Deseos
Mis dedos deseosos de encender tu piel
mis labios deseosos de probar la humedad de tus rosados
labios
mis manos deseosas de acariciar tus firmes pechos, que
como cantaros, lleno de miel piden ser lamidos, acariciados.
Tu vientre tembloroso, al ser recorrido por mis manos,
en su ruta al monte de Venus, a la cueva que encierra entre
sus húmedas y calida paredes la dicha del placer.
Todo mi cuerpo deseando fundirse junto a tuyo
siento el palpitar y el correr de la sangre a mi entrepierna, aumentando,
endureciendo el instrumento listo, deseoso de explorar
la cueva, ese túnel de amor, saliendo entrando con pasión,
fuerza y deseos de dejar sembrada en su interior su semilla,
envuelta en blanca, ardiente y espesa leche...hasta
explotar en gemidos y temblores de ambos cuerpos fundidos,
en un solo ser, disfrutado de las delicias del amor.