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Diana - Novio por un día

en Sexo Oral

El siguiente relato no me sucedió a mí, si no a una de mis mejores amigas, Diana, que me permitió relatar lo que le sucedió un fin de semana después de varios meses de haber terminado con su novio. Cuando me lo platicó la invité a publicar el relato, pero no se animó así que le dije que me contara con lujo de detalle y yo lo redactaría. Aquí esta el resultado, que ella revisó y aprobó. Lo redactaré como si ella se los contara.

 

Esto sucedió a principios de Mayo, cuando unas primas nos invitaron a mí a mis hermanas a pasar el fin de semana en un pueblo cerca de la ciudad de Guadalajara.

Después de llegar y saludar a los parientes y amigos, mis primas y unas amigas suyas nos invitaron a una fiesta del pueblo, después de arreglarnos un nos fuimos caminando, la fiesta era a unas cuadras de la casa de una de mis primas con quien me quedaría a pasar la noche.

La fiesta consistía en varios grupos de amigos hechando relajo y tomando tequila al son de una banda que tocaba cerca. Rápidamente nos mezclamos con varios grupos de amigos y comenzamos a tomar y platicar.

Estábamos en eso cuando una amiga se acerca acompañada de Angel, un muchacho alto, delgado, pero no mucho, con espalda ancha, músculos medio marcados, ojos verdes, cabello castaño claro. Iba vestido con unos jeans que resaltaban su trasero bien puesto y una camisa con botones al frente que me permitieron ver que no tiene vellos en el pecho, tal como me gusta.

Diana, te presento a Angel, un amigo de hace tiempo.

Hola, que tal, me llamo Diana.

Hola Diana, yo soy Angel y si me permites, seré tu Angel personal toda la tarde.

No pude evitar una sonrisa al escuchar aquello, hacía tiempo que no recibía piropos y me estaba gustando. Inmediatamente me invitó a bailar y acepté. Nos unimos a los demás en la pista de baile y comenzamos a bailar, al principio cada quien por su lado.

El tiempo pasó sin que nos diéramos cuenta y pronto estaba en sus brazos aunque guardando cierta distancia. Estando tan cerca de él, no pude evitar mirarlo a la cara y quedé como hipnotizada, después noté que no me veía a los ojos, sino a la boca y no dejaba de decirme lo preciosa que estaba, que mis ojos son hermosos y otras frases que solo hacían que comenzara a derretirme y a subir la temperatura, que aunado al tequila, no fue difícil.

La fiesta continuó y durante todo el tiempo no me dejó un momento, platicamos, reímos, tomamos, comimos, volvimos a bailar.

Quiero que seas mi novia – me soltó de golpe entre unos pasos de baile.

Estás loco – le dije – no soy de aquí y es probable que no te vuelva a ver.

Al menos se mi novia por un día. Al final te llevarás un buen recuerdo y la experiencia de haber tenido un novio por un día. Además me gustaría tomarte de la mano, llevarte a pasear y platicar como si fuéramos novios, aunque sea brevemente.

No pude negarme y al final accedí, curiosamente en ese momento no pasó nada y seguimos como si nada.

De pronto ya era de noche y vino la cena y la química entre los dos cada vez era mayor. El tiempo siguió transcurriendo y de pronto ya eran las 5:00 de la mañana, había pasado casi todo el día y la noche con Angel y ni siquiera un beso nos habíamos dado, increíble. Pero por alguna razón no había sido necesario, la relación entre los dos era tal, que parecía no hacer falta, aunque su mirada no dejaba de pedir permiso para besarme.

En eso llega mi prima y me dice que ya se iban a su casa, que si queríamos podíamos acompañarlos y seguir la fiesta ahí. De inmediato aceptamos y quedamos de acuerdo en vernos en casa de mi prima, él tenía que llevar a sus hermanas a su casa y me alcanzaría.

Llegamos a casa de mi prima y nos acomodamos en la sala platicando de varias cosas teniendo que soportar la burla que me hacían, era evidente lo que estaba pasando, casi no había estado con ellas por estar con Angel. No hice comentarios y solo miraba de reojo a la puerta esperando que apareciera.

Como a los 15 minutos suena el timbre y mi prima fue a abrir la puerta. Ahí estaba, parado en la entrada mas atractivo aún, aunque no se había hecho nada. Sin decir una palabra, se acercó a mí, me pasó el brazo para abrazarme y nos integramos a la plática.

Después de algunos chistes y bromas, alguien sugirió el juego de la botella, éramos cuatro parejas y decidimos jugar así. Después de unas rondas de preguntas triviales, comenzaron las preguntas mas subidas de tono hasta que nos tocó el turno y nos preguntaron cuantas veces habíamos tenido relaciones sexuales, los dos nos quedamos callados mirándonos a los ojos sin dar una respuesta y de castigo nos impusieron que nos besáramos.

Fue el pretexto que habíamos estado esperando. Sin pensarlo nos fuimos acercando hasta que nuestras bocas se juntaron en un muy largo y tierno beso que pronto se transformó en pasión. No se cuanto tiempo permanecimos así, pero las burlas de los demás nos hicieron regresar a la realidad. El juego continuó su curso, pero nuestra atención ya no estaba en él y pronto lo abandonamos.

Decidimos explorar la casa y en cuanto salimos de la habitación donde todos continuaban con su juego, nuestras bocas siguieron con lo suyo, ya lejos de las miradas indiscretas. Nos encontrábamos cerca de las escaleras al segundo piso y poco a poco nos acercamos a ellas.

Los besos fueron incrementando su intensidad y pronto pasó a mi cuello, sus manos inquietas comenzaron a explorar mi cuerpo con cuidado y sin prisa, no podíamos hacer mucho, había mucha gente cerca.

Como pudimos fuimos subiendo las escaleras y entre beso y beso encontramos una habitación sola que no tenía mas que un closet y algunos zapatos y nos metimos sin pensarlo.

Una vez dentro de la habitación y sin preocupaciones de ser vistos, la verdadera fiesta comenzó. Sus manos dejaron la timidez y comenzaron a explorarme por todos lados, y yo lejos de apartarme lo invitaba a continuar y conocerme.

Pronto tuve una de sus manos subiendo mi blusa y metiéndose debajo de mi brassiere hasta hacer contacto con mis senos. Una vez descubiertos, sus besos se dirigieron a ellos y las sensaciones se comenzaron a agrupar en mi cerebro al mismo tiempo que mi vagina comenzó a tener flujos y contracciones. Necesitaba algo más.

Yo no estuve ociosa y comencé a acariciar su pecho marcado, su espalda amplia y fui recorriéndola hasta llegar a su trasero, metiendo la mano por su cintura para sentir su piel. Mientras él continuaba su recorrido por mis senos que agradecían la atención que estaban recibiendo.

Sin darme cuenta de repente me tenía apoyada contra la pared y ya sin tener para donde moverme, nuestras caricias se incrementaron. Nos faltaban manos para conocer todos nuestros rincones, la ropa nos comenzaba a estorbar y comenzaba a desaparecer. Me subió más la blusa y yo le quité la camisa. Se pegó más a mí y con una de sus manos agarró mi trasero pegando mi cuerpo más al suyo.

Inmediatamente sentí el bulto entre sus piernas y lo palpé con una mano. Se sentía rígido y listo para entrar en acción y la fricción que estaba teniendo con mi entrepierna me hacía que entrara pronto en acción.

En un momento de lucidez, recordé que no traíamos protección y tampoco teníamos tiempo de conseguirlo, mis primas y hermanas estaban abajo y en cualquier momento podían comenzar a buscarnos, así que haciendo acopio de todas mis fuerzas, lo empuje suavemente y lo alejé de mí.

El se quedó parado con una cara que denotaba toda la excitación que sentía al mismo tiempo que confusión, no entendía que estaba pasando. Solo quedaba una cosa por hacer y no lo pensé.

Abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera emitir un sonido, me acerqué al él, y mientras lo besaba comencé a desabrochar su cinturón y bajarle el cierre. Pronto me encontré con un bikini (fue la primera vez que vi a un hombre con esa prenda) que bajé en unos segundos y me apoderé de su miembro. Era un miembro no muy grueso ni largo, justo a la medida para mí. Sin separar mis labios de los suyos, comencé a masturbarlo lentamente, mientras el no dejaba mis senos en paz.

Sin darle mucho tiempo a pensar, me arrodillé y tomándolo con una mano mientras la otra acariciaba sus testículos, saqué la lengua y se la pasé por la cabeza, el resultado fue un – así – que me animó a abrir mas la boca y meterlo completamente en mi boca.

Hacer una buena mamada es algo que siempre me ha gustado, el sabor de un buen pene me agrada y mas el resultado después de un trabajo bien hecho.

Comencé a chuparlo como una golosa, sintiendo su sabor y sus reacciones, solo atinaba a decir:

si, así, sigue, me encanta tu boca. Tienes una lengua muy traviesa.

Yo continué con mi labor escuchando sus ahogados gemidos cada vez mas fuertes e intensos, quité la mano que estaba en sus testículos y di mayor vigor a la que lo masturbaba. Después de unos minutos de hacerlo, me percaté que su orgasmo se aproximaba así que incrementé el ritmo y eso lo volvió loco.

Unos segundos después, comenzó a venirse en mi boca. A mi me gusta el sabor del semen, así que gusto lo recibí y sin aún tragarlo continué con la mamada, su semen sirviendo como lubricante hasta que terminó de eyacular. Poco a poco, saboreando cada espasmo, fui tomándome su semen hasta dejarlo completamente limpio. Continué mi labor hasta que perdió su erección y cayó de rodillas frente a mí, bajando la mirada y tratando de recobrar el aliento.

Eres maravillosa – me dijo con la respiración entrecortada – pero faltas tú.

Por toda respuesta, lo recosté en el piso y me acosté en su pecho. Nos quedamos unos minutos así, sin decir nada, saboreando el momento. Conforme nuestra respiración se volvió normal comencé a acariciar su pecho y me dirigí a su miembro que yacía flácido. Lo empecé a acariciar lentamente, aprovechando la humedad que conservaba en mis manos, lentamente comenzó a reaccionar y poco a poco fui acercando mi cabeza.

En ese momento escuchamos que alguien tocaba a la puerta:

Diana – Era la voz de mi hermana

Abre la puerta, son las 8 de la mañana, que están haciendo, porque está cerrada la puerta.

Ya voy – fue todo lo que pude responder.

Sin ganas de quererlo hacer, me levanté lentamente y comencé a arreglar mi ropa, mi cabello seguramente era un desastre y sentía la cara ruborizada, pero de excitación.

Nos levantamos y ya mas de prisa nos terminamos de vestir, nos ayudamos a arreglarnos un poco el pelo y nos preparamos para enfrenar a los demás.

Sobra decir que me dieron un gran sermón después de aquello. Mientras escuchaba a mi hermana, Angel salió de la habitación, se despidió de todos y se fue. Después de soportar a mi hermana, finalmente me dejó ir a dormir.

Mas tarde, antes de irnos, Angel pudo ir a verme, intercambiamos números de teléfono y después de un fugaz beso, emprendimos el regreso a la ciudad.

Pocos días después recibí un mensaje de Angel en el que me decía que me extrañaba mucho, que la había pasado muy bien y quería repetir aquello.

Veremos que pasa