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Aventurado deleite

en Sexo Oral

AVENTURADO DELEITE

Definir el placer es una tarea ardua, y aun más complejo cuando la idea es plasmarle, pues las más de las veces el concretar las sensaciones y experiencias en una frase es casi imposible.

Más aún al relatar y compartir lo que he vivido, lo que sentí y viví al lado de esa maravillosa mujer que me hizo entender el placer desde otra perspectiva, sumando caricias, entornos, juegos y otras destrezas.

Puedo considerar que aunque mi vida sexual antes de conocer a Jess era buena, no era del todo satisfactoria, por ejemplo, antes de ella no había vivido el penetrar analmente a ninguna de mis parejas y menos aun el que alguna de ellas me hiciera sexo oral, quizá esto lo han vivido muchos hombres y la incertidumbre que se vive por el deseo de experimentar estas sensaciones es en ocasiones estresante, yo lo viví y la descarga de energía la primera vez que se experimenta, es simplemente inolvidable, si se hace con la persona indicada.

Como ya lo dije, Jess no es una mujer común, su carácter, su esencia juvenil y sensual combinada con su lindo cuerpo y bello rostro, han provocado la intranquilidad de muchos hombres y fui en ese entonces cuando estuve junto a ella, la envidia de muchos al poder gozar de su cuerpo y sus caricias, caminar a su lado por los principales centros comerciales de esta urbe en un principio me inquietaba, las miradas de deseo en los ojos de los demás hombres al observar su candente caminar, el vaivén de sus senos en sus blusas holgadas sin la prisión del bra, su rostro coqueto, todo hacia sentirme no solo envidiado, sino casi odiado cuando ella caminaba de mi mano.

No encuentro palabras exactas para describir nuestros encuentros amorosos, fugaces, siempre llenos de esa lujuria que solo busca saciarse, que solo busca satisfacerse para dejar de sentirle; así fue la primera vez que ella se tomo dos segundos para verme con esa mirada tan sensual y sin dejar de observarme abrió su boca y se agachó hacia mi, para recibir entre sus labios mi erecto miembro, si, así fue; como no recordar aquella primera vez que con pasión y ternura, ella me probó.

En ese entonces vivía con mis padres, y aunque ella no era del tipo de mujeres que yo antes había llevado a casa, Jess se supo ganar el aprecio de mi familia, a tanto que ella podía llegara mi casa cuando quería aun cuando yo no estuviera y ella me esperaba; así fue que un día regrese a mi casa de un pequeño trabajo y le encontré con mi hermana en la sala, conversando, tomando un poco de refresco, la salude con alegría pero no pude dejar de ver la forma en que vestía, se veía sensacional, llevaba una blusa ajustada de manga larga con cuello alto del llamado "de tortuga" que delineaba sus senos y resultaba fácil acertar que no llevaba bra, pues sus pezones se delineaban atrevidamente, una minifalda de tablones del tipo colegiala y botas negras de piel con tacón alto, que provocaron en mi, lo obvio, una erección que apenas pude disimular y que ella de inmediato percibió.

Había ido a mi casa a realizar un trabajo escolar de investigación, así que pasamos al cuarto de cómputo que se encuentra a un lado de la sala donde se encontraba mi hermana, solo una pequeña pared impedía la vista a la totalidad de este cuarto desde la sala, pero afortunadamente el sillón donde se encontraba mi hermana estaba de espaldas al cuarto de computo.

Mi excitación era ya evidente, mi verga luchaba por salir, mientras mi cerebro intentaba concentrarse en el teclado y el monitor, ella sabia de mi deseo y con miradas acrecentaba mi placer, hasta que se acerco a mi oído y me susurro:

¿Te gustaría que te la chupara?

Desencajado por esa respuesta de una manera infantil le respondí:

Me encantaría, nunca nadie me la ha chupado, pero ¿y mi hermana?, puede voltear o levantarse y darse cuenta.

Apenas había terminado esa frase cuando de una manera rápida, deslizo la silla giratoria hacia atrás y a un lado gracias a las ruedas en su base y se inclino frente a mi verga, rápidamente me bajo el cierre y lucho contra mi ropa interior para sacar mi verga, estaba erecto al máximo, mi verga palpitante sabia que se acercaba lo tantas veces deseado, lo anhelado, agradecí para mis adentros su decisión.

Antes de comenzar, ella volteo hacia mi y con esa mirada que nunca olvidare se humedeció los labios, mordiendo al final su labio inferior, para entonces dirigir su boca hacia mi verga. El golpe de temperaturas fue sensacional, mi verga estaba más que tibia, caliente, enardecida por la caricia que sabía venia; los labios y lengua de Jess frescos, sumamente frescos; quise dejar salir el aliento contenido en un "ahhh" de placer, pero la situación que me rodeaba me lo impidió.

Su experiencia jamás fue tan agradecida por mi, era increíble como sus labios húmedos oprimían solo un poco la cabeza de mi pene para después comenzar a rodear el tronco de mi verga con ellos, mientras su lengua comenzaba a deslizarse por lo largo y ancho de mi miembro mientras mas se lo introducía.

Despacio, primero despacio, lentamente, con esa lentitud que te hace gozar por la sensación tan detallada que provoca; es ahí cuando deseas que nunca acabe, cuando claramente sabes que pocas cosas de la vida son mejores que una buena mamada.

El mar de placer comenzaba, Jess giro un poco su cabeza para poder verme, pude distinguir lo que pareció una sonrisa, no estaba seguro, mi verga ocupaba la totalidad de su boca, en cuanto ella introdujo mas de mi verga, ésta choco por dentro con su mejilla, estirándola y provocando en la punta de mi miembro un placer mayor, lo repitió varias veces, la imagen de ella y las sensaciones que sentía, fueron inolvidables.

Mi cuerpo comenzaba ya a moverse involuntariamente por los pequeños espasmos de placer que le recorrían, a pesar del placer recibido intente centrar por un momento mis sentidos y hacer ruido en el teclado como si lo empleara para no atraer la atención de mi hermana que estaba en la sala, el morbo que ello me provocaba era aparte, intente que todo pasara desapercibido para mi hermana, pero una exhalación corta se me escapo, disimule con un carraspeo fingiendo aclarar mi garganta a la par que giraba mi cabeza para ver si mi hermana había volteado y a la par trataba de separar a Jess de mi verga, pero ninguna de las dos cosas paso, ni mi hermana se inmuto por el ruido, por el contrario, parecía inmersa en la televisión, ni Jess saco de su boca mi verga.

Aceleró sus movimientos, mi verga entraba y salía, de vez en vez apretaba sus labios, lo que intensificaba mi placer, justo cuando pensé que aceleraría mas, se detuvo por completo y succionando mi verga desde la base hasta la punta se levanto y con una mirada sensual se limpio un poco de saliva que había salido por la comisura de sus labios acercándose a mi, me beso, introduciendo su lengua en mi boca; me quede estupefacto ante tal placer, no atine a decir nada; se acerco nuevamente a mi oído y me dijo lenta y marcadamente:

Pon atención a lo que vas a sentir, porque no creo que nadie pueda hacerte sentir esto, solo yo.

Tomo el vaso de refresco que minutos antes se llevo de la sala y que le había ofrecido mi hermana antes de mi llegada y le dio un sorbo, era coca cola con hielos, puso el vaso en la mesa de la computadora y sin tomarse el sorbo, manteniéndolo en la boca, se inclinó nuevamente hacia mi verga y coloco sus labios en la punta de mi verga, la sensación de sus labios sumamente fríos me estremeció e hizo que diera un pequeño brinco, pero no me aparte; quería sentir, lo deseaba.

Comenzó a introducir mi verga en su boca y pude sentir no solo la marcada intensidad de lo caliente de mi verga y lo frío del refresco, sino lo burbujeante de esa bebida que me hizo sentir una constante efervescencia en cada milímetro de mi verga que ella introducía en su fresca boca, fue sensacional, aquello era demasiado y por un fragmento de segundo quise suspirar fuertemente, aquello era mas que intenso, pero resistí.

El placer era inmenso, comencé a tocar como pude sus senos, las respiración de ambos era cada vez mas fuerte, incluso el morbo de ser descubiertos por mi hermana aumento nuestra excitación; yo amasaba sus senos con mi mano derecha, mientras que con la izquierda esporádicamente hacia ruido en el teclado de la computadora e impulsaba su cabeza rítmicamente contra mi verga.

Justo antes de llegar al punto de no retorno de mi orgasmo, ella se levanto, se tomo el sorbo de refresco y volteando rápidamente hacia donde se encontraba mi hermana se acerco a mi oído y me pidió nos fuéramos a la cocina, lo que así hicimos, me subí el cierre y nos dirigimos nerviosamente a la cocina, en cuanto entramos nos fuimos al extremo de la cocina donde se encuentra la alacena, abrí la puerta de esa alacena como escudo y nos situamos atrás de ella, y sin mas ella se arrodillo frente a mi y de un solo golpe se metió mi miembro hasta el fondo, pude sentir como mi verga topaba con su garganta y comenzaba a flexionarse hacia abajo, eso fue sensacional, nunca había sentido tanto en la cabeza de mi verga, ella instintivamente realizo una arcada y sus ojos se llenaron de lagrimas al tiempo que su rostro se congestionaba y se ponía rojo por el esfuerzo, pero increíblemente no saco ni un milímetro de mi verga, por el contrario, pude ver en sus ojos un destello de maldad y deseo, lo que hizo que le tomara por la nuca y sin mas la jalara hacia mi al tiempo que impulsaba mi cadera hacia delante, la sensación era maravillosa.

Su garganta al sentir un objeto que le impedía la respiración se contraía violentamente a la par que intentaba expulsarme, todo ello provocaba en mi pene un mar de sensaciones nuevas, pero lo maravilloso era que Jess disfrutaba tanto como yo de todo eso, lo verdaderamente excitante era verla, gozando con algo que nunca imagine lo gozara tanto.

No disponíamos de mucho tiempo, las circunstancias no nos lo permitían, comencé a mover mi cadera de una manera intensa, lenta, pero fuerte, tratando de introducir lo mas que pudiera de mi pene dentro de su boca, ella aprovechaba cada vez que retrocedía para tomar aire y recibía gustosa la fuerte embestida, era muy intenso, comencé a sentir la cercanía de mi orgasmo, y se lo hice saber, pero solo hizo una mueca invitándome a no parar, así lo hice, mi orgasmo se desemboco de una manera hasta ese entonces desconocida, un impulso eléctrico me recorrió rápido e intensamente por todo el cuerpo y comencé a eyacular; pude sentir mi verga palpitante por las contracciones y como se llenaba su boca de mi semen, pero fue demasiado semen, pues junto con su saliva se lleno prontamente su boca y tuvo que sacar mi verga de su boca, pero contrario a otras veces, mi verga seguía palpitando y expulsando leche, salpicándole en su frente, nariz y cabello.

Fue excitante verla ahí arrodillada con su rostro enrojecido, congestionado, sus ojos llorosos y me leche en su nariz, escurriéndose; mi semen que había caído en su frente, escurría ahora por su ceja y pestaña cubriendo su ojo derecho, todo parecía un sueño, mejor dicho, una fantasía inimaginable, Jess se levanto y estando muy cerca de mi, inclino un poco su cabeza hacia atrás y abrió su boca moviendo su lengua, mostrándome la cantidad de semen que había depositado en ella, cerro su boca y lo trago, para después recorrer con su lengua el labio superior de su sensual boca, enseñándome cuanto le gustaba, mi semen estaba a punto de escurrir de su barbilla y tome una servilleta limpiando su cara, lo hice suavemente, ella solo me miraba con una tranquilidad inexpresiva, éramos a partir de ese momento cómplices en esos juegos sexuales que nunca discutimos, solo gozamos.

Acomode mi ropa mientras ella se dirigió al baño, saliendo de la cocina.

Al tiempo que terminaba de acomodar mi ropa, escuche apenas lo que parecía una conversación entre Jess y mi hermana, pero no podía pensar en otra cosa mas que en lo que acababa de vivir, en lo que Jess me había hecho gozar, en ese arriesgado pero excitante placer.