentaba dirigirle la palabra, pero la capacidad de entablar una conversación con un desconocido nunca fue lo mío, no fue sino hasta comienzos de este año que me subí al bus y el estaba una silla atrás de mí lo mire un par de veces y siempre lo descubrí que me miraba, e incluso me pareció percibir una leve sonrisa, debió ser imaginación mía, pero esto me puso una meta, antes de que termine esta semana ya debes de haber hablado con él. El plazo expiraba, era jueves, el ultimo día que podría dirigirme a él en la semana, pues había averiguado que los viernes salía a las 8:00am y yo no lo hacia sino hasta la 1:00pm. Esa tarde lo espere en el paradero a la salida de la U, cuando lo vi salir un fuego intenso recorrió mi cuerpo, intente hablarle pero la llegada del bus, me lo impidió, él lo aborda, y luego yo, se sentó a pocas sillas de la registradora, me iba a sentar a su lado pero sería demasiado obvio, habían muchas sillas libres como para que yo me sentara justo allí, así que me senté tras él, como lo más normal del mundo mirando hacia al frente(claro a su espalda), lo que me sorprendió de momento fue cuando alzo su brazo derecho y lo puso a lo largo de la baranda de la silla, me miro y luego volvió su mirada al frente, por unos instantes pensé que se había dado cuenta de mis miradas, pero para mi fortuna solo me miro para cerciorarse de no lastimar a nadie; o al menos eso pensaba yo, pues movía su brazo haciendo que sus músculos se notaran más, evidentemente se estaba exhibiendo, lo que no duro mucho pues un muchacho ocupo el asiento contiguo e hizo que se acomodará en la silla. Esto me produjo un poco de desilusión y mire por la ventana hacia la calle, fue allí en donde a pocos metros de llegar a mi casa recordé que sería mi ultima oportunidad de dirigirme a él, me levante más nervioso que nunca, le toque su hombro izquierdo y una serie de palabras sin sentido y casi inaudibles salieron de mi boca: "La próxima vez tenga más cuidado con esa mano", su reacción no se hizo esperar su cara reflejo miedo, sorpresa, angustia, e incluso cierto desconcierto, ¿Que? Atino a decir y yo solo repetí, mientras me adelantaba y cruzaba la registradora ante el asombro no solo de él, sino de todos los que escucharon mis palabras, al descender del bus vi como su mirada me seguía; ya sobre el asfalto, mis piernas comenzaron a temblar y de nuevo mi cerebro a razonar, imbecil, como fuiste capaz de decir algo así, que tontería, me decía para mis adentros. Pero como dice una vieja canción, agua derramada, no hay quien la recoja; y metida las patas, embarrada las manos. Mi corazón latía más fuerte que nunca y mis piernas no respondían, camine casi por inercia, y estuve a punto de ser arroyado por un carro, el mismo que me volvió a la realidad.

Al lunes de la semana siguiente, yo sabia en donde encontrarlo(haciendo ejercicio), más sin embargo por pura cobardía no fui, al terminar mi jornada, salí de la universidad, le puse la mano al bus y cuando subía, ese olor, esa energía, sabía que era él, no quise girar pero una de sus manos toco mi hombro, y su voz removió mi ser, tal como un vendaval lo hace con las palmeras,: Oiga que es lo que pasa con mis manos, nos sentamos por primera vez los dos juntos en una banca en la parte de atrás del bus, yo me explique con una respuesta que de seguro no se la esperaba, bueno al decir verdad yo tampoco; lo que pasa es que ese día vi como su brazo al estar sobre la silla se le generaba una cierta irregularidad, en la parte del acromion y la apófisis caracoidea con respecto al humero, debido quizás a un mal estiramiento del deltoides y los músculos circundantes.

Creí que no me entendería, pues( con el respeto que se merecen los deportistas) generalmente son cerrados al estudio, pero mi sorpresa fue que luego de comentarme que había pensado que me había golpeado, o que yo me referia a una alergia; me comenzó a hablar de que realmente en sus ejercicios era poco lo que calentaba esa zona, empezó a hablar de una serie de ejercicios dedicados a otro tanto de músculos, realmente no le entendía, me sorprendió fue que se subió la manga de su camisa retrajo toda su mano formando una V y destacando todos los músculos, y con la otra cogió mi mano y la deposito entre el deltoides derecho y el tríceps del mismo brazo, y me dijo: Entonces aun cree que necesito más calentamiento.

No supe que decirle, solo me dedique a sentir el calor que emanaba de su brazo y que me quemaba en mi interior, fue en ese momento en que lo mire directamente a los ojos, y le dije: No se aquí el experto es usted...

Pasamos todo el camino hablando de cosas sin sentido y normales entre dos personas que se acaban de "conocer". Fue así como averigüe que vivía a pocas cuadras de mi casa, estudiaba ED. Física, e incluso su nombre: Jean.

Mi obsesión era tal que me averigüe como pude todo su horario, el se sorprendía al verme casi todos los días en el paradero, e incluso hacia bromas: "así de falta te hago", "Se be que ese alguien a quien esperas es importante, pero mira ya ha llegado", lo que me saco de casillas fue un día que estábamos hablando camino a nuestras casas de mujeres y de gustos sexuales, me decía que habían tres tipos de maricas el que gusta de las mujeres, el que gusta de los hombres, y el que gusta de ambos; y sin mas me dijo: yo me acomodo en el primero y ti te pongo en el segundo o en el tercero; lo mire de inmediato y le reproche pues aun no aceptaba lo que me pasaba, me di cuenta que había llegado a mi destino, me despedí de mano y me sorprendió que no fue un apretón, si no como un tipo de provocación, hice caso omiso me baje entre a casa, me encerré en mi pieza y allí empezó a suceder todo, empecé a recordar aquella primera vez que lo vi, 1.78 de estatura, una piel canela(quizás por el sol), ese peinado tan particular que lo hacia lucir más sexy, esos brazos musculosos que relucían bajo el sudor, ese pecho perfectamente trabajado y cuidadosamente depilado, junto con sus piernas, piernas de campeonato, allí estaba concentrado trayendo a mi todo lo que sabia de él, ese olor a canela y a winner, su respiración, su tacto, su energía, pero el sonido de mi móvil me saco de mis pensamientos, era una compañera que me invitaba a una finca, garantizándome diversión, con mis compañeros esto no es difícil pues son muy peculiares y cada uno es un caso, aun así y para su sorpresa mi respuesta fue un No, gracias; insistió pero yo me mantuve, así que solo atinó a decirme la localización exacta y que si me decidía llamara a Mónica que solo iría si yo iba.

Llego el sábado y me encontré con que mi único plan para este fin de semana (puente además) salir con mi familia se venia abajo, cada quien había salido por su cuenta, estaba pensando y me dijo no hay de otra; llame a Mónica y no estaba, me puse una pantaloneta, una camisa, que cogí un poco de ropa, una gaseosa, mi moto y me dirigí a santa fe de Antioquia (lugar donde estaban todos mis compañeros), al llegar allí casi todos y todas me recibieron con algarabía y licor ( aguardiente, ron, cerveza e incluso un vaso de whisky), tome de todos, los sorprendí pues solo tomo cerveza y muy rara vez, todos a una sola vez brindaban por la turca( mi ex, con la que había terminado una relación de, más de tres años hace solo un par de semanas) y era según todos el motivo de mi resaca, pero nadie sabia que el único culpable era Jean, entre a la casa deje mis pocas pertenencias y salí al encuentro con todos los que estaban en la piscina, ya me disponía a meterme cuando Carlos me dijo: Te presento a un amigo...y con un ensordecedor grito lo llamo: Jean

Como, le reclame, y él simplemente me repitió Jean, sentí como si un fuego intenso me quemara, y fue en ese instante en el que aparecía por el marco de la puerta, sin camisa, descalzo y mojado, como era lógico también se sorprendió y el muy irónico me saludo como si nada.

Jean- Ha Andrés que coincidencia encontrarnos en esta situación y aquí.

De inmediato Diego interrumpió: Es que acaso ustedes se conocían.

Jean iba a tomar la palabra pero me adelante: Desafortunadamente, SI, y sin mas le di la espalda y me dirigí a donde estaban los demás, charlamos un rato, me quite la camisa, y me tire a la piscina entre música y licor se pasaba la noche, yo ignoraba a Jean que durante la tarde había intentado hablar conmigo, pero yo me retiraba de inmediato, eran como las nueve de la noche cuando cogí mi moto y ya me iba cuando Sara interviene, por que te vas, es sábado y la fiesta a penas comienza.

Yo- Pues para mi nunca empezó Sara, últimamente me han ocurrido cosas(dije esto mirando a Jean) incomodas y no quiero que por mi se les dañe la rumba.

S- Para nada, sabes que podes contar con nosotros y amigos somos en las buenas y en las malas y como decimos: "Arrieros somos, a burro vamos, y pa’l monte echamos" y entre arrieros todos nos ayudamos, se rió y me ofreció un trago de ron

Yo- Me reí, me baje de la moto y me tome el ron, le quite la botella y empecé a tomar de ella como si me fuese la vida en ello.

Aquí entro Jean con su aire de macho que todo lo puede ofreciendo ayudo

J- Puedo ayudar.

Yo-Claro, por que más bien no te callas, y te haces el muerto un rato... marica, Le di un golpe en el abdomen que incluso me sorprendió a mi ( soy demasiado pacifico), que lo derribe, quizás por cogerlo fuera de base,

Jean se paro y con un tono de cual niño le reprocha a su padre me dijo: Hey men, yo que te hice.

Yo no le escuche sino que me abalancé contra él e intente golpearlo de nuevo, pero perdí el equilibrio y me fui de bruces al suelo.

Mientras tanto Sara salió corriendo llamando a los demás, en busca de ayuda...

Ya en el suelo, yo encontré algo, que no reconocí pero que utilice como arma y me abalance sobre Jean, fue en donde por primera vez sentí su fuerza me detuvo y me alzo como si nada, y me aventó al pasto, desperté y me encontré en una pieza oscura, me dolía la espalda y el abdomen, escuchaba una discusión fuera del cuarto, empecé a reconocerlas una a una, Camila, Carlos, Sara, Diego, Maria, Sebastián, Juliana... Jean. Hablaban, si es que a eso se le podía llamar hablar, de lo sucedido, escuche que uno de ellos decía algo de sangre, yo me sentía muy adolorido, pero no me parecía estar cortado ni nada por el estilo, me pare como pude, no sabia por que tenia tanto dolor, salí de la habitación y ya solo estaban Sara, Diego y Carlos, al verme Sara y Diego me reprocharon mi conducta, pero Sebastián la celebro argumentando que no lo había caído nada bien Jean, de vi una mancha de sangre en la camisa de Diego e intente recordar, Diego me ayudo, no te preocupes Jean esta bien, Maria se encargo de desinfectar la herida, por suerte no es profunda. Yo de ti me disculparía, me decía Sara mientras se retiraba con Sebastián.

Yo- Diego, donde esta Jean, creo que se merece una disculpa.

D- Esta en el cuarto subiendo las escaleras al fondo, esta descansando por que se va mañana por la mañana por CIERTO INCONVENIENTE QUE SE LE PRESENTO (yo claro esta)

Subí las escaleras y abrí lentamente la puerta, el cuarto estaba con la luz apagada, pero a través de la ventana se filtraba una tenue luz proveniente de la piscina, con ella logre verlo acostado en la cama, con una sabana blanca que le cubría desde el ombligo hasta las piernas, me quede mirándolo fijamente, toque cada parte de su cuerpo con mis ojos, si dependiera de mi, en ese instante me hubiese abalanzado sobre él, cerré las ventanas y con ellas las cortinas, para que la luz no lo molestase, ya iba salir( quizás por orgullo, o más bien por falta de coraje no me había atrevido a pedir perdón), pero la luz de la pieza se encendió, me devolví, y allí estaba él despierto (quizás siempre lo estuvo), mirándome, reclamándome; me acerque y le ofrecí disculpas.

J- NO, no te las acepto..... pero sentate, que aquí el único que tiene que disculparse soy yo.

Yo- No entiendo, le dije mientras me sentaba a su lado, mira como te volví, le dije mientras le tome su hombro con cuidado de no lastimarlo, en efecto lo había cortado, lo estaba examinado cuando me dijo.

J- Ya entiendo a que te referías el otro día con que tuviera cuidado con mis manos.

Lo mire y nos reímos tímidamente, me sorprendió cuando me tomo de la cintura y me dijo:

J- Pero más bien mes debido decir que tuviera más cuidado con ...

Yo- Con que?

Sin más me tiro hacia él y me beso, al principio ofrecí resistencia, pero lentamente fui yo quien fui tomando la iniciativa.

Yo- Te disculpo, es más te lo voy a demostrar. Me quite la camisa y me tire sobre su pecho, esos pectorales fueron victimas incesantes de mi lengua de mi s dientes de mi boca, lamí cada uno de sus rincones, succionaba como nunca antes lo había hecho, cuando una de sus manos se poso en mi espalda y me empezó a acariciar, fue la luz verde para seguir, me detuve y le mire a los ojos, me pare cogí unas sabanas y con ellas lo amarre a los párales de la cama, mi pobre Jean estaba desconcertado.

Yo- no te preocupes hoy te haré ver la gloria , y comencé a lamer su brazo izquierdo, desde los dedos, hasta el hombro, subí por su cuello con la lengua y soplando por la nariz, me acerque a su oído, lo lamí, le sople y le dije: Y tu dices que a que grupo pertenesco, intento hablar, pero le mordí suavemente la oreja, lo calle con mi mano,

Yo- Déjate llevar, solo siente

Baje igualmente por su cuello, pero justo allí en el trapecio lo mordí, lo chupe lo bese, recorrí un camino descrito por sus músculos, llega a la herida y lo bese, lo dude, pero... comencé a chupar, gemía de dolor en un principio, luego quizás por la sensación lo comenzó a disfrutar, me acomode sobre su miembro, que aun estaba bajo la sabana, lo sentí caliente y tieso como los hierros con los que marcan el ganado, me estrujaba sobre el, y mientras tanto le besaba en la boca, le besaba en la barbilla, le besaba en el cuello, le mordía, le besaba en su pecho, le apretaba la espalda, lo mordía, descendí al centro de su cuerpo(el ombligo) introduje como pude mi lengua, la giraba, miraba directamente a los ojos de mi Jean, y la lujuria nos devoraba, gemía de placer.

recorrí un camino invisible hacia el punto o más bien el péndulo del equilibrio, que ahora era una torre de carne rígida, y comencé allí sobre la tela un trabajo de reconocimiento, describí con mi lengua y mis dientes ese instrumento de placer, hasta que no pude aguantarme más y retire la sabana, hay estaba mi recompensa 21cm de carne surcada por una hermosa vena azulada, humedecí muy bien mis labios con mi lengua, y clave mis ojos en los suyos. abrí ligeramente mi boca y me acerque muy lentamente a su polla, respire suavemente sobre ella. Saque la lengua lo rozaba, y descendí hacia la base, le mordía suavemente la lamí hasta el punto de dejarla brillante

Entre tanto mi mano izquierda estaba tocando sus pelotas, las apretaba ligeramente( el gemía y me miraba, me hacia gestos me volvía loco, además l situación de que alguien podría entrar en cualquier momento me ponía a mil). Con mi mano me deslice y encontré el borde de su ano, para no alarmarlo intensifique mi trabajo con la boca en su pene Después de haber lamido la base al punto de dejarla toda húmeda y dura, Jean se retorcía de la frustración. Subí hasta la punta de aquel manjar, insistiendo en el agujero del centro, lamía su alrededor. Estruje la base y broto liquido preseminal. bañe mi lengua en él y lo esparcí. Lo mire y le hice entender que tanto me gustaba aquella sustancia.

No me contuve más y me devore la cabeza de la polla como si fuese un helado de crema de chocolate Lo escuchaba gemir. Fue en ese instante donde sentí una mano en mi cabeza, mire extrañado, y me di cuenta que se había soltado de las sabanas, lo mire reprochándole, pero sin abandonar mi trabajo, el simplemente sonrió y encogió los hombros, comencé a bajar y a subir, primero despacio, luego más rápido, y el empezó a llevar el ritmo de la mamad, me dijo entre gemidos y espasmos: Me corro, me vengo.

Yo- Ah no, aun no, lo sujete con mis manos, y seguí mamando, sentía como bajo mi presión el semen se acumulaba bajo mis mano, el intento retíralas, pero lo impedí mordiendo levemente su verga, seguí unos minutos más hasta que tuve compasión de él y deje correr un gran chorro de liquido de semen verga arriba, retire un poco mi boca de su verga, dejando un hilillo colgando entre ambos, luego abrí la boca y recibu su leche en mi lengua, se corrió tanto que incluso tuve que tragar para no ahogarme, me pare me acerque a su boca y nos besamos intercambiamos saliva y su simiente, ya me estaba quitando mi pantaloneta cuando me dijo:

J-shhh, mira(señalo a la puerta, estaba entre abierta)

Me reincorpore, me limpie los rastros de su semen que había en mi rostro, me puse la camisa y le dije

Yo- Sera que nos pillaron, con tu ruido no me extrañaría(me reí)..

Sentimos subir a alguien a quien reconocí como Juliana.

Ju- Sebastián, que haces hay en la puerta deja descansar a Jean, no sabes que esta mal.

S- Descansar, si... pero de estar mal.. lo dudo.

Mientras se alejaban ambos nos reímos nos reincorporamos, el se fue a duchar, yo me lave la cara, e incluso intente meterme con él a la ducha, pero me dijo que era mejor así, regresar con mis amigos para no levantar sospechas.

Lo ayude a vestir, le pase su brazo derecho sobre mi hombro, salimos del cuarto, bajamos las escaleras, y salimos de la casa.

Al salir todos se pararon, pensando que nos habíamos peleado algo por el estilo, pero al acercarse Diego, Sara y Maria, les dijo, mientras me miraba, estos sujetos han arreglado sus diferencias y ahora somos buenos amigos.

Yo- muy buenos amigos le dije mientras me reía,

Sebastián nos interrumpió, así debieron arreglar sus diferencias de una manera muy peculiar para terminar... .......amigos, si hasta parecen pareja.

S- Pues mirándolo bien, si, pero no se preocupen le damos la habitación para ustedes dos solos.

Todos rieron, Juliana sirvió una ronda de tragos y bebimos, hasta más no poder.

Cuando ya me sentía mareado decidí ir a dormir, pregunte en donde podría acostarme, y Mónica me dijo, pues en tu pieza, con Jean.

Subí, me quite la pantaloneta y la camisa prendí el ventilador, me acosté y ...