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En la carretera

en Hetero: General

Este relato sucedió hace un par de años, yo tenía 42 y mi pareja en aquel entonces, 25, una chica alta y delgada de cabello castaño oscuro y largo, a media espalda. De busto pequeño, caderas generosas y muy bien proporcionadas a su cuerpo, vientre plano, pero sobre todo, una mujer muy ardiente en la cama que requería sexo de manera regular.

Los dos somos mexicanos, del Estado de México, ese día íbamos a pasar un días de descanso a Guadalajara, nos esperaban aún un par de horas de carretera y en aquel momento salíamos de Querétaro y Angie venía platicándome como le había ido en la semana.

Iba vestida con unos jeans ajustados que le quedan de maravilla y resaltan su generosa cadera junto con una playera holgada para ir cómoda en la carretera, como es de busto pequeño, le gustaban los escotes amplios sin preocuparse de enseñar demasiado, aunque la verdad es que nunca le preocupaba mucho, algo que siempre me gustó de ella, siempre que ella tuviera el control de la situación.

Mientras me platicaba sobre un tipo de la oficina que la visitaba constantemente, evidentemente solo para verla, puse mi mano derecha sobre su muslo izquierdo y lentamente lo comencé a acariciar mientras mi vista seguía fija en la carretera.

- Es un tipo asqueroso - Me decía Angie haciendo una mueca de disgusto - se aparece en cualquier momento y siento su mirada solo esperando a ver que puede ver. Ayer me puse la blusa blanca que me regalaste y que te gusta por como se luce el canalillo y este imbécil no quitaba los ojos de ahí, como lo detesto.

- Pues no lo puedo culpar del todo, a mi me encanta como se te ve - le dije tratando de hacerla sentir mejor, mientras continuaba acariciando su muslo.

- A ver si te gusta que solo quiera estarme viendo las tetas todo el tiempo - contestó un poco molesta.

- Por supuesto que no - le dije muy serio y quitando la mano de su pierna la metí en su escote y debajo de su sostén, agarrando una de sus tetas y apretándola cariñosamente -  éstas ya tienen dueño.

Continué la caricia unos segundos más y le apreté el pezón suavemente, eso provocó que emitiera un muy pequeño gemido. Subió una de sus manos y la puso encima de la mía por fuera de su blusa, que gracias al tamaño de su teta, la pudo abarcar completamente.

- Te gustan mis tetas? - preguntó con un tono coqueto.

- Sabes que me encantan - mientras seguí con el masaje, ahora cambiando entre el pezón y acariciar todo su seno.

- Me estás calentando y estás manejando, solo me vas a dejar con las ganas - y sacó mi mano de su escote.

Regresé mi mano a la pierna, pero esta vez la caricia se desvió y se fue a su entrepierna, insertando los dedos y ejerciendo presión sobre su raja.

- Te estás calentando mi amor ? - pregunté mientras continué con el masaje apretando más.

La conocía bien y sabía que no necesitaba mucha provocación para calentarse y no fue la excepción. Sin quererlo, o deseándolo, abrió la piernas y con ello tuve más espacio para acariciarla con toda la mano. Respondió automáticamente y se reclinó un poco hacia atrás, haciendo su cadera hacia adelante y abriendo más las piernas.

Intensifiqué las caricias y ella se llevó una mano a sus tetas que comenzó a acariciar al tiempo que cerró los ojos y se abandonó a la caricia.

- Eres un cabrón, ya me tienes muy caliente - Me dijo abriendo los ojos y viendo el movimiento de mi mano.

Con esa respuesta, subí la mano hasta su abdomen e intenté meterla en los pantalones, pero estaban muy apretados y apenas pude meter un poco los dedos. Ella reacción llevando sus manos al pantalón, lo desabrochó y en un solo movimiento levantó las caderas y se bajó los pantalones y los calzones a media nalga que llevaba puestos hasta por debajo de la rodilla. Se volvió a recostar y abrió las piernas.

- Acaricia mi coñito - me pidió, tomando mi mano y llevándola a su concha.

La humedad era evidente y hacía brillar los pelos de su pubis. A ninguno de los dos nos gustaba que se rasurara, pero si lo tenía bien cuidado y recortado.

Con el camino despejado comencé a frotar toda la zona, estaba empapada y eso hacía más fácil la caricia, a ella le gustaba que le acariciará con toda la mano en movimientos lentos, utilizando la parte interna de los nudillos de los dedos para acariciar su clítoris, que ya estaba muy sensible a las caricias.

Afortunadamente no había muchos coches en la carretera por lo que no había preocupación de que nos vieran, quizá nos podían ver los camioneros que pasaban en sentido contrario, pero no me importaba, no nos conocían y pasaban en un par de segundos.

Disminuí un poco la velocidad y volteé a verla, se veía deliciosa, totalmente abandonada a lo que sentía con los ojos cerrados. Sus labios, que son muy carnosos, medio abiertos, su respiración entrecortada y su expresión que denotaba cuanto disfrutaba el momento. Su cuerpo relajado, con las piernas desnudas y abiertas. Los pantalones arrugados cerca de sus pies.

Continué acariciándola ahora con mayor velocidad y ella empezó a gemir.

- Méteme un dedo - me dijo en un tono bajo denotando su grado de excitación.

Deslicé la mano hacia abajo y doblando el dedo medio lo introduje en su coño, su respuesta fue instantánea, dando un largo gemido subió la cadera y abrió un poco más las piernas haciendo la penetración más profunda. Inicié un movimiento de entrada y salida y fui aumentando la velocidad sabiendo que a ella le gusta rápido y fuerte.

Introduje un segundo dedo y empecé la penetración, como si fuera un pene.

La situación empezaba a requerir mayor atención de mi parte por lo que me orillé en la carretera y detuve el coche con la mano izquierda, no quería disminuir la acción de la otra mano.

Ya con las dos manos libres, saqué la mano empapada de su coño al tiempo que metía la izquierda lo que me daba más campo de acción. Llevé la mano a mi boca y chupé los jugos. Estaba tan mojada que los dedos ya estaban un poco arrugados, como cuando se pasa tiempo en una alberca.

Continué la penetración mientras la mano libre la metí en su escote y apreté una de sus tetas, el pezón estaba muy erguido y lo apreté con los dedos con lo que sus gemidos aumentaron.

Metí un tercer dedo en su coño y girando la mano continué la acción rozando su punto G, lo que provocó que comenzara a girar la cadera.

- Cójeme más fuerte cabrón, me voy a veniiiiirrrr.. - Su voz ya era casi un grito.

Aumenté la velocidad y aunque el brazo comenzaba a dolerme por el esfuerzo traté de aumentar el ritmo, mientras con la otra mano apretaba más su teta. Solo necesitó unos segundo más para estallar en un gran orgasmo.

- Meee veeennnggggooooooooooooo !!!!! aaaaaahhhh !!!

En un último esfuerzo, la penetré profundamente con los dedos a gran velocidad aprovechando que arqueó la espalda hasta que cayó rendida. Disminuí el ritmo de la penetración mientras sentía las convulsiones de su corrida y lentamente saqué la mano y me puse a acariciar lentamente su coño. Retiré la mano de su escote y acaricié su cara que estaba perlada de sudor.

Lentamente me acerqué a ella y le di un tierno pero profundo y largo beso. Su labios carnosos que me encantaban me correspondieron con la misma ternura, como agradeciéndome.

Había tenido un orgasmo muy fuerte así que después de unos segundos me retiré, me acomodé en el asiento y dirigí una mano a mi pantalón para acomodar la gran erección que tenía y me molestaba con el pantalón, ya habría tiempo para mí. Mientras ella se reponía, puse en marcha el motor y regresé a la carretera.

Después de unos minutos finalmente abrió los ojos y sentí su mirada, con la mano acaricié lentamente su pierna y coño mientras la volteaba a ver, me sonrió.

- Estuvo genial mi amor -  me dijo con una sonrisa en el rostro.

Le devolví la sonrisa mientras continué la caricia sintiendo la humedad de su intimidad.

Sin decir una palabra y sin acomodares la ropa, se incorporó haciendo que retirar mi mano de su entrepierna, se acercó a mí y puso su mano en mi pantalón.

- Y como estás tú - me susurró al oído al tiempo que recorría la oreja y cuello con su lengua. Su mano recorrió la longitud de mi ya semierecto pene y comenzó a acariciarlo. Continuó con los besos mientras con la mano desabrochaba mi pantalón y bajaba el cierre, finalmente lo abrió y me bajo el calzón, liberando al fin mi herramienta que pedía atención.

- Parece que tu verga necesita atención - fue lo último que dijo antes de agacharse y sin más metérsela en la boca, iniciando una mamada lenta, subiendo y bajando con calma, como disfrutando el momento.

- Te gusta que te la mame amor? - dijo levantándose mientras continuaba con la mano, masturbándome lenta pero firmemente.

- Sabes que me encanta tu boca - le contesté

- Tu concéntrate en el camino, que yo me encargo del resto - me susurró y volvió a descender para continuar con la mamada, aumentando el ritmo.

Me sentí en la gloria mientras me recorría con su boca metiéndosela completamente. Por la posición que tenía coloqué mi mano es su desnudo trasero y comencé a acariciarlo pudiendo llegar incluso a acariciarle la raja y llegando a sentir como se mojaba nuevamente.

Así continuamos por algunos minutos, yo manejando a no mucha velocidad mientras le acariciaba el culo y ella dándome una mamada sensacional. Alcancé a ver a lo lejos que nos acercábamos a una caseta.

- Nos acercamos a una caseta, creo que será mejor que te vistas - le dije, pero en lugar de detenerse, aumentó el ritmo y yo ví estrellas, de continuar así me correría en unos segundos más. Ella debe haberlo notado así que se incorporó y después de evaluar la distancia a la caseta, guardó mi pene en el pantalón y sin decir nada, terminó de quitarse el pantalón, como usaba unas sandalias, no le costó trabajo.

Volteó hacia la parte trasera del auto y jaló una chaqueta que traía, se sentó derecha, con los pies mandó sus jeans hasta el frente del auto de tal manera que no se veían y se cubrió la piernas con la chaqueta. Quien la viera, pensaría que traía falda y se había cubierto las piernas para no tener frío, aunque afuera hacía bastante calor.

- Te amo - le dije nada admirando su iniciativa.

- Yo también - dijo, terminando la frase con un cariñoso beso en mi mejilla.

Fui bajando la velocidad al acercarnos a la caseta. Adelante de nosotros había una fila de autos esperando pasar, un par de coches y un autobús. A la derecha una patrulla de caminos estaba estacionada.

Pasamos sin mayor contratiempo, el cobrador apenas si reparó en nosotros y mecánicamente recibió el dinero y me devolvió el cambio.

Volvimos a tomar velocidad y a los pocos minutos dejamos al autobús y quedamos nuevamente solos.

- Ya estamos solos? - Me preguntó en un tono pícaro

- Si, no viene nadie atrás, porqué? - pregunté. A estas alturas mi erección había desaparecido y me concentraba en la carretera, esperando llegar a nuestro destino y hacerle el amor para terminar lo que habíamos empezado, me había quedado con las ganas de descargar.

Sin responderme, se quitó la chaqueta de las piernas, quedando nuevamente desnuda de la cintura para abajo, la sola visión de eso hizo que comenzara a reaccionar. Se acercó a mí y nuevamente me abrió el pantalón pero esta vez trató de bajarlo.

- Ayúdame - dijo mientras forcejeaba con la prenda.

Levanté un poco la cadera y ella hizo el resto, desliando la ropa hasta medio muslo. Me volví a sentar y sin perder tiempo tomó mi pene con la mano que comenzó a reaccionar.

- Eres una caliente amor, me encantas - le dije y sonrió. Cuando de sexo se trataba, nuestro lenguaje cambiaba y eso nos exitaba más.

Se volvió a agachar y sin más comenzó nuevamente la mamada, esta vez con más espacio se movía con mayor velocidad, como si quisiera que terminara lo antes posible.

Mi mano regresó a su culo pero esta vez alcancé a acariciar su coño, para sorpresa mía, ya estaba mojado. Aumentó el ritmo de la mamada mientras yo trataba de mantener la concentración en la carretera, que afortunadamente era una larga recta así que nuevamente llevé el coche a una velocidad más baja para poderlo controlar y disfrutar de la fabulosa mamada que me estaba haciendo.

Recorrimos un par de kilómetros así, ella con su mamada y yo acariciando su  coño que nuevamente estaba empapado hasta que se incorporó repentinamente. Estuve a punto de reclamarle, no quería quedarme otra vez a medias.

- Necesito que me cojas, pero no te detengas, mueve tu cadera un poco hacia adelante.

La ví a los ojos y noté una mirada traviesa, una mirada que ya conocía bien, cuando quería sexo, se atrevía a muchas cosas y vaya que tramaba algo.

Se incorporó mientras recorrí mi cadera un poco hacia adelante, pensando que quizá quería más espacio para terminar la mamada, estaba muy equivocado.

Sin darme tiempo a reaccionar, se levantó y pasando su pierna derecha se sentó sobre mí quedando de frente a mí con mi polla recargada en su vientre, sintiendo los vellos de su conchita. Agarré firmemente el volante con la mano izquierda y puse mi cabeza en el espacio de su lado derecho, entre su hombro y su cuello para poder ver la carretera abrazándola con la derecha por su fina cintura.

Cuando notó que ya me había acomodado y que seguía manejando se levantó un poco y con una mano (la otra agarraba el respaldo de mi asiento para sujetarse) acomodó mi pene en la entrada de su coño y se fue dejando caer lentamente hasta que sus nalgas estaban sobre mis muslos.

- oooohhhhh !!! mi amor - dijo con un pequeño suspiro - como necesitaba sentir tu verga en mi conchita, te voy a coger.

La sensación era increíble, yo tratando de mantener el control del coche en la carretera mientras ella estaba medio desnuda encima de mí y con mi aparato clavado en el fondo de su coño, estábamos locos sin duda.

Comenzó a elevarse y dejarse caer lentamente mientras sentía como se mojaba cada vez más y sus flujos empezaban a resbalar a mis piernas haciendo la cogida más fácil. Empezó a aumentar la velocidad de su sube y baja y empezamos los dos a gemir.

- aaahhhhhh!! que cogida me estás dando, dámela toda, quiero sentirla hasta el fondo - decía mientras seguía subiendo y bajando más rápido, pero no tanto que no me dejara manejar. Era evidente que la cogida se la estaba dando ella sola, pero no era momento de entrar en detalles, no creen?

Sin poderme controlar, bajé la mano que tenía en su cintura y le agarré una de sus nalgas, acompañando su movimiento, mi propia cadera moviéndose ligeramente para hacer la penetración más profunda.

- Cójeme putita, métete toda mi verga!!! - exclamé

- Si amor, soy tu  putita y me encanta aaaahhh oohhhhh  !!! que rico ooohhhh, me estoy viniendo aaaahhhhhhh!!!  daaaammmmeee  mmmmaaaaasss

Tuvo su orgasmo pero no se detuvo, continuamos unos momentos con ese ritmo, pero debido a todo lo sucedido yo me aproximaba rápidamente a mi orgasmo y se lo hice saber

- Me voy a venir putita!! me voy a venir aaaaahhhhh!!! que delicia

- Avísame cuando estés listo, quiero que me des de comer - me dijo rápidamente al oído mientras se dejaba caer más profundamente. Si algo le gustaba era tragarse toda mi leche. Para los que lo hayan experimentado, al menos en mi caso, terminar en su boca me proporcionaba unos orgasmos muy intensos, más que cualquier otro.

Claramente podía escuchar el sonido de nuestros cuerpos al chocar, mi mano derecha seguía masajeando una de sus nalgas, sus tetas en mi pecho y yo tratando de mantener el control del coche con la izquierda mientras ella estaba abrazada a mí.

- Me voy a venir amor!!!!  ahhhhh!!  como me encanta esto!!!!

En cuanto escuchó eso, se quitó rápidamente de encima, se pasó a su asiento y agachándose, se metió toda mi polla en la boca, haciéndome terminar con una mamada que hizo que todo lo que tenía finalmente terminara, explotando en un tremendo orgasmo que hizo que por un momento quitara el pedal del acelerador para disfrutar mi venida y evitar algún acelerón involuntario.

- Come amor, cómetelo todo ahhhhhaaahhhhh!!!!  me veeeeennnnnngggggoooooo !!!

Los chorros empezaron a salir directamente a su garganta pero no bajó ni un momento el ritmo de la mamada hasta que todo hubo terminado. Mientras mi respiración se tranquilizaba ello continuó limpiándome con la boca hasta que me dejó la polla perfectamente limpia. Permaneció unos momentos más así hasta que mi erección empezó a bajar y entonces se levantó y se dejó caer en su asiento, relamiéndose los labios, ya se había tragado todo.

Quedamos en silencio unos segundos.

Cuando me recuperé un poco de mi orgasmo y aprovechando que había reducido la velocidad considerablemente, me subí los pantalones pero sin abrocharlos y seguí manejando, adquiriendo nuevamente velocidad. Era increíble que en ese tiempo no habíamos visto otro coche. El espectáculo que habrían visto!

- Gracias amor, fue una cogida espectacular - le dije al momento que acariciaba su rostro que estaba totalmente relajado y con una sonrisa de satisfacción.

- Estás bien? - le pregunté al sentir un mueca de dolor en su rostro y llevarse una mano a su rodilla derecha.

- Si amor, fue increíble, solo que ya me dolía la rodilla, no hay mucho espacio para poner la pierna, pero valió la pena, tuve dos orgasmos intensos.

Después de eso, me ayudó a terminar de vestirme, ella hizo lo mismo y finalmente se quedó dormida mientras yo seguí el camino esperando llegar a nuestro destino y volver a hacerle el amor en la noche, ya más tranquilos, cosa que hicimos, pero será en otro relato.

Este relato es real, espero sus comentarios a jonasleea@hotmail.com.