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Si no fuera porque te quiero...

en Fantasías Eróticas

-¿Estas Bien? De verdad que ha sido sin querer, es que me he puesto demasiado nerviosa...- Trataba de disculparme pero no debía de sonar demasiado sincera dado que no podía contener la risa por más tiempo.

El murmullo del televisor no lograba ocultar el sonido de mis pisadas, la sensación de saber que el estaba ahí, esperando para atraparme en cualquier momento, había echo que me emocionara y sintiera los nervios a flor de piel, sabia que no iba a ocurrirme nada que no fuera a disfrutar, pero aun así esa sensación de miedo estaba ahí, pendiendo sobre mi cabeza., me asome al cuarto de baño y pegue un brinco al sobresaltarme con mi propio reflejo en la penumbra, había dado por sentado de que se trataba de el, que ya me había atrapado, suspire ampliamente y continué con mi camino, observe la escalera que llevaba al piso de arriba, tratando de adivinar donde se encontraría, cuando note por el rabillo del ojo un movimiento extraño, note como mi cuerpo se movía por un resorte ante tanta tensión acumulada, y después pude escuchar su gemido, como si acabaran de sacarle el aire de un golpe en su estomago… solo que no fue en su estomago…

-Joder cariño, menudo puntería tienes, no podías darme en otro sitio… - Javi se quito el pasamontañas aun arrodillado en el suelo, mientras una de sus manos sujetaba, y frotaba sus partes nobles.

-Si eso, encima tu ríete, como a ti no te duele.- Sonreí ampliamente ante su comentario mientras me senté a su lado en el suelo, apoyando la espalda en la pared, me gire para mirarle detenidamente a su rostro… esos castaños, su pelo moreno, revuelto, completamente despeinado, pude apreciar su sonrisa asomando entre esos labios que no pude evitar besar.

Cuando separe mis labios de los suyos y le vi mas relajado hable.

-Cariño… es que esto de violarme… yo creo que no es lo tuyo, vas a tener que ir buscándote otras fantasías casi mejor eh, eres demasiado blandito, anda ven, que te doy un masajito para que se te pase- Le di un pequeño golpecito en el hombro con la palma de la mano mientras me levantaba y me dirigía para la habitación.

Me encontraba delante de la cama cuando me dio un empujón por detrás y caí pesadamente sobre la colcha, apoyando las rodillas en el borde de la cama, me gire algo revotada, aunque estuve a tiempo de recordar que era parte del juego que el quería, así que me confirme con echarle una mirada molesta.

El se echo sobre mi, subiéndose a la cama de una manera algo torpe, colocando cada una de sus rodillas a un lado de mi cadera.

-Descálzate anda.- Se lo dije y el muy patoso se volvió para mirarse los pies, ante lo cual volví a empezar a reírme.

-Mira que eres mala, yo aquí intentando hacer de malo y tu no paras de vacilarme.- se pego a mi cuello, y cuando esperaba un beso lo que sentí fueron cosquillas en mis costados así que empecé a retorcerme como una comadreja.

-Para Javi, para, para, que sabes que no me gusta JAVIIII.- En el momento en el que grite dejo de hacerme cosquillas para darme una nalgada fuerte y moverse hasta apoyar su espalda en la cabecera de la cama, y mirarme de frente.

-Tienes razón niña, no valgo para ser malo contigo, ven aquí anda.- ante lo cual gatee por la cama subiendo entre sus piernas, comencé a acariciar sus muslos con mis manos mirándole a los ojos.

-¿Aun te duele?- no espere respuesta y empecé a acariciar su torso, levantando su camiseta, viendo sus abdominales duros, pase los dedos sobre ellos y comencé con mi mano izquierda a acariciar suavemente su miembro sobre su pantalón, masajeando sus huevos a trabes de la tela, le mire pasando la lengua por mis labios mientras comenzaba a bajar despacito su pantalón y su bóxer, cuando su miembro quedo libre estaba completamente flácido, así que seguí con el masaje subiendo para besar sus labios y poder sentir su lengua, la cual no parecía buscar jugar con la mía, si no mas bien parecía como si buscara echar un pulso empujando mi lengua con la suya. Sus manos apretaron mis nalgas, antes de comenzar a acariciar mi espalda, subiendo y bajando, como si no quisieran irse de mis nalguitas pero tuvieran miedo de permanecer en ellas demasiado tiempo.

Me separe de sus labios para quitarme mi camiseta antes de volver a buscar su lengua, pujando por ganar aquel duelo, mientras mis manos volvían a concentrarse en su pene que ahora parecía algo mas animado aunque era obvio que le estaba costando mas de lo habitual. Así que volví a bajar decidida sin perder de vista su propia mirada en ningún momento, y comencé a masturbar su polla mientras frotaba mi lengua sobre la cabeza.

El me miraba sin gesticular mas haya de morderse ligeramente un labio, sus manos jugaban ahora con su camiseta como evaluando si debía quitársela o no.

Su miembro parecía estar ahora mas dispuesto a recibirme así que comencé a meterla en mi boquita jugando con mi lengua con cada centímetro que entraba en mi. Pronto su pene estaba listo y yo subía y bajaba mis labios por el, antes de sacarlo de mi boca para dedicarme a jugar y lamer sus huevos mientras lo masturbaba con mi mano.

Apenas cinco minutos después era su lengua la que me daba placer, mientras yo no podía evitar gemir, colocada a cuatro patas como estaba, sintiendo su lengua en mi clítoris y dos de sus dedos jugando en mi ano, lubricándomelo, observe un momento el espejo del armario, y como mi reflejo me devolvía la mirada de mis ojos azules, mi pelo castaño tapaba casi el lado izquierdo de mi rostro y no dude en apartarlo con una mano, mientras me sentía especial en aquel momento, sintiendo aquel placer.

Con una nalgada y separándose de mi me daba a entender como tantas otras veces que iba a metérmela, y así fue, pude sentir como su polla se abría paso entre mis nalgas, entrando en mi ano y haciéndome gemir, hundiendo mi cara en las sabanas, mirando como mis tetas se balanceaban al ritmo de cada embestida. Entraba despacio y cuando la tenia casi hasta la mitad tiraba de mi de mis caderas, y aprovechaba para enterrármela fuerte, estuvo un rato con ese ritmo, sacándola casi completamente, lentamente y metiéndomela de un golpe seco cuando ya había echo la mitad del recorrido, hasta que comenzó a darme cada vez mas rápido, podía sentir como mis nalgas le frenaban al llegar al final de cada embestida, ahora me estaba hablando, pero yo no le escuchaba, solo tenia en la cabeza la idea de que no dejara de taladrar mi culito. Me pareció entenderle algo del final de su fantasía, parecía una pregunta pero la respuesta que salio de mis labios fue la misma que durante los últimos minutos

-Siiii mass, no pares de follarme, no pares de follarmeeee.-

Entonces izo algo que nunca habría imaginado, note come sus manos agarraban mi cuello y comenzaba a apretarme mientras no paraba de darme caña por mi culito, tarde unos segundos en reaccionar, entonces me asuste y comencé a agitarme, lleve mis manos a las suyas y trate de quitármelas, notando como me mareaba asfixiada, sin permitirme jadear mientras el seguía sodomizándome salvajemente, algo que hasta ahora había sido pleno gozo parecía ser una tortura, me encontraba completamente mareada cuando me soltó y casi agotada en la cama, tosiendo, note como se salía de mi y pude apreciar que se había corrido, con la angustia no había sido capaz de sentirlo antes.

Permanecí tendida unos segundos en la cama jadeando, antes de que el se acercara, y sonriendo me pregunto

-¿Te ha gustado?.-

Cuando termine de darle mi respuesta tuve que soplar la palma de mi mano que estaba roja, aunque ver la marca en su mejilla bien había merecido la pena.

-En serio cariño, no se que coño veo en inutil como tu, si no fuera porque te quiero…-