Mi amada, mi anhelo, es poder explorar cada Rincón de tu jardín, cada centímetro de de tierra virgen, el disfrutar de cada fruto dulce, del aroma seductor que destila cada pistilo de tus flores, sentir en mi cuerpo, la frescura del rocío, que capturas durante las noche fría para apaciguar la sed y calor de tu tierra virgen.

Mi amada, deseo ser ese colibrí, que se pasea, y se posa en las flores, que se abren para esparcir su polen y así embriagarme, con el dulce néctar que guardas, en el interior de cada flor.

Mi amada, mi dicha seria ser poder esa avecita, que se alimenta con los frutos de tu pasión y deseo, que producen tus arbustos, dulces frutos, jugosos, dulces que calma el hambre de amor y pasión.

Mi amada, quisiera tener esa dicha de ser el jardinero, que por primera vez explora tu jardín, ser el que abona tu tierra virgen, con sus caricias, con el agua de su amor, con el roce de las manos que desean sentir la textura de tu tierra, sentir el aroma de tus flores, probar la dulzura de tus frutos casi prohibidos.

Ser el primero en poder abrir tu tierra virgen, con la barra firme y dura, para sembrar la semilla para generar otra planta que florezca y de fruto de placer que tú deseas.